Ningún Buen Acto

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18 de Enero, 2020

Mientras los doctores, enfermeros, CNA, y otro personal de hospital realizaban sus labores en el hospital de San Vincent de Portland, un hombre en un traje azul y plateado se habría camino hacia una sala del ala quirúrgica de la instalación. Su nombre era Vincent Anderson, y estaba ahí para visitar a una empleada herida.

"Acelera, Isaac," dijo Anderson al hombre siguiéndolo. "No queremos estar aquí más tiempo del necesario."

"Claro" respondió su asociado, y aceleró el paso. En poco tiempo, ambos llegaron a su destino, una de las muchas salas idénticas del hospital.

Dentro de la sala, una mujer joven yacía en una cama de hospital. Su cara hinchada y magullada, su brazo derecho sostenido contra ella en un cabestrillo. Estaba claro que ambas de sus piernas habían sido amputadas por debajo de sus rodillas. Sentada a su lado había una mujer mayor en un traje de negocios azul oscuro.

"Sr. Anderson," la mujer mayor se alzo cuando llegaron. "No esperábamos que usted hiciera una visita personalmente."

"Buenas, 45," respondió Anderson . "Gracias por cuidar de nuestra amiga aquí presente."

Se acerco a la mujer a la camilla, dedicándole una sonrisa comprensiva mientras se acercaba.

"Tu debes ser Rebecca Quinn," continuo Anderson . "Soy Vincent Anderson. Este es mi asociado Isaac Dillard. Creo que trabajas para mi."

La mujer en la cama dio una débil sonrisa y asintió lentamente.

"Si…" Tosió y solo una risilla. "Centro de Distribución en Tres Portlands... Tuve un pequeño accidente con una de las unidades Taita."

"Tan solo un pequeño accidente," rio Anderson. "Isaac me ha dicho que escogiste venir aquí en lugar de Sacred Gear en Portlands. Si no te molesta, porque? Habría sido más rápido…"

"Yo… me sentía más cómoda recibiendo un tratamiento que no estuviera encantado, o viniera de un Medico Brujo," Respondió Rebecca. "Además, el Taita incinero mis piernas tras amputarlas. No hay mucho que ellos pudieran haber hecho ahí que no hayan hecho aquí."

La sonrisa de Rebecca se convirtió en una mueca de preocupación.

"E-Estoy despedida, señor?"

"Oh por supuesto que no," dijo Anderson, sorprendido. "Nos has dado más de 10 años de trabajo de la más alta calidad, y este tipo de cosas pasan cuando trabajas con prototipos."

La sonrisa de Rebecca volvió.

"Gracias…"

"Por supuesto . Mis empleados son mi familia. Vamos a ponerte en una baja pagada hasta que estes lista para volver. Entonces, le daremos un vale para dos prostéticas de la serie Gyrfalcon. Añade un par de mejoras ya que estamos. Luego, una vez que estés cómoda con tu nuevo hardware tu puesto seguiría aquí."

Rebecca se quedó con la boca abierta. La habitación callo en silencio, excepto por el repiqueteo de Isaac tomando notas en su teléfono.

"Sr. Anderson…"

"Llámame Vincent," interrumpió Anderson con una risa. "Y insisto. Aquí en Anderson Robotics cuidamos de los nuestros, no importa donde encajen en la maquinaria corporativa."

Rebecca asintió. Lagrimas cayeron por su cara mientras sonreía.

"Gracias, Vincent," logró decir finalmente

"Cuando quieras," respondió Anderson. "Me temo que Isaac y yo debemos irnos. La Srta. Saker aquí se quedara contigo hasta que tu contacto de emergencia llegue."

Sin decir más, Anderson y su asistente se despidieron. Isaac termino de escribir sus notas, caminado tras su jefe a medida que se abrían camino a través del aparcamiento de l hospital, hacía la entrada a Tres Portlands.

