EXTRACTOS DEL REGISTRO DE EXPEDICIÓN
AFUERAS DE ANTUCO
DM PI-3 "GARCAS OLIGARCAS"
- π3-ALFA - VALENTINO SCIPIONI (FUENTE)
- π3-BETA - PEDRO CASEROS
- π3-GAMMA - ALEJANDRO PETROCCHI
- π3-DELTA - DAMIÁN GARLÉS
«INICIO DEL EXTRACTO»
[Los cuatro soldados están atravesando el follaje cuando llegan a la cima de una colina.]
CASEROS: Allí, se pueden ver los tejados. Ya casi llegamos.
PETROCCHI: Habla por ti, esta niebla está arruinando mi visibilidad. Podría ser un pueblo o un ejército, no puedo distinguirlo.
GARLÉS: Ya lo veo. No puede estar a más de una hora de aquí si mantenemos el ritmo.
SCIPIONI: De acuerdo. No perdamos tiempo.
[Continúan a través de la maleza. Pasan varios minutos.]
CASEROS: Hey, ¿Alejandro?
PETROCCHI: ¿Si?
CASEROS: ¿Puedo hacerte una pregunta extraña?
PETROCCHI: Uh, ¿ok?
CASEROS: ¿Crees en Dios?
PETROCCHI: Um… ¿en realidad no? No lo sé, es complicado. No voy a la iglesia, pero me gusta pensar que hay algo ahí arriba cuidando de nosotros. ¿Sabes?
CASEROS: Sí, sé a qué te refieres.
PETROCCHI: No te estás convirtiendo en un fanático de la Biblia, ¿verdad? [Risas.]
CASEROS: Jej, sí. No lo sé. Sólo curiosidad.
PETROCCHI: ¿Qué hay de ti?
CASEROS: ¿Qué hay de mí?
PETROCCHI: ¿Crees en Dios?
CASEROS: No lo sé.
PETROCCHI: Uh, ¿qué quieres decir?
CASEROS: Es… no importa. Estoy bien. Terminemos con esto. Esta estúpida niebla de mierda se siente como si me estuviera ahogando.
GARLÉS: Tiene una forma de meterse en tu cabeza.
«FIN DEL EXTRACTO»
«INICIO DEL EXTRACTO»
[Las tropas están avanzando a través de las granjas en los bordes de Antuco. La espesa niebla inhibe la visibilidad a unos pocos metros, obligando a los soldados a moverse lentamente y sin certeza. Todos tienen los rifles fuera y los seguros quitados.]
CASEROS: [Murmullos.]
GARLÉS: [Susurrando.] Quienquiera que sea, cállese.
[Silencio.]
CASEROS: [Murmullos.]
GARLÉS: [Susurrando.] He dicho que se calle.
PETROCCHI: Estás siendo dramático, chico.
GARLÉS: No sabemos qué hay aquí afuera.
PETROCCHI: Mira, entiendo los escalofríos de la primera misión, pero esto es lo más tranquilo que hay. Esta aldea ha estado abandonada desde que empezó la guerra. Te garantizo que esto es sólo un fallo del sen-
SCIPIONI: No. No, el novato tiene razón. No tenemos ninguna información, tenemos que ser cautelosos. El exceso de confianza mata. Todo el mundo, silencio.
PETROCCHI: Está bien, está bien.
[Silencio mientras el equipo progresa, tanteando el camino a través de los campos y las granjas.]
CASEROS: [Murmullos.]
SCIPIONI: Era una orden, Pedro. ¿Qué te pasa? Has estado actuando de forma extraña durante toda la misión.
CASEROS: [Murmullos.]
SCIPIONI: Habla, ¿por qué diablos estás murmurando?
CASEROS: Tenemos que… parar. Ahora.
SCIPIONI: ¿Qué?
PETROCCHI: Estabas entusiasmado por llegar aquí lo más rápido posible, ¿qué pasa?
CASEROS: Tenemos que proteger. A él. Protegerlo.
GARLÉS: [Rápidamente.] ¿Proteger qué?
CASEROS: No - no es lo que tú - ¡no quieres protegerlo!
PETROCCHI: Pedro, lo que dices no tiene ningún sentido.
CASEROS: Eso- ¡él no es quien tú crees que es! Está mintiendo, no quiere protegerla, sólo quiere bombardear y destruir y matar y-
SCIPIONI: Detente. Ahora.
CASEROS: ¡Esto es nuestra culpa! Tenemos que arreglar esto. ¡Proteger! ¡Eso es lo que hacemos, Valentino! ¡Asegurar, contener, proteger! ¡Debemos hacerlo!
[CASEROS levanta el rifle y aprieta el gatillo, apuntando a SCIPIONI.]
SCIPIONI: Pedro, baja tu arma.
CASEROS: ¡No! ¡Necesito detenerlo! Tenemos que ir al centro, de donde viene, la niebla, la maldita nie-
[Tres disparos en rápida sucesión. CASEROS se derrumba, una mancha roja se extiende por su pecho.]
PETROCCHI: ¡Mierda!
SCIPIONI: ¡Hijo de puta! ¿Qué demonios, Damian?
GARLÉS: ¡Tenía que hacerlo! Tú lo viste, ¡estaba loco! ¡Habría disparado a cualquiera de nosotros!
SCIPIONI: ¡No tenías la autoridad para hacer eso! ¡Mierda!
[Silencio.]
PETROCCHI: [Silenciosamente.] Sin pulso.
SCIPIONI: Hijo de puta.
