SCP-342
Puntuación: +6+x

Ítem #: SCP-342

Clasificación del Objeto: Euclid

Procedimientos Especiales de Contención: SCP-342 puede ser guardado en forma segura en su carpeta de informes, en un sobre abrochado a la cubierta interna, ya que no representa un peligro mientras no sea activamente usado. Tal carpeta de informes debe ser mantenida en un archivo seguro en Almacenamiento de Objetos de Alto Valor, y protegida por un despliegue de defensas biológicas, químicas, meméticas y de acción física.

Descripción: SCP-342 toma normalmente la forma de un boleto para el medio de transporte público más cercano a su posición. En este momento, adopta la apariencia de un boleto de tren, que parte de la Estación ████████████████. Cuando es tomado por una persona consciente por cualquier longitud de tiempo, eventualmente cambiará su forma a la de un boleto del tipo de transporte que su portador desee usar. Esta transformación siempre toma lugar cuando no está siendo directa o indirectamente observado: no hay grabaciones existentes de SCP-342 cambiando de forma en este momento. SCP-342 es indistinguible de cualquier otro boleto de tránsito válido, y puede ser usado como tal.

Si SCP-342 es validado con un sello, se le arranca el talón, o se lo desecha, se reformará en un boleto sin usar después de un corto período de tiempo. El personal de la Fundación SCP debe estar en el lugar para recuperar a SCP-342 después de la conclusión de todo experimento de campo.

Toda persona que use a SCP-342 para abordar un vehículo es incapaz de salir del mismo, de la forma que sea. Una vez que el vehículo termine su ruta y detenga su movimiento, el usuario desaparecerá de esta realidad. Los usuarios reportan una creciente sensación de temor previo a abordar el vehículo, que se incrementa durante el transcurso de la jornada, y culmina en un terror panicoso un momento antes de la desaparición. Los fenómenos específicos, con frecuencia, se parecen a los de la esquizofrenia paranoide aguda, e incluyen:

  • Una percepción de oscuridad incrementada del cielo, afuera del vehículo (niebla, noche prematura, o, con más frecuencia, tiempo gris y deprimente).
  • Alucinaciones auditivas: con más frecuencia, interpretaciones erróneas de anuncios normales de conductores y pasajeros: por ej., un anuncio de la próxima parada es escuchado como una declaración de que el usuario nunca se detendrá.
  • Objetos normales, como los de otros pasajeros, u objetos no amenazantes, de pronto toman una apariencia o tono intimidante.
  • Un miedo casi patológico a los conductores/cobradores/otros oficiales de tránsito.
  • Extraños hechos que impiden completamente que el viajero descienda del vehículo.
  • El conocimiento absoluto de que es imposible descender.
  • Incapacidad de ver a otros pasajeros saliendo y entrando al vehículo: los usuarios reportan que los otros viajeros parecen manifestarse de la nada y esfumarse de sus asientos, y, en algunos casos, no pueden percibir que un pasajero se ha retirado del vehículo, viéndolos aún en sus asientos.
  • Incapacidad de escuchar o percibir intentos de calmarlos o razonar con ellos.

Aunque las experiencias más agudas están limitadas sólo al usuario, los transeúntes (incluidos los agentes asignados para observar al sujeto) reportan sensaciones de ansiedad, y se sienten compelidos a salir del vehículo anticipadamente, buscando otros medios de transporte.

Anexo 342 A: El objeto fue descubierto en Chicago, en 1936 por [DATOS BORRADOS]. El caso fue reabierto varios años después, ya que se esperaba que los avances tecnológicos permitirían un entendimiento más profundo de [DATOS BORRADOS].

Anexo 342 B: La importancia de recuperar a SCP-342 después de ser validado para viajar no puede ser subestimada: por favor véase el reporte: "Incidente del Dr. Lank", donde SCP-342 no fue recuperado exitosamente después de su validación, resultando en una brecha de contención de seis meses de duración que causó la desaparición de varios civiles de la ciudad de Nueva York. Se solicita y requiere que el personal de la Fundación SCP use todos los medios posibles, incluyendo: hacerse pasar por un agente de las fuerzas del orden, intimidación, y amenazas/uso verdadero de fuerza letal para recuperar el objeto.

Anexo 342 C: Reporte de Agente [NOMBRE CENSURADO]: Nuestro primer experimento con el boleto consistía en un miembro del personal de Clase-D haciendo uso del objeto para ingresar a un autobús. Posicionamos agentes en cada parada para observar su conducta sin entrar al vehículo (una precaución en caso de que cualquiera que ingresara sea afectado de alguna forma; los reportes antiguos eran imprecisos en este aspecto). Muchas veces el sujeto simplemente se sentó en su lugar, o fue de aquí para allá en el pasillo. De modo creciente comenzó a mirar fijo hacia afuera horrorizado, y en los últimos momentos no pudimos localizarlo. En el punto final antes de que el autobús fuera estacionado por la noche, lo vimos golpeando con fuerza la ventana, con una expresión de súplica, gritando a los agentes por auxilio mientras el vehículo se alejaba, y con una extraña neblina llenando gran parte del fondo detrás de él.