"No soy de contabilidad pero estoy bastante seguro que tu regalo de "Mejórate pronto" le va a costar a la empresa un buen dinero," comento Isaac. "Las serie Gyrfalcon no son cosas que puedas simplemente dar como regalos de cumpleaños."

"Es mi compañía privada," respondió Anderson . "Hare lo que quiera con ella. Mis empleados son mi familia y les hare bien, exactamente como ellos hacen por mi. ¿Queda claro?"

"Tu eres el jefe," accedió Isaac encogiéndose de hombros. Ambos hombres entraron al ascensor, y presionaron un intrincado patrón en los botones. A pesar de estar en el último piso el ascensor comenzó a subir y los llevó a los Tres Portlands.


15 de Agosto, 2020

Bzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzt

La Agente Sasha Merlo se sacudió de su sueño. Se aparto el pelo castaño de los ojos y miro al reloj digital de su mesa de noche. 2:16 AM. Refunfuñó en voz baja mientras cogía su móvil..

"Aquí Merlo," dijo somnolienta, sentándose en la cama

"Sasha, soy Clarissa," dijo una mujer al otro lado de la línea.

"¿Shaw?" pregunto Merlo. "Son las dos de la mañana… ¿Qué pasa?"

"Es Anderson. Hemos recibido una llamada de Labelle del Sitio-19. Esta despierto. Nos llaman para hacer entrevistas."

La somnolencia de Merlo desapareció inmediatamente.

"Estaré en el Sitio-64 en menos de una hora," respondió, y colgó rápidamente. Al mismo tiempo, el bulto en la cama que descansaba a su lado comenzó a moverse.

"¿Te han vuelto ha llamar para salvar el mundo, cariño?" pregunto Gabe Merlo atontado.

"Eso me temo," suspiró Merlo.

"Jessie se va a enfadar," comento Gabe con una risilla.

"Lo sé… ¿Crees que puedes cubrirme?"

"Sin problema. Sólo compénsala cuando vuelvas. Por favor ten cuidado."

"Ya me conoces," dijo Merlo con una sonrisa cansada y dio un beso a su marido mientras se levantaba de la cama. "Te quiero."

"Yo también te quiero."

En 30 minutos Merlo estaba vestida, preparada y lista para dejar su apartamento. Antes de salir por la puerta, entró sin hacer ruido en el segundo dormitorio del apartamento, donde una niña dormía profundamente.

"Te quiero, Jessie," dijo Merlo en voz baja antes de darlo un beso a la niña en la frente. Sin hacer ruido, cogió sus maletas, su chaqueta y se abrió camino hasta el coche. Tenía que coger un vuelo.


23 de Marzo , 2020

En una pequeña cafetería de Portland cercana a un parque público, una mujer alta y pálida miraba a los peatones pasar mientras tomaba ocasionales sorbos a su gran taza de café. Su nombre era Jill Herring, y estaba esperando a reunirse con alguien a quien no había visto en casi una década.

"¿Esta cogido este asiento?"

Jill levantó la mirada para ver a Vincent Anderson sonriéndole. Se le queda la boca abierta brevemente. La última vez que le había vista tenía una piel pálida y estaba calvo. El hombre frente a ella parecía Anderson, pero no el Anderson con el que esperaba reunirse hoy.

"Vince…" dijo suavemente. "Te ves bien. Como cuando nos conocimos…."

Anderson asintió y se sentó.

"Me temo que este no es mi verdadero cuerpo. Solo una marioneta que estoy controlando mientras el verdadero yo esta un poco atado. Aún así me alegra que te guste."

Jill asintió y sonrió melancólicamente.

"¿Como has estado, Jill?" continuó Anderson. "¿Como te trata la vida?"

"No me puedo quejar. El trabajo sigue como siempre."

"¿Sigues enseñando arte en aquel instituto?"

"Eso cerró en 2008. He estado trabajando en una empresa de diseño grafico desde entonces."

