El Extraño y la Secretaria

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"¡Oh, Dios, hola!" exclamó la secretaria, con una amplia sonrisa inquebrantable, a pesar de su sorpresa por la aparición abrupta del extraño que ahora estaba delante de ella. Parecía muy fuera de lugar aquí, su traje y sombrero gris oscuro contrastaban de mala manera con el colorido fondo de la oficina, y su expresión seria estaba definitivamente fuera de lugar. ¿Acaso no sabía dónde estaba? "¿Que puedo hacer por usted señor?"

"Me gustaría echar un vistazo a su inventario, si no le importa", respondió el desconocido, su voz tan severa y seria como su cara. Si la secretaria conociera mejor, habría dicho que este extraño hombre no quería estar aquí. "Entiendo que ustedes son la gente a la que acudir si uno está buscando… objetos interesantes."

La secretaria prácticamente saltó de su escritorio con emoción y aplaudió. No recibían visitantes con frecuencia, y los tours eran todavía menos frecuentes. "¡Absolutamente! ¡Me encantaría mostrarle los alrededores! ¡Sígame, por favor!" Le hizo un gesto al desconocido para que la siguiera. El desconocido asintió y acompañó a la secretaria por el pasillo.

"Estamos muy entusiasmados de que esté interesado en los productos del Doctor Wondertainment. Como probablemente sepa, el Doctor Wondertainment ha creado muchos juguetes únicos e interesantes, todos los cuales han logrado encontrar hogares amorosos con niños alrededor del mundo. Desde el humilde Súper Papel al gran Asombroso Tanque de Buceo, los productos del Doctor Wondertainment garantizan poner una sonrisa en la cara de un niño, ¡o le devolveremos su dinero!" La secretaria se rio de su pequeña "broma" mientras el desconocido permanecía en silencio, sin mostrar ningún signo de interés o entusiasmo.

La secretaria (que ahora se sentía bastante incómoda con su invitado) se aclaró la garganta ruidosamente, y luego preguntó: "¿Qué clase de juguete está buscando? Tenemos una amplia variedad de productos que pueden crear casi cualquier tipo de experiencia que esté buscando darle a algún niño cercano a usted. Por ejemplo, si conoce a una niña pequeña que siempre quiso ser una princesa, le encantaría un Set del Reino Real del Dr. Wondertainment, ¡donde puede ser la princesa de su propio reino! O, si está comprando para un niño a quien le encanta explorar, haga que se emocione con una Aventura en el Safari del Dr. Wondertain-"

"No estoy buscando una experiencia", interrumpió el extraño, sonando un tanto molesto por el discurso de ventas ininterrumpido de la secretaria. "Estoy buscando ideas, algo que ofrezca respuestas y haga que y- la persona para quien estoy comprando vaya por el camino correcto. No sé si tiene algo así, así que si no lo tiene, dígamelo ahora para que no estemos desperdiciando nuestro tiempo."

Sin desanimarse por la ruda interrupción del extraño, la secretaria sonrió cuando ambos llegaron a una intersección en el pasillo. "Creo que podemos satisfacer sus necesidades." La secretaria miró cada uno de los tres pasillos, se detuvo y luego comenzó a caminar vigorosamente por el pasillo izquierdo, todavía ansiosa por unir a este extraño hombre con un juguete que ponga una sonrisa en su rostro. En pasillo estaban alineadas con puertas de madera simples, cada una de ellas conducía a una pequeña habitación blanca, y había una ventana al lado de cada puerta para ver el interior.

La secretaria hizo una pausa, y luego comenzó de nuevo en otro discurso de ventas. "Aquí tenemos la línea más reciente de Pequeños Señores del Doctor Wondertainment. Desde su inicio, el Doctor Wondertainment se ha esforzado por brindar felicidad a los niños, y la serie de Pequeños Señores es el intento más ambicioso para hacerlo. Otros productos están diseñados como juguetes, cosas inanimadas que pueden recogerse y dejarse caer por un capricho. Mientras que los juguetes del Doctor Wondertainment son más fantásticos en este o en cualquier otro universo, es un hecho triste que realmente no puedan satisfacer las necesidades de un niño a largo plazo. Compañerismo, confianza, amor, apoyo, aceptación… Esto es lo que los niños necesitan para crecer, tener éxito y alcanzar la felicidad de la vida. Aquí es donde entran en juego de los Pequeños Señores. Cada uno de nuestros Pequeños Señores está diseñado para ser el mejor amigo del niño al que acompañan, sin dejar de ser divertidos y emocionantes. Con esto, un niño tiene un aliado, alguien que lo ayuda a encontrar su camino."

La secretaria se detuvo junto a una ventana, y el extraño miró dentro. Sentado en medio de la habitación había una masa oscura de gas que tenía una forma vagamente humana, que ni siquiera se movía para respirar. "Por ejemplo, este es el Señor Miasma, quien tiene la capacidad de poseer cualquier organismo, vivo o no, y hacerlo suyo. Al hacer esto, el Señor Miasma siempre podrá estar con su niño en cualquier situación", dijo la secretaria. Sin comentarios provenientes del extraño, el dúo se movió a la siguiente ventana.

