Ítem #: SCP-2475
Clasificación del Objeto: Euclid
Procedimientos Especiales de Contención: Al menos un agente de la Fundación debe ser empleado por el Conan Doyle por cuestiones de vigilancia. Los operativos de la Fundación bajo la autoridad del Director de Región 41A (Escocia - Tierras Bajas) estarán al tanto de las noticias locales y nacionales sobre criminales fugitivos o personas investigadas por las autoridades, y transmitirán esta información al agente infiltrado para que le deniegue la entrada al lugar a dichos individuos. Si SCP-2475 se activara, el Director de Región 41A tendrá potestad para decidir sobre el posible uso de DraMs1 para encubrir la brecha de contención.
Descripción: SCP-2475 es un fenómeno anómalo que afecta al Conan Doyle, un pub y restaurant lujoso ubicado en Edimburgo, Escocia. El Conan Doyle fue establecido por primera vez en 1873, pero no exhibió propiedades anómalas hasta 1987.
Cuando cualquier individuo que haya cometido un crimen violento o robo ingrese al Conan Doyle y pida comida o una bebida, las autoridades locales serán alertadas de su localización. El modo en que ello ocurre es a través de una variedad de formas; los métodos usados en el pasado han incluido llamadas telefónicas anónimas2, correos electrónicos, mensajes de texto, e incluso métodos obsoletos de comunicación, como mensajes telegráficos. A pesar de los numerosos esfuerzos, ninguna forma de comunicación usada por SCP-2475 ha sido exitosamente rastreada hasta una persona o personas en particular.
El efecto ocurre independientemente de si el individuo ha sido condenado por el crimen o no; el modo en que SCP-2475 obtiene esta información es actualmente desconocido. El posible uso de SCP-2475 para asistir al cuerpo policial local está esperando revisión por parte del Comité de Ética.
Anexo: El 22 de Octubre de 2001, un individuo (de quien luego se descubrió que había sido responsable de un robo local) entró al Conan Doyle con una copia de Un Estudio en Escarlata, el primer libro de la popular saga de Sherlock Holmes. Las autoridades locales no fueron alertadas de su presencia; en cambio, tras consumir el alimento que había pedido, sufrió una reacción alérgica y murió en camino a un hospital local. El individuo no tenía ningún antecedente médico en relación a los alérgenos usados para preparar su comida.