"Heh, es el tipo de trabajo que te pega ," asintió Anderson. Entonces pausó, mirando la mesa unos instantes antes de preguntar, "¿Como le va a Erica?"

"Le va muy bien," suspiró Jill. "Se graduará en la OSU el próximo año. Licenciada en Informática. Se parece bastante a ti en ese aspecto. Luego planea hacer un máster."

"¿Aún pregunta sobre mí?"

"Ocasionalmente. Aceptó a Tom como su padre hace ya tiempo, pero el tema de Vincent Anderson aún le da curiosidad de vez en cuando. Creo que en algún momento me preguntara si puedo ayudarla a encontrarte, pero no será pronto. Todavía está bastante resentida…"

Jill frunció el ceño y cerro los ojos brevemente, trató rápidamente de esconder su expresión tomando un sorbo de su café.

"Bueno, cuando entre al mercado laboral, siempre tendré vacantes en mi plantilla. Avísame si está interesada," continuó Anderson.

"Lo hare," respondió Jill.

Anderson sacó un cheque impreso, y lo deslizó a través de la mesa. Jill lo sostuvo y lo examinó brevemente antes de doblarlo y dejarlo a la mesa frente a ella.

"Creo que ya te he dicho que no estoy cómoda aceptando estos." Jill frunció el ceño. "Tom no esta cómodo aceptando esto."

"Y yo te he dicho que eres más que bienvenida a hacerlos pedazos. Puedo meter este dinero en tu cuenta de otras formas. Esto es solo cortesía," respondió Anderson tajantemente. "¿Pero, son los cheques que te estado mandando suficientes? Puedo subirlos si quieres. El dinero no es problema para mí en este momento…"

"¡La cantidad actual es más que suficiente, Vince! Erica tiene más que suficiente para pagar el resto de su educación y más. Tom y yo ya hemos pagado nuestra hipoteca y deudas. A este solo se esta amontonando. La única cosa en la que nos veo usándolo, es sí Erica decide comprarse una casa, o quiere vivir en la ciudad tras graduarse"

"Avísame sí eso pasa. Estaré encantado de ayudar."

"Por supuesto…" Jill tomó otro sorbo de su café, y entonces suspiró. "Entonces, al final ¿Valió la pena?"

"¿Tienes que preguntarlo cada vez que nos vemos?" Anderson frunció el ceño .

"Lo haré hasta que me des una respuesta clara. ¿Valió la pena? Dejarnos."

"Quedarme solo os habría puesto a Erica y a ti en peligro. Además, Tom es dos veces mejor marido de lo que yo jamás seré, y al menos cuatro veces padre. Ambas terminaron mucho mejor."

"¡Eso es una puta mierda, Vince!" siseó. "'¡Nunca te diste una puta oportunidad!"

"No lo necesité," respondió Anderson fríamente. "Solo este año he sufrido de varios intentos de asesinato. Mi verdadero cuerpo esta actualmente en la custodia de los Trajes. ¿Querías ser parte de eso? ¿Querías que Erica fuera parte de eso? Al menos así ambas estáis seguras."

"Oh, ni siquiera pretendas que escogiste este camino porque era lo mejor para nosotras. ¡Todo lo que has hecho a sido para ti! ¡Descubriste como hacer tus juguetitos y luego nos abandonaste!" Jill soltó una risa sarcástica, se levantó y trituro el cheque delante de los ojos de Anderson. "Bien, ahora no necesitamos tu dinero, no necesitamos tu apoyo y de seguro no te necesitamos a ti! Si vuelves a acercarte a mi hija o a mí otra vez, les diré a los Trajes donde estas, lo juro por Dios!"

Anderson observo inexpresivamente como Jill se alejaba furiosa. Sacó otro cheque de su bolsillo y lo dobló cuidadosamente, luego metió la mano en su otro bolsillo y sacó una nota escrita a mano y una pequeña bola plateada. Colocó la bola en la mesa y miró mientras le brotaban patas en forma de aguja.

