SCP-144
Puntuación: +5+x

Ítem #: SCP-144

Clasificación del Objeto: Seguro

Procedimientos Especiales de Contención: SCP-144 requiere la presencia de un único observador de la Fundación para vigilar y anunciar cambios en la situación de SCP-144. Los monjes budistas tibetanos que mantienen esta ubicación viven en soledad y en secreto. Una niebla espesa rodea la montaña en la que se encuentra SCP-144, que a su vez flanquea un pequeño valle entre dos montañas mayores, el Monte [DATOS BORRADOS] y [DATOS BORRADOS] Esta niebla está presente la mayor parte del año y la delgada cuerda ya es difícil de ver para el ojo humano a una distancia de tres kilómetros. El viaje aéreo en un radio de setenta kilómetros ha quedado restringido gracias a la cooperación del gobierno chino.

Descripción: SCP-144 es una cuerda de cáñamo tensa de sólo 1.2 cm de grosor, ubicada en un monasterio sobre una montaña tibetana y atada a un anillo de jade que se encuentra unido al suelo de un atrio en el templo (conocido entre los investigadores como "Campo Base"). El otro extremo de SCP-144 se extiende hasta un satélite geoestacionario ubicado a 39 kilómetros de altura (conocido entre los investigadores como "la Cumbre") que todavía no ha sido explorado.

Varias veces cada año, un monje del templo asciende varios cientos de metros por la cuerda en un ritual de iluminación espiritual. Los monjes informan de que, hasta la actualidad, sólo una persona llamada [DATOS BORRADOS] ha muerto durante el ascenso. A través de los siglos, varios escaladores han desaparecido, aunque los monjes creen que algún día volverán, trayendo consigo mayor entendimiento e iluminación.

La datación por radiocarbono de las fibras de cuerda establece la edad de SCP-144 en unos 1400 años de antigüedad. Los antropólogos de la Fundación creen que la cuerda y la tradición de escalarla comenzaron como parte de los rituales de una antigua religión muerta previa a la llegada del budismo a Tibet, con el Emperador Songtsän Gampo. Se cree que la cuerda era varios kilómetros más larga en aquella época. Los monjes dicen que el anillo de jade fue añadido por el Ralpacan para evitar que los vientos estacionales arrastrasen la cuerda de un lado a otro del valle. Varias veces al año, los monjes superiores desatan la cuerda de su aro de jade y rehacen el nudo. La investigación ha demostrado que, en años recientes, la cuerda se ha movido hacia el cielo a un ritmo de unos 180 cm por año, y que acelera paulatinamente a una centésima de centímetro/año². Con tan sólo unos cientos de metros de cuerda restante, los monjes no saben qué hacer cuando alcance su final. Algunos esperan que baste con añadir secciones nuevas de cuerda a la original, aunque otros creen que la nueva cuerda no tendrá la fuerza de la anterior.

La investigación realizada hasta el momento ha sido incapaz de explicar cómo una cuerda de fibra vegetal ha sobrevivido 1400 años manteniendo una tensión de rotura semejante a temperaturas extremas y las condiciones dadas en la atmósfera superior y el espacio incluso cuando la gente la ha escalado hasta el día de hoy, por no hablar de su propio peso (39 km de cuerda). Si la Cumbre está acelerando fuera de la Tierra, su tracción de SCP-144 también sigue siendo inexplicable.

Sólo se han podido obtener imágenes de la Cumbre propiamente dicha mediante telescopios de superficie, que muestran cómo la cuerda asciende hasta y más allá del borde de una roca similar a un asteroide de varios cientos de metros de diámetro. Los satélites no han sido capaces de fotografiar el lado opuesto (u "oscuro") de la Cumbre. Se ha mencionado que estos orbitales han sido diseñados para fotografiar ubicaciones de superficie u objetos espaciales lejanos, a distancias mucho mayores de la que los separan de otros satélites. Los investigadores no han llegado a un acuerdo sobre la razón por la que las imágenes del lado oscuro de la Cumbre están borrosas y desenfocadas, dejando el lado oscuro fuera de nuestro alcance.

Apéndice #144-4: Se ofreció la liberación inmediata a varios miembros del personal de clase D si escalaban a la cumbre, si es que era posible, y volvían. Aunque los monjes responsables de la cuerda expusieron advertencias al respecto, no presentaron resistencia alguna.

De los seis miembros del personal que aceptaron, cuatro volvieron al Campo Base quejándose de problemas respiratorios y falta de aire, uno llegó al Campo Base a velocidad terminal (probablemente tras perder su agarre por extenuación) y el último aún no ha vuelto.

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