Como no pudimos sacar muchas conclusiones de este evento, decidimos rastrear algunos de los pasajeros e interrogarlos, para arrojar un poco de luz, con suerte, sobre lo que pasó. Muchos fueron renuentes a hablar o afirmaron que no notaron nada, diciendo que estaban preocupados por algo, o distraídos por una enfermedad, dolor, o sensaciones de premonición. Finalmente obtuvimos información útil de tres chicos, uno de 15 años (caucásico) y dos de 16 años (hispanos), que estaban viajando en el autobús cerca del frente, durante una parte del viaje. Nos dijeron que nuestro sujeto de prueba había intentado descender varias veces, pero que su llamado del timbre siempre fue ignorado, y que las puertas parecían cerrarse justo antes de que pudiera bajar. Él corría y simplemente no llegaba a tiempo, o caminaba desde una distancia y era manipulado para terminar en la parte final de una fila. Finalmente, se sentó justo en la cabecera del autobús así podía estar lo suficientemente cerca para salir a tiempo, pero en cada oportunidad que tuvo, se acumulaba mucha gente subiendo o bajando para que pudiera irse.

Algo en este evento pareció molestar a los chicos. Uno de ellos estaba particularmente enojado, pero no pudo explicar la causa. Bajo hipnosis, describió lo que para él fue un momento de puro terror, donde había visto un par de personas en el grupo de pasajeros empujar al hombre hacia atrás, sutilmente mantenerlo agarrado, o hacerlo tropezar, todo mientras miraban fijo hacia adelante inocentemente, como si ni siquiera se dieran cuenta de lo que estaban haciendo. Finalmente, después de gritarle al conductor, durante unos buenos diez minutos, de que quería bajarse (lo que el conductor ignoró, además de pedirle que se siente y se quede quieto), el hombre volvió a su lugar, aparentemente rindiéndose desesperado. Dos de los chicos dijeron que, del miedo, el hombre chilló y cayó de espaldas a su asiento cuando el conductor se dio vuelta y lo miró. Los demás no se dieron cuenta de que los dos estaban en conflicto, lo que es contrario al hábito usual de mirar ávidamente peleas, en los particularmente hostiles autobuses del centro de la ciudad.

Después de volver a su asiento, los chicos dijeron que rápidamente se olvidaron del tema, seguramente porque él ya no estaba más en apuros. La vez siguiente que lo vieron estaba tres asientos más atrás, después cinco, después siete, pero en ningún punto pudieron recordar verlo pararse de su asiento para irse hacia la parte posterior. Esto fue todo lo que pudieron decirnos, y pareció demandarles un montón de esfuerzo tan sólo revelarlo.

Como nota adicional: al final de nuestra sesión, el adolescente más joven gritó "¡Era como si se lo hubiera tragado al final!" y rápidamente tuvo que ser hospitalizado por psicosis extrema.

Anexo 342 D: Experimento en el Metro Dos: NOTA DEL OFICIAL DE SUPERVISIÓN: El Experimento en el Metro Dos fue la primera vez que tuvimos un observador junto al pasajero. El Agente Strahm prestó atención al más mínimo detalle de la conducta del personal de Clase D, tomó varias muestras de fluidos, y examinó órganos, más que nada el corazón y el cerebro, hasta que el hombre se volvió muy agresivo para analizar. Además, grabó un excelente registro de todos los eventos objetivos y subjetivos. Dado que los exámenes físicos no proveyeron de signos especiales, excepto que el sujeto estaba en el medio de un típico colapso nervioso, dicha información fue colocada en el Documento 342-D Alfa. Sólo la información más relevante fue incluida aquí.

Los dos hombres compraron el pasaje, con el prisionero presentando el boleto. Inmediatamente, se exasperó y le dijo a la persona que le tomaba su boleto: "¿Qué me dijiste, puta? ¿Me estás amenazando?" Fue rápidamente apurado para prevenir un incidente, y de inmediato casi fue separado del agente que lo acompañaba por un par de guardias de seguridad. El Agente Strahm reporta que los guardias parecían estar en trance, y que intentaron separarlo del usuario, indicando por lo bajo "Uno a la vez, por favor". Sin embargo, logró imponerse por la fuerza, aunque se vio obligado a derribar a un oficial que intentó interponerse entre él y la puerta.