"Buenas tardes, Benny," dijo Anderson al pequeño dron Amur. "Ve y asegúrate de que Erica recibe estos, ¿Quieres?"

El pequeño robot dio un pequeño saludo y almaceno ambas piezas de papel en un compartimiento interno antes de salir corriendo. Anderson vio como salía disparado, mientras la camarera se acercaba.

"Tomare un Americano, por favor," pidió. "Tragos extra. Necesito algo fuerte ahora mismo."


16 de Agosto, 2020

"¿Cuanto tiempo ha estado despierto?" preguntó la Agente Merlo. Mientras hablaba, caminaba a través de los pasillos del ala contención humanoide de alta seguridad Sitio-19. A su lado estaba la Agente Clarissa Shaw, que se desplazaba sin esfuerzo en silla de ruedas, igualando el paso de Merlo. Las dos estaban siendo guiadas por la instalación por una investigadora llamada Rose Labelle.

"Hace unos dos días," respondió Labelle, mirando sobre su hombro mientras las guiaba hacia la celda que supuestamente contenía el ahora consciente cuerpo de Vincent Anderson. "En un momento, con el cerebro completamente muerto, al siguiente, totalmente despierto y exigiendo hablar con el líder de su equipo de contención. Mande el mensaje al Sitio-64 en cuanto cumplimos todos nuestros protocolos."

"¿Están operativos sus sistemas?" preguntó Shaw. "¿Magia? ¿Sistemas armamentísticos? ¿Comunicaciones?"

"Lo tenemos en un celda anti-taúmica, por lo que no tiene posibilidades en ese aspecto a menos que pueda romper los geas allí.," respondió Labelle. "En cuanto a sus otros sistemas, están operativos, por supuesto, pero todavía están altamente dañados. No va ha ir a ningún sitio sin serias reparaciones del sistema. Podéis relajaros. Lo tenemos bajo llave."

"Consideramos impresionadas," dijo Merlo con una sonrisa. "En el Sitio-64 nos hacían encerrarlo en el con la contención equivalente a una caja hecha de palos."

"Lo hacemos lo mejor que podemos," dio Labelle una sonrisita de vuelta. Entonces llegaron a una gran puerta blindada que Labelle abrió rápidamente con un desliz de su tarjeta. "Aquí estamos."

Detrás de la puerta había una sala de observación en la que varios de los colegas de Labelle vigilaban las lecturas de los sistemas de Anderson. Varios agentes de seguridad antitaumatúrgica estaban estacionados en las esquinas de la sala, inexpresivos mientras mantenían la mirada en los contenidos de la sala adyacente. A través de la gran ventana de observación, Shaw y Merlo podían ver a su viejo enemigo sentado en un catre, sus manos y piernas inmovilizadas mientras miraba inexpresivo hacia adelante. Merlo se acerco a la ventana, su expresión era una mezcla de miedo y asombro mientras miraba a Vincent Anderson desde el extremo funcional del cristal unidireccional

Parecía casi esquelético. Su piel pálida, casi translucida había sido reemplazado por tejido cicatricial, un residuo de tener la mayor parte de su carne abrasada por el fuego nuclear durante su último encuentro. Solo una de las lentes de cámara que tenía en lugar de ojos brillaba con una
tenue luz verde; la otra se mantenía apagada con una gran grieta atravesándola hasta su núcleo. De vez en cuando daba una violenta sacudida involuntaria.

"Jesus." Shaw silbó con fuerza, "está hecho mierda."

"Esta mejor ahora que cuando originalmente lo trasladamos aquí," respondió Merlo. Se giró hacía Labelle. "Supongo que habréis recibido una copia de nuestros objetivos para esta entrevista."

"Lo hicimos," respondió. "Estamos listos cuando vosotras lo estéis."

"Excelente," dijo Merlo asintiendo y coloco una mano en le hombro. "Es todo, haz que nos sintamos orgullosos."