PETROCCHI: Conozco a Pedro desde hace años. Ese no era él.
GARLÉS: Estaba comprometido.
SCIPIONI: ¿Por qué?
[Silencio.]
SCIPIONI: Vale, mira, no sé qué le pasó, pero lo último que dijo fue sobre el centro de la ciudad. Él dijo que era de donde venía la niebla. Ahí es a donde vamos.
GARLÉS: No.
SCIPIONI: ¿Qué me dijiste, soldado?
GARLÉS: No vamos a ir al centro de la ciudad. Vamos al puesto de observación en el borde, a ver si hay alguien vivo, y entonces regresamos.
SCIPIONI: Soy tu oficial al mando y acabas de matar a uno de mis hombres. Estás pisando hielo delgado.
GARLÉS: Esperaba que no llegara a esto.
SCIPIONI: ¿Que?
[GARLÉS saca una placa dorada y una tarjeta de seguridad de su mochila y se la entrega a SCIPIONI.]
SCIPIONI: Autorización General de Nivel… ¿Cinco? ¿Qué diablos?
PETROCCHI: ¿Qué? Déjame ver eso.
[Silencio.]
PETROCCHI: Es real. Jesus.
GARLÉS: Tomaré el mando de esta misión con efecto inmediato.
SCIPIONI: ¿Quién carajo eres tú?
GARLÉS: Tu nuevo oficial al mando. Capitán Scipioni, nos dirigiremos al puesto de observación en las afueras de la ciudad. Es una orden.
SCIPIONI: ¿Qué hay en el centro?
GARLÉS: Eso es clasificado
SCIPIONI: ¿La niebla es peligrosa?
GARLÉS: No mientras no te acerques a la fuente. Si seguimos un camino amplio hacia el puesto, estaremos-
SCIPIONI: ¿Cuál es la fuente de esto?
GARLÉS: Eso es clasificado. Por favor, no haga más preguntas. Prefiero no desperdiciar la luz del día que aún tenemos.
SCIPIONI: Bien. Adelante. Joder.
«FIN DEL EXTRACTO»
«INICIO DEL EXTRACTO»
[GARLÉS entra en una pequeña cabaña de barro y madera. El edificio de una habitación contiene una litera, dos sillas volteadas, varios armarios de acero, y una mesa cubierta con un equipo de comunicación inoperativo.]
GARLÉS: Entra.
SCIPIONI: ¿Qué demonios está pasando? ¿Cómo tienes Autorización de Nivel 5?
GARLÉS: Estoy de tu lado, lo juro. Pero por ahora, necesitamos alejarnos de esa niebla. Viste lo que le hizo a Pedro.
[GARLÉS cierra la puerta una vez que los tres han entrado. Se mueve a la mesa, inspeccionando el equipo.]
SCIPIONI: ¿Puedes explicar qué carajo está pasando aquí, Damian?
GARLÉS: Con el debido respeto, Capitán, eso es clasificado. Todo lo que necesita saber es que gente muy superior a usted tiene instrucciones muy específicas sobre lo que va a pasar aquí. Está obligado a ayudarme a detener este desastre.
PETROCCHI: Vimos la fuente de la niebla, venía del centro de la ciudad. ¿Por qué hemos hecho todo el camino hasta aquí?
GARLÉS: Este es el mejor lugar para sacar una señal. Una pequeña debilidad en la integridad estructural de la anomalía, explotada usando paratecnología.
[GARLÉS mete la mano en su bolsa y saca un pequeño dispositivo esférico con una luz azul.]
SCIPIONI: ¿Qué es eso?
GARLÉS: Es un señalizador de radio, amplificado usando taumaturgia. Lo suficiente para atravesar SCP-5227.
PETROCCHI: ¿A quién le haces señales?
GARLÉS: Cincuenta y siete. Más específicamente a un escuadrón aéreo estacionado allí en espera. Una vez que reciban la señal, nos darán un pequeño retraso y luego bombardearán este agujero infernal hasta el reino venidero.
SCIPIONI: ¿Por qué? ¿Qué estás tratando de destruir?
GARLÉS: Eso es clasificado.
[GARLÉS se da la vuelta hacia la mesa para empezar a montar el dispositivo.]
SCIPIONI: Está bien. Todo lo que sé es que de repente el novato está afirmando ser un agente secreto de Nivel 5, uno de los miembros de mi equipo está muerto en el polvo por tu mano, no nos dejas ni siquiera investigar qué está causando esto. Nuestro trabajo. No sé quién eres tu, pero
GARLÉS: Me temo que esto es un asunto interno de la Funda-
[Disparo. La pantorrilla de GARLÉS salpica sangre y se estrella contra el suelo, dejando caer el dispositivo.]
GARLÉS: ¡MIERDA!
SCIPIONI: Lo siento… señor, pero ha matado a un operador de la Fundación y está obstaculizando la investigación de la anomalía. Por lo tanto, lo relevo del mando. Estamos averiguando qué está causando esto. La herida no es letal, y hay un botiquín de primeros auxilios en la taquilla.
[PETROCCHI avanza y toma el transmisor del suelo]
PETROCCHI: Y nos llevamos esto.
GARLÉS: Ustedes… ustedes dos no saben lo que están haciendo. Vais a arruinarlo todo. Les ordeno que se-
SCIPIONI: Lo siento, Damian. Volveremos.
[SCIPIONI y PETROCCHI salen de la cabaña, cerrando la puerta tras ellos.]
«FIN DEL EXTRACTO»