En esta habitación había un hombre, vestido de negro y con pintura facial que le hacia parecer un mimo. El hombre parecía estar riendo ruidosamente, paseando enérgicamente de un rincón de la habitación a otro. "Este es el Señor Lágrimas, que puede hacer que los demás se sientan tristes con cada palabra que dice. Si bien puede sonar contra-intuitivo hacer que los niños se sientan mal, pero en realidad esto les enseña a los niños que está bien estar triste y que todos derraman lágrimas, incluso los adultos", dijo la secretaria, esperando que su improvisada explicación fuera suficiente para justificar la existencia de este señor ante el desconocido. Aún sin obtener respuesta, la secretaria se movió a la siguiente ventana.

"Y este es el Señor Nadie."

El extraño presto atención, su interés despertó por completo cuando miró por la ventana. En esta sala estaba sentado otro hombre, sin ropa pero sin órganos reproductivos que tuviera que cubrirse. Su piel era de un blanco puro y no tenía pelo en su cuerpo. Aliviada de que finalmente había encontrado algo que llamó la atención del extraño, la secretaria llamó a la puerta. El Señor Nadie se levantó de su silla y se acercó a la ventana, permitiendo que el extraño le viera bien la cara. El rostro inexpresivo del Señor era tan blanco como el resto de su cuerpo, y sus ojos no tenían ningún color en absoluto.

"El Señor Nadie representa al amigo definitivo: Uno sin ningún tipo de vida anterior. Cuando los niños hacen amigos, es inevitable que en algún punto se hagan divisiones entre ellos, brechas que surgen de las diferencias entre sí mismos. Estas divisiones a menudo pueden romper amistades y dejar a los niños más solos que nunca. El Señor Nadie es la respuesta a este problema: No tiene prejuicios, no tiene problemas, no hay una vida previa de la que hablar. Todo acerca de él está diseñado para no darle ninguna identidad. De esta manera, los niños pueden crear su propia identidad para él, moldearla y crear el amigo perfecto." La secretaria sonrió y miró al extraño con entusiasmo. Ella podía decir que esta la iba a ganar. "Dígame, ¿qué piensa del Señor Nadie, señor?"

El extraño miró a la secretaria, se detuvo, y miró al Señor Nadie. Aunque su rostro no tenía expresión alguna, el extraño podía ver la tristeza detrás de los ojos en blanco, un anhelo desconocido para el derecho más básico que todos los seres vivos deberían poseer. El extraño se quedó mirando ese vacío por un largo tiempo antes de responder. "Creo que esta sería una existencia horrible."

La secretaria ladeó la cabeza, confundida. "¿Disculpe?"

El extraño respiró hondo antes de continuar. "Pienso que no tener ninguna identidad sería una vida horrible. ¿No puede siquiera empezar a imaginar cómo sería eso? Sólo recibir la identidad que te sea asignada en un momento dado, sin saber realmente cómo es ser tú mismo. ¿Todo porque alguien o algo más dijo que no existía? ¡Eso sería un infierno! Podrías vagar por el mundo, experimentar muchas cosas increíbles y sorprendentes que otros sólo podrían soñar con ver… y aún serías miserable, porque al final todavía sabrías que ultimadamente estás solo."

Sorprendida por esta repentina demostración de emoción, la secretaria se quedó en silencio por un momento antes de responder. Su voz temblaba mientras trataba de contenerse. "C-creo que puede estar pensando demasiado en la situación del Señor Nadie, señor. Después de todo, el punto del Señor Nadie no es que no tenga una identidad, es que busque su identidad. En el momento en que sale al mundo, comienza su búsqueda para descubrir quién es, y lo ayudan los que lo rodean. No siempre será así, señor. Incluso si le toma toda la vida, el Señor Nadie encontrará una identidad propia."

El desconocido miró a la secretaria, esta vez con una mirada extraña en su rostro. Era como si la idea de encontrar la propia identidad fuera un concepto extraño para él. Su expresión se suavizó ligeramente, y tomó la mano de la secretaria, sacudiéndola. "Muchas gracias por su tiempo, sin embargo debo seguir mi camino." Y con eso, el desconocido echó a correr por el pasillo.

La secretaria corrió tras él, preocupada de que este hombre se metiera en problemas. "¡Señor! ¡Debe estar acompañado en todo momento durante el recorrido!" Finalmente, llegó a la intersección, pero no había nadie en ninguno de los pasillos. Suspirando, la secretaria volvió a su escritorio. Si el extraño se metía en más problemas ahora, no era culpa suya.

Mientras tanto, encerrado en su pequeña habitación blanca, el Señor Nadie se sentó, tan pacientemente como siempre. Aunque ellos no lo sabían, él había podido escuchar cada parte de la conversación, y el extraño hombre de la gabardina tenía razón. Estaba solo, siendo el Señor Nadie. Pero la conversación provocó un nuevo sentimiento extraño en su mente, uno que nunca antes había sentido. Ni siquiera tenía un nombre para eso, pero este sentimiento lo hizo querer sonreír, y mientras sonreía, formó su primer pensamiento independiente. Se lo repitió a sí mismo una y otra vez y, al hacerlo, la nueva sensación siguió creciendo y creciendo. Finalmente, pronunció las palabras que inspiraron fuerte sentimientos dentro de él.

"No seré nadie para siempre."

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