Vincent Anderson observo mientras la Agente Shaw entró en su celda en su silla de ruedas. Dio una pequeña sonrisa y saluda mientras ella se detenía a varios pies de el. Ella miró a algunas notas en un portapapeles en su regazo, ajustándose las gafas antes de alzar la mirada.

"Buenas tardes, Clarissa," dijo Anderson. "¿Merlo, um, no estaba disponible?"

"Soy la especialista en interrogatorios de este Destacamento," respondió Shaw fríamente. "Así que, me temo que interactuaras principalmente conmigo."

"¿Oh? Es esto un interrogatorio?"

"Considerémoslo una entrevista por ahora."

"Bien. ¿Te ha dicho Labelle cual va a ser mi numero de SCP? Ella, uh, no me lo dice."

"Que yo sepa, no se te va a ser asignado ninguno."

"Oh…" suspiró Anderson. "Eso es, um, algo decepcionante, para ser sincero. ¿Porque?"

"Por que si le pusiéramos un numero SCP a cada mago o ciborg que capturamos, llenaríamos rápidamente la base de datos. Tienes tu numero de Persona de Interés. Eso es todo."

"Ah, bueno… Mejor que, um, nada. Supongo. ¿Cómo podría, uh, ayudarte hoy?"

"Solo voy a preguntarte un par de cosas. Y apreciaría que me dieras respuestas."

"No lo hacemos todos," río Anderson. "Ponme a prueba".

"Antes de nada, algo simple. ¿Quién esta a cargo de Anderson Robotics en tu ausencia?"

"Phineas creo."

"Yeah, no…" respondió Shaw con un chasquido de su lengua. "Sabemos que mataste Albert Frostman en Tres Portlands poco antes del incidente en la Academia Tristan. ¿Quién está en cargo realmente?"

"Ah, bueno…. supongo que se ha descubierto el, um, pastel," Anderson se encogió de hombros. "Para ser honestos, no lo sé. Es una empresa, Clarissa. No un reino. No hay una línea de sucesión. El consejo probablemente nombro a alguien como director en funciones en mi ausencia. No se a quien. He, uh, estado aquí. No puedo actualizar mi sección de noticias en esta jaula anti-magia y anti-tecnología en la que me has metido.."

Shaw se apoyo en el reposa brazos de su silla de ruedas mientras tomaba algunas notas.

"Me parece bien. Pasemos a algo un poco más complejo. Sabemos del trato de distribución que tienes con MC&D para tu serie Gyrfalcon. Queremos los nombres de los representativos de MC&D con los que has entrado en contacto."

"Hablando de dispararme en el pie. ¿Por qué demonios te daría esos nombres? Es un mal trato."

Anderson se sacudió violentamente por varios segundos. Shaw sonrío y continuó tomando apuntes.

"Porque, según los análisis de Labelle de tus sistemas, necesitas hacer reparaciones, urgentemente." Shaw sonrió astutamente y Anderson comenzó a sacudirse de nuevo. "Estamos dispuestos a proveerte con los suministros, pero tienes que cooperar. Eso significa darnos nombres de MC&. Eso significa las identidades de cualquier otra figura publica que halláis reemplazado con Sakers. Eso significa decirnos que es exactamente la Serie Taita."

Anderson pauso por un momento ante esta última frase.

"Oh si, Vincent," continuó Shaw . "Hemos oídos rumores sobre la serie Taita."

"Estoy dispuesto, uh, a negociar," respondió finalmente Anderson. "Pero al contrario de Phineas, no, um, voy a usar toda mano de una. Te sorprendería lo poco que necesito para hacer que la mayoría de estos sistemas vuelvan a funcionar."

"Me parece bien," Shaw se encogió de hombros, cerro su portapapeles y comenzó a rodar hacía la salida. "Te daremos un tiempo para pensarlo. Llámanos cuando hayas decidido que estas dispuesto a darnos."