En el tren, el usuario se volvió muy tranquilo: sorprendente, debido a que él era uno de nuestros más violentos miembros del personal de Clase-D. El Agente Strahm continuó realizando pruebas y entrevistando hasta que el prisionero dijo por lo bajo: "Libérame de este puto tren". El Agente Strahm dijo que ellos podrían irse después de unas pocas horas, y en ese punto el usuario se volvió terriblemente agresivo, y empezó a saltar hacia arriba y abajo, contra las paredes, y balanceándose en las rejas y agarraderas, mientras aullaba como un primate. El Agente Strahm lo derribó de un golpe a la cabeza usando su cachiporra, y lo esposó a un poste. Para mitigar los temores de los civiles, mostró una placa que indicaba que era un Alguacil de los Estados Unidos y continuó con su análisis.

Un examen físico indicó que el prisionero había entrado en una etapa de sueño REM tras sólo tres minutos, lo cual es especialmente inusual en un sujeto que ha sido dejado inconsciente de un golpe. Después de que el sujeto despertó, el Agente Strahm tomó la decisión de abortar el experimento, y le dijo al sujeto de Clase-D que si cooperaba lo ayudaría a bajarse del metro lo antes posible. Sosteniéndolo con firmeza, intentaron retirarse, pero fueron impedidos de hacerlo por la multitud.

El Agente Strahm intentó que salieran por segunda vez en la siguiente parada, tomando la precaución de sostener su placa y ordenando a todos los pasajeros que permanecieran en sus asientos. Sin embargo, ahora les fue imposible salir por la multitud ingresando al tren. El Agente Strahm reportó que el prisionero casi fue apartado de él: no pudo determinar por qué medios, pero afirmó que "las manos que lo tiraron hacia atrás no pertenecían a ningún pasajero". Afortunadamente, el Agente se había esposado al sujeto, y fue capaz de mantener contacto con el mismo, aunque su intento de salir del vehículo no fuera exitoso. Ahora entrado en un estado de pánico, el prisionero se aferró al agente como un niño asustado, de manera tan firme que Strahm tuvo marcas de moretones en su pecho y brazos por días, y gritó varias veces que las esposas se estaban "resbalando". En el caos, la placa del Agente Strahm se soltó de su mano, y recibió un golpe al costado de la cabeza.

Durante el viaje a la tercer parada, el Agente Strahm, de una manera exasperada, interrogó a los nuevos pasajeros para descubrir quién lo había golpeado. Nadie le dio ningún indicio o pistas, y muchos se ponían histéricos con la mínima pregunta o contacto. Una mujer empezó a llorar cuando el Agente Strahm la agarró del hombro, aunque luego se silenció cuando él empezó a sacudirla vigorosamente. Las cámaras de seguridad mostraron al Agente arrojando un pasajero al piso y golpeando a otro en el rostro, mientras el personal de Clase-D lloraba y se aferraba a su pierna. Debido a las extraordinarias circunstancias, la Junta de Investigación ha decidido no reprenderlo por esta falta de control.

El Agente Strahm hizo un tercer intento para sacar al prisionero del tren, eligiendo tomar un enfoque coordinado. Usando su radio, se comunicó con agentes en la siguiente parada, a pesar de la dificultad debido a la presencia de interferencia estática. Inusualmente, ambas partes dijeron que escucharon a la otra persona hablar con una voz baja y tranquila, como la de un niño asustado, a pesar de que ambos lados informaron que estaban hablando en voz alta para ser escuchados por sobre la estática.

Es en este punto que el prisionero empezó a golpear la puerta, gritando para que se le permita descender del vehículo. El Agente Strahm, aunque fue empático, le advirtió al usuario de que lo sedaría si continuaba. Esto pareció consternar al prisionero más que ninguna otra cosa: según el Agente Strahm, él afirmó, "No, así es como empezó. Un solitario y oscuro viaje por partes desconocidas del país. Los viajeros son errantes. Los desapegados. Ellos caerían dormidos, con una botella de alcohol y oh Dios, cuando despierten todavía seguirían andando. Todavía aún. ¿No lo captas? Ellos despiertan y aunque han dormido por horas todavía siguen, quién sabe dónde…" A continuación manifestó su intento de cooperar y se enroscó en una posición fetal, balanceándose lentamente.

En la próxima parada, los Agentes Macabyern, Cinulure, Smith y Jacobs (acompañados por el Dr. Gunsther, el jefe de proyecto) abordaron el metro y empezaron a abrirse camino entre la multitud hacia el Agente Strahm y el sujeto. A pesar de los esfuerzos para intimidar a la multitud, el avance fue dificultoso hasta que el Agente Smith disparó su arma al techo y amenazó con fuerza letal. Todos los pasajeros del vagón fueron evacuados y un cordón protector fue establecido alrededor del sujeto. El Agente Jacobs ordenó al conductor que el metro deje de operar; cuando el conductor pareció confundido, ordenó que toda la energía eléctrica del metro fuera interrumpida. El personal de la Fundación SCP, disfrazados como oficiales de Autoridad de Tránsito, evacuaron entonces a todos los civiles de la totalidad del tren, la plataforma y la estación.

