El Original
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El baile había empezado. Algo había salido mal en algún lado, y la Fundación había fallado en su misión final. Tal vez 343 se había cansado de todo el desastre y decidió barrer a los monos que peleaban en su planeta. Tal vez un frasco de 008 se había roto, y llevo al mundo a una muerte hambrienta y gimiente. O tal vez no pasó nada antinatural, y la raza humana finalmente se destruyó a sí misma como las grandes superpotencias prometieron que lo harían. No importaba

Nada importaba, ya no más.

De un polo a otro, solo una cosa mostraba signos de vida. Tenía dos metros de altura y estaba hecho de hormigón y varillas corrugadas. Corría sobre diminutas piernas pequeñas, y mientras se movía su carne de hormigón se abultaba y estiraba de una manera en que el hormigón no debería hacerlo.

Liberada del contacto visual, la estatua hizo su camino por el planeta. Continentes enteros fueron recorridos en minutos. Las piernas larguiruchas trabajaban como pistones, moliendo asfalto y roca. Corrió sobre océanos moribundos y campos de ceniza. Nunca se detuvo.

Cada vez que la estatua pasaba por una ciudad, o lo que quedaba de una ciudad, nunca pasaría sin primero correr por todas las habitaciones de cada edificio. Lo mismo ocurrió con cualquier pueblo o cualquier tipo de asentamiento humano. Si hubiera quedado alguna inteligencia para observarlo, podrían haber teorizado que la estatua estaba buscando a alguien. O a cualquiera.

Pasaron los siglos, y la estatua siguió moviéndose. Con cada ciudad vacía, parecía ser un poco más rápida, como si se sintiera furioso. Su velocidad arranca los árboles y hace volar el chasis de los antiguos automóviles. La cara pintada con spray nunca se desvaneció. En cambio, los colores simplemente se hicieron más brillantes, más enojados y más vívidos. Los ojos negros se convirtieron en agujeros en el espacio; las líneas rojas parecen brillar.

Tal vez en alguna época lejana, una inteligencia alienígena encontrará la Tierra, completamente tragada por la mierda y la sangre. Tal vez encuentren a la estatua, o la estatua los encontrará, y la danza comenzará de nuevo.

O tal vez nada vendrá. Tal vez solo sea la estatua, sin obstáculos, eterna. Siempre.

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