"Por cierto, um, Clarissa," dijo Anderson justo cuando estaba a punto de salir. Shaw pausó, girándose ligeramente para escuchar lo que tenía que decir. "Nunca tuve la ocasión de disculparme por lo que te hice en la Academia Tristan. Así, uh, si… Lo siento."

"Me partiste la columna," comentó Shaw. "Me cuesta mucho aceptar una disculpa por eso."

"Si, bueno, vosotros secuestrasteis a dos de mis amigos más cercanos y los usasteis de cebo," respondió Anderson. "De hecho, hasta ahora, todas mis acciones en contra de la Fundación han sido en represalia contra algo que vosotros nos habéis hecho, ¡Sin provocación! Opero desde Tres Portlands. No tenéis jurisdicción ahí. Vosotros, uh, pincháis a un oso con un palo puntiagudo, y después os sorprendéis y ofendéis de que trate de mutilaros."

"¿Eso es todo?" pregunto Shaw, con su ceño fruncido. Anderson la despidió con la mano.

"Eso es todo," respondió. "Lo siento por el daño, um, causado. Pero quizás seria humilde por tu parte recordar que podría, uh, haber sido un poquito tu culpa."

Shaw sacudió la cabeza y salió de la habitación, la puerta blindada se cerro tras ella mientras Anderson volvía a sacudirse violentamente.


6 de Mayo, 2020

"Tío Vince!"

Dos niños pequeños, uno de diez y el otro de siete, tiraron al suelo a Vincent Anderson.

"¿Como has estado?"

"¿Has traído a Benny?"

"¿Nos has traído algo?"

Los chicos escupieron pregunta tras pregunta mientras Anderson luchaba por quitárselos de encima, riéndose todo el rato. Eventualmente, con un rápido y fluido movimiento, levanto a los dos chicos, uno con cada mano, y los puso de pie. Les alborotó el cabello arenoso y fingió reflexionar.

"¿Benny?" preguntó con una confusión burlona. "¿Conozco algún Benny? ¿Un robot pequeño? ¿Plateado? Se ve así…"

Anderson extendió la palma de la mano. Benny se encontraba en centro, el pequeño droide sacudió sus patas regordetas de una manera que recordaba a a un 'tachan!' El pequeño droide salte de su mano y se escapo a través de la hierba, con ambos chicos gritando de emoción mientras lo perseguían. Anderson sonrió y se sacudió los trozos de hierba de los pantalones mientras les veía correr por ahí.

"De verdad que eres su héroe, Vince," dijo una voz detrás suya.

Anderson se giró para ver la familiar cara de su hermano, Adrian. Como Anderson, tenía el pelo negro y una piel morena, pero era medio pie más bajo, y siete años más joven. Adrian abrazaba a una mujer de pelo arenoso, a la que Anderson reconoció como su cuñada, Phoebe.

"Eso intento," dijo Anderson con una sonrisa. "Para ser honesto creo que solo les gusto por mis juguetes."

"Puede ser," comentó Phoebe, "pero para ser justos, tus juguetes son bastante guais."

Anderson río, y vio como and sus sobrinos saltaban arriba y abajo hacía la base de un árbol, tratando de alcanzar al pequeño droide Amur que se burlaba de ellos desde las ramas.

"Te ves bien, Vince," continuó Adrian, señalando la apariencia de Anderson "¿Qué has hecho esta vez?"

"Heh, Si hubiese sabido que mi cuerpo normal daba tanta grima habría hecho este cambio hace mucho tiempo," dijo Anderson con una risa melancólica. "Me temo que esto es una marioneta que he disfrazado para que se parezca a mí. He estoy un poco liado en persona, y he tenido que mandar aquí a la segunda mejor opción."

"Bueno, ya sea en persona o de manera remota, tanto los niños como nosotros agradecemos la visita," respondió Phoebe alegremente. "En serio, sabemos que eres un tipo ocupado, así siempre son una alegría."