Los Agentes Strahm, Macabyern, Cinulure y Smith, y el Dr. Gunsther intentaron entonces guiar al prisionero fuera del tren. A pesar de todos los esfuerzos de dirigirlo, persuadirlo y forzarlo fuera del tren, ninguna estrategia fue exitosa. El Agente Strahm desistió de sus esfuerzos después de que el prisionero fue amenazado con fuerza letal por el Agente Smith, quien gritó a los otros agentes que "él no se está aferrando a nada, hay una especie de pared". Los otros agentes parecieron confundirse, afirmando que el sujeto estaba maliciosamente intentando impedir su salida al aferrarse a una de las barras de soporte. Ellos continuaron con esta aseveración hasta que se les señaló la imposibilidad de que esto pudiera ser así, dado que ambas manos del prisionero estaban siendo agarradas por los agentes en ese momento.

En un último y desesperado esfuerzo de extraerlo, el personal intentó desmantelar el metro alrededor del usuario, a través del uso de sopletes de corte y herramientas eléctricas. El Agente Strahm permaneció con el sujeto, a la vez que los otros salieron para ayudar al personal de la Fundación a prepararse. Mientras el equipamiento estaba siendo montado y todos estaban de espaldas, las puertas se cerraron, y el tren inmediatamente arrancó y se alejó por sus propios medios. Los agentes no pudieron alcanzarlo hasta la próxima parada, y los pasajeros inmediatamente se subieron, a pesar de que se les ordenó no hacerlo.

El Agente Strahm fue encontrado más tarde tirado en el andén del metro, a 8 kilómetros de distancia, en un estado comatoso. Una de sus esposas todavía estaba anexada a su muñeca, pero la otra estaba vacía. Se ha determinado que los rastros de sangre encontrados en el metal pertenecen al usuario.

Anexo 342 E: Experimento en el Metro Tres: Posiblemente debido al trauma psicológico por la pérdida del Sujeto D-342-D, el Agente Strahm se ofreció para ser el sujeto del próximo experimento, manifestando que alguien más conocedor de nuestros términos y procedimientos podría proveer mejor comunicación. O5-07 aprobó esto después de varias súplicas del Agente Strahm. El Agente Erin y el Dr. Haber, ambos amigos cercanos del Agente Strahm, lo acompañaron en su viaje.

El trayecto en el metro comenzó normalmente, aunque el Dr. Haber notó que los Agentes Erin y Strahm parecían compartir un entendimiento más preciso de los fenómenos experimentados por Strahm, quizás como resultado de su cercana amistad. La empatía del Agente Erin le permitió al Agente Strahm mantenerse cuerdo y coherente durante la totalidad del viaje, y fue capaz de hablar calmada y racionalmente acerca de eventos aparentemente sobrenaturales sin que haya colapso de funciones lingüísticas y mentales. Por esta razón, este experimento fue el más útil y provechoso, y un registro completo de la secuencia de eventos experimentados por el Agente Strahm puede ser encontrado en la documentación anexa.

De particular importancia: el Agente Strahm no hizo ningún esfuerzo para abandonar el metro, y tampoco consideró la posibilidad, ni siquiera, de hacerlo. La aceptación de su destino quizás le ha permitido una evitación de angustia mental, como puede verse en el siguiente registro:

Strahm: No.

Dr. Haber: ¿Perdón?

Strahm: Es muy arriesgado.

Erin: Podríamos ser separados o heridos. Sabemos lo que ocurre cada vez. Algo malo. No estoy considerando esa posibilidad.

Dr. Haber: Pero él lo está haciendo tan bien. Tal vez todo sea eso, una cuestión de fuerza de voluntad. Se están manteniendo unidos, están calmados y serenos, no los controla. (Entusiasmado) ¡Eso es! Lo único que se necesita es una voluntad fuerte para pasar a través de las puertas…

Erin: Si hay una prueba, no es aquí, es al final de todo. Allí es donde él nos va a necesitar, a nosotros y a nuestro respaldo. Allí es donde va a pasar.

Strahm: (Callado)

Dr. Haber: Mira, no podemos simplemente dejarlo… Aquí es la parada. Digo que al menos lo intentemos… para ver los resultados.

Strahm (Malhumoradamente): Obtendrá sus resultados, muy bien, Doc…

(En este punto, los tres miembros del personal intentaron caminar hacia la puerta)

Dr. Haber: ¡Dios mío!

Erin: ¡Retrocede!

Fue en este punto cuando un vagabundo que viajaba en el tren arrojó al Dr. Haber por el vagón y rompió su cuello, antes de recibir cuatro disparos del Agente Erin en el pecho. El personal de la Fundación que esperaba en el siguiente andén rápidamente los evacuó del tren en camillas. El vagabundo murió en el camino a la base, y a pesar de ser transportado en una ambulancia de alta seguridad, su cuerpo desapareció cuando pasaron a través de un sector abandonado de la ciudad, específicamente bajo las ruinas de un puente de trenes.

