Despertando
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¿Por qué estoy aquí? Este lugar me da pesadillas, pero nunca las adecuadas para desalentarme a volver. Los horrores y escalofríos son del tipo de vigilia, que se manifiestan en la oscuridad cuando estoy solo y sigo caminando por un pasillo silencioso, tratando de encontrar un interruptor de luz y me congelo cada vez que escucho un golpe, un crujido o un chasquido.

Estas son las pesadillas que se evaporan en el instante que el sol brilla de nuevo, estas son las pesadillas alimentadas por la curiosidad y la realidad de que nadie sabe realmente lo que el mañana traerá. ¿Por qué hay algo extrañamente familiar en SCP-173 que me atrae a ver imágenes de él, cuando sé que al cabo de varias horas estaré mirando por encima del hombro a cada rato tratando de sacarme la imagen de la cabeza y tratando de convencerme de que la Escultura no está detrás de mí?

¿Por qué estoy aquí?

Intrínsecamente, siento que debería saberlo.

Es porque las pesadillas me fascinan, siempre me han fascinado.

Miedo —Profundo, oscuro, cautivador, estimulante, me recuerda que estoy vivo y me recuerda que las cosas están en movimiento por todas partes y que aquí, sin importar en qué oficina o pasillo o área de contención se camine, hay un peligro acechando en las interminables corrientes de números que son la crónica años de lo anómalo, amenazante y horroroso.

Voy a visitar a 1457 de nuevo. No sé por qué. Hay algo tranquilizador en sumergir la mente en los problemas de los demás. Aunque los recuerdos se sientan como míos, pueden haber sido míos todo el tiempo, sé que no son míos y que no pueden hacerme daño.

Pero como tal, he visto cosas para las que no podría haberme preparado. Disparos apagados en la oscuridad, piel arrancada pulgada a pulgada con un cuchillo negro hasta una cacofonía de gritos de dolor y locura, agujas, choques eléctricos, ¿Fue siempre un efecto observado en 1457 forzar las recaídas en alguien que recibe recuerdos?

He tratado de ponerme en contra de eso. Me entrené a través del uso de 1457 para ser resistente a este tipo de cosas. La empatía, que una vez creí que era mi cualidad más fuerte, ya no puede ser usada como escudo.

Antes, cuando veía esos pares de ojos llorosos, podía hacer algo al respecto. Ahora, todos estos recuerdos, todas estas historias, todas estas tragedias tan cercanas que son casi tangibles y, sin embargo, completamente fuera de mi alcance y de mi ayuda… No entiendo cómo una mariposa pudo haber sido testigo de todas ellas.

Ya no soy el espectador.

1457 elimina la protección que ofrece la distancia. Esta pequeña forma de vida lleva la muerte de madres y padres, la mirada de amigos que sufren, la desesperanza paralizante de estar sin nadie en quien confiar, sin nadie que conozca la magnitud del dolor y el significado de las lágrimas.
Todo es inútil.

No es que nadie más se ofrezca como voluntario. He solicitado medicamentos, pero he oído rumores de que hasta que mi salud mental empiece a mostrar serios signos de deterioro, todas mis solicitudes serán denegadas.

La Capa de Luto incluso ahora se acuerda un poco de mí, vuela hacia mí cada vez que entro en su área de contención, se agita si por casualidad me he olvidado de quitarme los guantes estériles. Mirando hacia atrás, puedo entender la súbita orden que me exige alimentar a este ser. Una vez pasé mi tiempo aconsejando a los desconsolados, una vez pasé mi tiempo desenredando complicadas historias de angustia, una vez pasé mi tiempo compartiendo el dolor. Y sucedió, simplemente sucedió, que obtuve ese puntaje en el examen de IE.

Inteligencia Emocional. Una vez pensé que significaba algo diferente, una vez pensé que conquistar mis miedos significaba admitir que los tenía y negarme a enfrentarlos hasta que estuviera listo.

Las cosas son diferentes ahora.

No sé de dónde han salido estos recuerdos, pero con cada corazón roto o alma destrozada o mente marcada, no sé si me he vuelto más fuerte o más débil. Estas son experiencias de contrabando, imágenes falsas, y tal vez al final todo lo que soy es insensibilizado porque sé que los recuerdos no significan tanto, no me golpean tan fuerte.

¿Pero qué sucede cuando estos recuerdos son reemplazados por realidades?

Juro que, con toda esta tensión, me sorprende no haber desarrollado una enfermedad cardíaca.
A la mariposa no le importa, o tal vez no sabe lo suficiente para darse cuenta de lo indiferente que es, pero no lo sé, tal vez nadie lo sepa realmente, tal vez nadie lo sepa nunca. Vive para comer y asegurarse de que sigue comiendo.

Y así pasa otra hora mientras me llevan a través de un torbellino de muerte y enfermedad y sueños oscuros. La mariposa permanece posada en mi hombro, plegando y desplegando serenamente sus alas desiguales, inclinando sus antenas con gracia mientras me desplomo hacia adelante, con la cabeza entre mis manos.

Es hermosa…

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