"Gracias," dijo Anderson. "Siempre esta bien ser apreciado…"

El trio se mantuvo en silencio durante un momento, viendo como los de chicos se usaban el uno al otro como zancos, solo para perder el equilibrio y caer al suelo. Benny procedió a lanzarse hacía ellos mientras yacían en la hierba antes de escabullirse de nuevo hacía otro árbol. Los chicos no perdieron el tiempo y continuaron con su persecución.

"Hablando de viajes," Anderson rompió el silencio, "¿A donde queréis ir por vuestro aniversario este año?"

"Vince," comenzó Adrian, sonriendo mientras sacudía su cabeza, "de verdad que no…"

"Si no me lo dices, le preguntare a Josh y Craig," amenazó Anderson mientras sonreía. "Apuesto a que volverán a decir Disneyland."

"¿Podríamos ofrecerte una contra oferta?" intervino Phoebe. "En lugar de pagarnos un viaje para nuestra aniversario… ¿Talvez podrías venir con nosotros? Nos encantaría viajar contigo. Adrian dijo que pasaste un tiempo en Europa cuando eras joven. Dijo que serias un guía fantástico…"

Anderson se mantuvo pensativo mientras miraba a los chicos en a la lejanías finalmente conseguir atrapar a Benny, el más mayor sosteniendo al pequeño dron a lo alto triunfante mientras el más joven pisoteaba victorioso.

"¿Por qué?" Anderson preguntó finalmente.

"¿Por qué?" repitió Adrian.

"Si, ¿Por qué? ¿Por qué demonios queréis que os acompañe??"

"Vince," dijo Adrian, desconcertado. "Eres mi hermano. Siempre has cuidado de mí. Si de verdad vas a insistir en mandarnos en estos viaje, podrías acompañarnos de vez en cuando. Casi no te vemos fuera de estas visitas…"

Adrian se detuvo mientras sus hijos regresaban, sosteniendo triunfalmente a Benny como si fuera un trofeo de caza.

"¡Lo tenemos!" grito el más joven. "Intentó subirse a un árbol, ¡Pero lo atrapamos!"

"Claro que sí.," dijo Anderson mientras le volvía a revolver el pelo al chico, y se arrodillo. El niño coloco con al robot en su mano con cuidado y observo, con los ojos muy abiertos, como Benny procedía a trepar por su brazo, al redor de su cabezas y a lo largo de su espalda antes de desaparecer en su bolsillo.

"Entonces…" Anderson volvió a mirar a Phoebe. "¿A donde queríais ir?"


19 de Agosto, 2020

Al final, Anderson proveyó a la Fundación SCP con una lista de cinco nombres perteneciente a proveedores actuales y anteriores de MC&D que se habían encargado de las ventas de la serie Gyrfalcon. A cambio Labelle y su equipo le proveyeron las piezas y herramientas que necesitaba para repararse. Poco tiempo tras completar una de las muchas reparaciones, Anderson se durmió y reentro el estado comatoso en el que había estado desde que gue capturado por la Fundación. Sin nada más que hacer, Shaw y Merlo fueron convocadas de vuelta al Sitio-64, mientras los diligentes miembros del DM Kappa-10 comenzaban a trabajar en la intranet de MC&D para aprovechar el informe de Anderson. La aventura concluyó del mismo modo que todas las aventuras del DM Gama-13: Un breve descanso en el Secret Crest Pub de Portland, seguido de papeleo.
"¿Como os va a ti y a Lily?" preguntó Merlo a su amiga mientras colocaba el vaso vacío en la mesa.

"Eso terminó hace semanas," dijo Shaw con un suspiro. "Fue… Complicado. He empezado a quedar con Roland de nuevo."

"Estoy segura que Roland lo aprecia," río Merlo. "Aún así, siento lo de Lily. Era agradable."

"Sí que lo era." Shaw miró fijamente su bebida. "¿Como están Gabe y Jessie de todos modos?"