El Agente Erin ordenó que el tren sea evacuado y manifestó su intención de continuar el experimento solo, permaneciendo con Strahm. Las alucinaciones continuaron a medida que el viaje progresó: el Agente Erin afirmó ver sombras parpadeantes y extraños fenómenos, mientras que Strahm informó alucinaciones más visibles, que incluyeron el rostro del Agente Erin derritiéndose para revelar un monstruo con facciones rojas y cuernos, y los mismísimos metales y materiales del tren comenzando a deshacerse como cera y moldeándose y reformándose extrañamente. Erin afirmó que le resultó extremadamente difícil pensar lógicamente o concentrarse, pero perseveró para permanecer apegado y hablando a un progresivamente trastornado Strahm.

Este experimento ha llevado a la formación de la idea de que el usuario viaja en dos trenes separados: el primero, el vehículo de cuatro dimensiones de la realidad, y el segundo, un llamado "tren sombra" que se superpone al primero. Ambos trenes se mueven a la misma velocidad, con los pasajeros y el personal percibiendo uno u otro en distintos grados, hasta que el tren "real" llega al final de la línea y deja de moverse, mientras que el "tren sombra" continúa. Según el Agente Erin, poco después de llegar al final del recorrido, el Agente Strahm comenzó a irse hacia el frente del tren, pasando a través de material sólido en el proceso. Cuando se le señaló esto al Agente Strahm, éste se perturbó y comenzó a correr hacia la parte trasera del tren. Al llegar al punto medio del antepenúltimo vagón, Strahm comenzó a golpear su puño contra el aire, manifestando que estaba al final del tren, y que "se está moviendo, está partiendo de la estación", y que era incapaz de continuar más atrás. El Agente Erin intentó detener la marcha del Agente Strahm, pero sólo tuvo éxito en tumbarlo, y en ese punto Strahm rápidamente aceleró hacia el frente del tren, deslizándose con su estómago. Marcas de uñas fueron más tarde encontradas en la alfombra, donde él se había aferrado al piso en un intento para detener su marcha. El Agente Strahm pasó a través de la puerta cerrada de la cabina del conductor y llegó al compartimento de conducción, donde empezó a gritar inmediatamente del terror.

El Agente Erin manifestó, en este punto, que sacó su revólver de servicio e intentó eliminar con intención benevolente al Agente Strahm, pero fue incapaz de hacerlo por el vidrio reforzado de la puerta de la cabina del conductor. Su última observación registrada del Agente Strahm indica que vio "una criatura, algo así como una enorme araña, pero usando un gorro de conductor, mirando hacia las palancas, envolviendo a Jerry en una telaraña, como un capullo, e inmediatamente arrojándolo a través de la ventana, como si fuera aire". La criatura entonces se dio vuelta hacia el Agente Erin y le ordenó salir del tren, y en ese punto el Agente Erin perdió el conocimiento debido al horror. Fue encontrado posteriormente acurrucado en la parte trasera del vagón del tren con un arma vacía, apretando el gatillo en forma continua a pesar del cilindro vacío, una y otra vez, hasta que el personal le confiscó el arma.

Anexo 342 F: Reporte Suplementario del Doctor Gunsther: Preparamos varias situaciones para intentar descubrir los controles, parámetros y desencadenantes de SCP-342. Primero, usamos un autobús de empresa y un conductor que trabajó para nuestra organización, que tuvo al prisionero como único pasajero. Aunque el boleto fue rasgado antes de entrar al vehículo nada ocurrió. Intentamos numerosas reiteraciones del mismo concepto: prisioneros entrando a un autobús de empresa junto con otros agentes, e hicimos también que cada uno presente un boleto para poder entrar. Los hicimos hablar de esto en voz alta y de modo obvio, e incluso denegamos la entrada a un agente porque no tenía boleto. Aún así, el boleto no cambió para parecerse al del sistema de transporte ficticio que creamos.

A continuación tuvimos ciudadanos no conscientes de la situación entrando a nuestro autobús, usando boletos que previamente habíamos distribuido. Una vez más, el boleto no cambió, y nuestro pasajero fue capaz de irse en cualquier momento. Entonces cambiamos nuestro conductor de autobús de empresa por conductores contratados a través de avisos en los periódicos. Los conductores se mostraron confiados al principio, y estaban muy entusiasmados por las perspectivas que les estábamos ofreciendo, pero cuando el prisionero subió a bordo (ya sea en un autobús vacío o en uno lleno), en todos los casos el conductor se volvió, de pronto, muy desconcertado y abrumado, afirmando que los controles de nuestro autobús eran muy avanzados o nuevos para él, que no entendía el tablero de mandos, o que estaba "más cómodo con su propio autobús" y no podía manejar éste, aún cuando se usó el mismo modelo de vehículo. Los intentos por refrescar la memoria del conductor con respecto al método para operar el autobús fallaron, incluso al punto de que el volante fue considerado "muy complicado".

