Recoges tus cosas, sales del Sitio, te diriges al aparcamiento, sales por la puerta y te diriges a casa. El tráfico es muy escaso — al fin y al cabo, todavía es muy temprano y la hora punta hace tiempo que pasó — así que llegas a casa muy rápido.
Te sientas en el salón con una taza de café y un libro. Es un día bastante caluroso y los vapores del café son embriagadores. Te quedas dormido antes de haber tomado un sorbo.
Cuando te despiertas, el café está frío y el libro está en el suelo a varios metros del sofá. Miras la hora: han pasado horas. Tienes que ser muy cuidadoso a la hora de reparar tu horario de sueño.
Por la noche, te vas a la cama cuando lo harías normalmente. Tardas mucho más en dormirte de lo normal, sin duda debido a tu siesta accidental.
Por la mañana te despiertas con la peor resaca de tu vida. Mareado, muerto, sin poder pensar. Calculas que has conseguido dormir una hora aproximadamente. Compruebas la hora y ves que debes estar equivocado: te has quedado dormido dos horas más.
Se te enfrían las entrañas. Tienes que ir a trabajar, ya. Te vistes y sales de casa tan rápido como puedes, reprendiéndote interiormente por tu estupidez. El tráfico vuelve a ser escaso en el camino: vas a trabajar más o menos a la misma hora que saliste ayer. Pasas el control de seguridad, te dejan entrar, aparcas el coche y te diriges a tu oficina.
Antes de llegar, Sally Hawthorne se cruza contigo en el pasillo.
"Dr. ████████", dice. Sigues caminando hacia tu despacho y ella se pone a tu lado.
"Sally", respondes. "¿Intenta estorbarme?"
"No… no, señor, por supuesto que no. Quiero decir que había algo que quería preguntar. Pero veo que está ocupado".
"Dispara".
"¿Ha visto al Dr. Rodríguez hoy?"
Ambos llegáis a tu despacho.
"¿Carlos?" Vuelves a pensar, pero tu mente está nebulosa y nublada. Tardas unos segundos en recordar quién es, o qué relación tiene contigo. "No, en realidad no lo he visto en absoluto. ¿Por qué lo pregunta?"
"Se suponía que iba a estar aquí esta mañana temprano". Entra en tu despacho después de ti y cierra la puerta tras ella. "Teníamos que hacer un trabajo. No he podido contactar con él en absoluto".
"No he sabido nada de él, no", respondes, un poco distraído. Tu atención ya se ha alejado de ella y se dirige al espacio que hay sobre su cabeza.
"Bien. Gracias, doc… ████". dice Sally, mientras sale de tu despacho y se dirige al pasillo, cerrando la puerta tras ella.
Tomas asiento en tu escritorio y te preguntas para qué necesitaba reunirse con él. Tardas unos minutos en recordar lo que se supone que tienes que hacer hoy. Tienes que echar un vistazo más de cerca a SCP-3939 para ver si puedes averiguar qué es realmente anómalo en él. Tu cabeza se hunde en tus manos cuando la idea de la cantidad de trabajo que tienes que hacer se cierne sobre ti.