Después de este fracaso, se determinó que se le permitiera a los conductores usar sus propios autobuses. Estableciendo acuerdos con las corporaciones y departamentos públicos, bajo la fachada de burocracia gubernamental de nivel mayor, logramos que aislaran un horario especial en el cual sólo pasarían a buscar al prisionero y otro en el cual se detendrían. Aunque los jefes tomaron bien esto, cuando el momento llegó, los conductores rehusaron cambiar su rutina "por pedido de burócratas cerebritos". Todos ellos continuaron en el recorrido preestablecido, afirmando que estaban muy ocupados o que no tenían el tiempo del día para ir por diferentes rutas sólo porque alguien se los haya ordenado.

Finalmente, hicimos un trato con un conductor llamado Bucky Folsworth, en el que él pasaría a buscar a nuestro pasajero por su ruta normal, y se intercambiaría con otro conductor (uno de nuestro personal) en la mitad del camino. Al conductor Folsworth se le ofreció una remuneración considerable, se le indicó que el fracaso en cooperar resultaría en su despido del empleo, se lo instruyó para que estuviera en contacto permanente con nosotros vía radio, y que se detuviera en la quinta parada, estacionara el vehículo, y dejara que uno de nuestros agentes continuara conduciendo. En retrospectiva, nos dimos cuenta que quizás el boleto nos estuviera atrayendo más y más cerca a su alcance, presentando situaciones cercanas que no produjeran nada, con la esperanza de llevarnos a alteraciones posteriores, hasta que cruzáramos la línea y le permitiéramos activarse completamente.

Cuando el prisionero se aproximó a la parada del autobús, el boleto cambió para parecerse a un boleto de ese vehículo específico. Después de darse cuenta de que este sería otro viaje nefasto, varios miembros de nuestro equipo recomendaron tomar medidas y sugirieron que deberíamos enviar un Agente para acompañar al prisionero. El consenso fue que no quisimos arriesgarnos a una situación frágil, que podía fallar súbitamente al mínimo cambio. Voy a admitir un fracaso personal, debido a que estaba seducido por la posibilidad de que uno de los nuestros tuviera control del fenómeno, así como la información vitalmente importante que podría ser recolectada.

Desafortunadamente, nuestro atolondramiento y deseo de no echar a perder una muy importante oportunidad, quizás única en la vida, sólo condenó a otra persona. Cuando el conductor del autobús llegó a la quinta parada, detuvo el vehículo según lo instruido. Sin embargo, cuando intentó dejar su asiento, los frenos del vehículo fallaron, provocando que el autobús se precipitara por la colina, aplastando bajo sus ruedas a una pequeña niña que cruzaba la calle. Al principio pensamos que esto fue un intento de SCP-342 de tirarse contra nosotros, por habernos aventajado y haber mantenido al prisionero fuera de su alcance. Momentos después, nos dimos cuenta de que el hecho importante no era que la niña fuera asesinada, sino que el autobús siguiera desplazándose, y que el conductor Folsworth estuviera aún en comando del vehículo.

Intentamos establecer comunicación con Bucky pero se negó a hablar. Pensamos que quizás esto era porque se sentía culpable por la muerte de la niña y estaba preocupado por ser castigado, así que intentamos tranquilizarlo indicándole que si se detenía ahora, no habría repercusiones. De esto obtuvimos su primera palabra, un simple "no". Supimos entonces que debíamos hacer uso de fuerza física para detener el autobús. Estableciendo barricadas y ruedas de neumáticos, pinchamos dos de las ruedas, y temporalmente logramos volcarlo sobre su costado. Sin embargo, de alguna forma logró llegar a la autopista y en un punto lo perdimos cuando siguió por el camino. Cuando fue encontrado de vuelta, estaba acelerando, yendo al menos a 130 millas por hora en medio del tráfico, en la dirección opuesta. En este punto, era un peligro para toda la población, y no sólo para el prisionero.

Le indicamos a la policía local que se retire, y lo perseguimos con autos y helicópteros. La última declaración que obtuvimos de él fue "No voy a estacionarme. Soy un conductor y eso es lo que hago. Ese es mi propósito. No necesito intercambiar. ¡Puedo llevarlo a donde tiene que ir!" Después de esto, salió disparado de la carretera hacia un espacio abierto por cerca de 10 segundos, antes de estrellarse en otro carril inferior. No sabemos si esto fue intencional o no, dado que al mismo tiempo que giró bruscamente hacia los costados y se dirigió hacia las vías en una pendiente, recibió un balazo de un francotirador aéreo en la cabeza. Según los reportes, el autobús chocó contra el suelo y explotó en una ardiente llamarada. No hubo sobrevivientes, y muchos cuerpos nunca fueron declarados perdidos o descubiertos.

Un reporte de una transeúnte (una mujer de 26 años que manejaba en el carril próximo, que quedó dada vuelta por el cinturón de seguridad y recibió un golpe en la cabeza por el choque) es de particular interés. Ella afirma que vio un segundo autobús idéntico saliendo del humo y quitando a un lado la chatarra. Abrió su puerta con un gran sonido mecánico y esperó allí por unos pocos segundos, hasta que de las llamas salió una silueta ardiendo con la forma de un cadáver humano. Dijo que este cadáver entró al autobús y se sentó, y entonces arrancó, desplazándose fluidamente a través del choque en cadena hasta desaparecer.

Intentamos los mismos parámetros (vehículo real, pasajero real, conductor real que sabe qué está pasando y está en contacto) tres veces más, pero esta vez con trenes. También tuvimos agentes posicionados en el tren en cada ocasión. Sin embargo, el mismo malentendido ocurrió una y otra vez: los prisioneros inexplicablemente ingresaban en el tren equivocado (inseguro), incluso cuando era claro a cuál debían entrar. De alguna manera se desorientaban en la multitud e ingresaban al tren incorrecto, uno que carecía de personal, elementos de seguridad o equipamiento especial. De mi asistente, el registro del Dr. Haber (tras la recuperación de su accidente previo):

Dr. Haber: Muy bien, así que vas a ir en el tren de allí.

Prisionero: Bien.

Dr. Haber: Sólo presenta tu boleto e ingresa. Habrá un hombre con un traje negro esperándote cerca del final.

Prisionero: ¡Ya lo entiendo!

Dr. Haber: Muy bien, ve… ¡No! ¡A tu izquierda!

Dr Rubert: ¡No te metas! ¡Detente!

Dr. Haber: ¡Mierda!

Dr. Rubert: ¡Maldita sea! Perdimos el paquete… ¡MALDICIÓN! Maldito hijo de…

Agente Ogel: ¡Maldición, imbéciles, se suponía que le SEGUIRÍAN LA PISTA! ¿Qué diablos estaban haciendo?

Dr. Haber: ESTÁBAMOS siguiéndole el rastro, simplemente perdimos… mierda mierda mierda…

Dr. Rubert: Qué pérdida sin sentido.

Anexo 342 G: Orden de Cese de Experimentación: De algún modo, en el transcurso de los más recientes eventos, el Dr. Haber quedó con el cuello atascado en la puerta, al intentar ayudar a uno de los sujetos a salir del tren. Cuando el tren partió de la estación, fue decapitado cuando pasó por una plataforma de piedra sobresaliente. Debido a esto y a las otras inexcusables bajas que ocurren tras cada experimento normal (un sujeto de prueba por experimento), hemos decidido finalizar nuestra investigación. O5-08, tras nuestra exhortación, ha invocado el Estatuto 62, que implica que ningún otro equipo puede llevar a cabo pruebas en el objeto sin nuestro permiso o la desautorización de los doce Supervisores. Hemos decidido otorgar autorización si se dirigen a nosotros con una idea de prueba innovadora, una que no haya sido llevada a cabo antes, ya que los experimentos usuales sólo desperdician vidas y no nos otorgan ninguna información adicional.

Como tema relacionado, varios civiles han estado rumoreando sobre el tema de una aparición: específicamente, algún tipo de espectro en los sistemas ferroviarios que lleva un misterioso bulto en su regazo, de aproximadamente el tamaño de una cabeza humana, mientras deambula por los trenes. Hemos encontrado a varios testigos, pero bajo ninguna cantidad de hipnosis y fármacos pudieron dar una descripción del rostro de la aparición, afirmando que estaba oculto por un manto de oscuridad, o bien indicarnos en absoluto qué había más allá de los hombros.

Anexo 342 H: Extracto del Registro Personal del Dr. Gunsther: El Doctor Joahnes Getrim hoy ha desaparecido de su casa. No puedes escapar, al final.

Un año atrás, intentamos un experimento donde el boleto sería rasgado pero el viajero no lo usaría. El Doctor Getrim decidió ser quien canjearía el boleto, e inmediatamente después, se lo entregó a un agente y se dirigió a una zona de protección especial allí mismo, manteniendo un diario con sus experiencias. El diario (anexado al archivo) relata sobre ansiedad severa, neurosis, miedo y paranoia. Él tenía un miedo constante a las rutas, y con frecuencia pasaba la noche en el lugar así no tenía que retirarse.

Después de varias semanas de no dejar su lugar de trabajo, y sufriendo consecuencias mentales y físicas por ello, fue enviado a un psicólogo para su evaluación. Trajo su investigación y pidió ser puesto en cuarentena, por su propia seguridad y la de otros, pero el modo en que se condujo con esta solicitud generó en muchos prejuicios hacia él, y propagó una ola de disgusto por sus patéticas excentricidades en la oficina. Sus tácticas produjeron un efecto indeseado y fue meramente derivado a un pequeño proyecto que ni siquiera involucraba SCPs en forma directa.

El grupo entero se iba hartando más y más de él, por llegar tarde, sudar profusamente, lucir desaliñado por haber transitado todo el camino a pie, rechazar acompañar cualquier trabajo de campo que involucrara llegar por transporte, y especialmente por su hábito de siempre solicitar ser alcanzado a su hogar, tanto por razones personales y porque su auto (un Mercedes nuevo) se averiaba en el camino a casa. Después de atacar al conductor de un camión de remolque con su propia llave inglesa, por haberle dicho que debería tomar un autobús a su hogar, fue desafectado por una cantidad indefinida de tiempo y confinado a arresto domiciliario.

Esta mañana, marcas de neumáticos gruesos fueron encontradas en la calle suburbana donde vive. Fue reportado como desaparecido por su esposa, quien recuerda haberlo escuchado decir, "Bueno, supongo que es hora de partir." Los vecinos reportan haber sido despertados por el fuerte ruido de una puerta abriéndose y por otro sonido de un vehículo grande alejándose. Una maleta llena con su ropa fue encontrada al costado de la ruta. ¿Ha aceptado su destino al final como para empacar? De cualquier modo, aparentemente no lo necesitó en el lugar adonde fue.

Anexo: 342 Ojo: Extracto del Registro Personal del Dr. Clef: Con el riesgo de sonar melodramático, SCP-342 ha eliminado finalmente a su más antiguo archienemigo.

Tres días atrás, el Dr. Gunsther y yo estábamos revisando algunos de sus viejos archivos para almacenarlos, cuando llegó al fichero de SCP-342. Gunsther quitó a 342 de su sobre y lo depositó en el escritorio mientras hablábamos sobre la historia del objeto, así como de sus propios lamentos por la numerosa cantidad de vidas perdidas sin sentido durante la investigación en este proyecto.

Nuestra conversación fue interrumpida por el hecho de que teníamos una cita para ver una proyección de "Repo: La Ópera Genética" con los Doctores Rights y Kondraki esa misma noche. Noté que el Dr. Gunsther se volvió un poco inquieto poco después de presentar su boleto en la puerta, y me pidió ir adelante y guardar su asiento por él. Él llegó un momento después y se sentó próximo a nosotros, aunque pareció preocupado y consternado durante todo el espectáculo. Dada la temática, creí que esto era una reacción normal a las monstruosidades en pantalla.

Más tarde, cuando Kondraki, Rights y yo hablamos sobre retirarnos a un bar para beber, el Doctor Gunsther afirmó que era momento para él de retirarse. Entregándome un sobre y advirtiéndome de mantenerlo asegurado, me agradeció por una espléndida noche y me deseó lo mejor en mis emprendimientos futuros. Entonces se subió a un taxi que aceleró inusualmente rápido en la noche. Tras abrir el sobre, noté que había dos boletos idénticos para su asiento en el musical, y uno de ellos se transformó en un billete de veinte dólares cuando nos aproximamos a un bar de moda con un precio de cubierto de veinte dólares.

Dándome cuenta de lo que había pasado, procedí rápidamente de regreso al lugar donde el Dr. Gunsther se había subido al taxi, y corrí por la calle que el vehículo había tomado, seguido de cerca por mis confundidos colegas. La calle, como resultó al final, era un callejón que terminaba en una pared de ladrillos a cincuenta pies de la calle principal. No ha habido ningún rastro del Dr. Gunsther desde esa fecha.

Es de mi creencia que SCP-342 tomó la forma del boleto del Dr. Gunsther para el musical, se canjeó a sí mismo en la puerta, y lo condenó así al mismo destino que las víctimas previas. El Dr. Gunsther, tras abrir su cartera para comprar una bebida, se dio cuenta qué había pasado y regresó a la puerta del frente para recuperar a SCP-342. Dada la previa historia homicida del SCP, él debe haber tomado la decisión de no informarnos del incidente, manteniéndonos ignorantes por nuestra seguridad durante la velada.

Cuando pienso en el monto de fortaleza mental que le debe haber requerido para mantenerse calmo durante el musical, conociendo su inevitable destino, me ataca un sentimiento de pérdida por el deceso de un activo incalculablemente valioso para la Fundación. Por esta razón, solicito que este archivo sea sellado en forma permanente, y que no se realicen experimentos posteriores sobre este objeto.

Un desarrollo perturbador: reportes previos indican que SCP-342 sólo puede tomar la forma de un boleto de transporte masivo, mientras que en este caso tomó la forma de un boleto para una obra de teatro. Tengo entendido que hay un grupo en la Fundación que está buscando reabrir la experimentación en el objeto, a la luz de estos nuevos desarrollos. Habrán actualizaciones posteriores según lo requieran los hechos.

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