"No me puedo quejar. Gabe es un gran bobo como siempre. Jessie es, bueno, una prescolar. Así que, ya sabes, pasamos un buen rato."

Shaw río y asintió comprensiva.

"Sigo sin creerme que la gran Sasha Merlo terminó casandose con uno de los contables del Sitio-64. Podrías haber escogido a cualquiera, pero escogiste al tipo de las mates."

"Jodete." sonrió Sasha, "Gabe es el mejor. Esta en el lado bueno del velo, así que no tengo que ir de puntillas a su alrededor. No tengo que preocuparme de que se vea arrastrado al séptimo circulo del infierno a menos que se las apañe para invocar un demonio calculadora. Además, es un buen padre e incluso un mejor cocinero. Me quedo con mi contable antes que con lo que sea que tu estés haciendo".

"Sí que me has derribado rápido." Shaw dejó escapar una carcajada y puso las manos en alto fingiendo una rendición.

"Juego para ganar."

"Ahem."

Shaw y Merlo se giraron para descubrir que un hombre vestido con un traje negro y rojo y con el pelo largo y negro atado en una coleta se les había acercado y había colocado una pequeña caja en la mesa.

"Mi nombre es Sr. Saker," dijo. "El consejo directivo de Anderson Robotics quería que le presentara esto, agente Shaw."

"De verdad que tenemos que dejar de reunirnos así…" comentó Merlo mientras le miraba deslizar la caja a través de la mesa. "A aparte, Jesucristo, ¿acaso se molestan siquiera en nombraros?"

"Hay cientos de nosotros, Agente Merlo," respondió. "Después de un tiempo dejaron de importarles los nombres a menos que sea algo critico para la misión. No necesito un nombre elegante para ser un mensajero."

"¿Crees que vamos a abrir un paquete abiertamente de un agente enemigo?" preguntó Shaw.

"¿Crees que seriamos tan estúpidos como para lanzar un ataque sin provocación, en uno de sus frentes, por las risas?"

Shaw miró a la caja por varios segundos. Miró a merlo quien solo se encogió de hombros. Con un suspiro, Shaw cogió la caja y la abrió. Dentro había una pequeña tira negra de plástico de calidad médica, con varios pequeños sensores mecánicos recorriendo los lados. Shaw examinó el equipo y después miró extrañada a el Saker.

"Es un nuevo modelo de la serie Gyrfalcon," comento. "Servirá para reparar tu espina dañada. Debería permitirte caminar de nuevo. Nada del otro mundo."

"¿Y que es esto?" preguntó Shaw. "¿Una forma de AR de pedir perdón por lo que hizo Anderson? ¿Simplemente va a ofrecer equipo a la Fundación SCP y esperar que seamos amigos?"

"Considéralo un signo de buena voluntad mientras tenéis a nuestro director encerrado en vuestro Sitio-19."

"¡Tendré que llevar esto a contención! ¡No me van a permitir usar esto!"

"No tienen porque enterarse," el Saker se encogió de hombros. "Sinceramente, lo que hagas ahora con el es asunto tuyo. Nuestra conciencia en respecto a esto esta limpia."

Les hizo un gesto con la cabeza y comenzó a alejarse.

"Que tengan una buena tarde."

Shaw y Merlo vieron como el androide se iba silenciosamente, después ambas miraron a la pequeña tira de plástico que yacía tentativamente dentro de la caja entre ellas.

"¿Te lo estás pensando?" preguntó Merlo eventualmente.

Shaw asintió, y continuó mirándola fijamente en silencio por un momento hasta preguntar finalmente, "¿Llegó Dan a instalarse es robo-brazo?"


Antes…

Eran las primeras horas de la tarde cuando Vicent Anderson llamó a la puerta de un apartamento anodino en un suburbio de Portland. Se sorprendió cuando respondió un hombre con gafas y barba, y lo la agente de la Fundación SCP que estaba esperando.

"Buenas tardes," dijo el hombre, con una ceja levantada. La voz de una niña era audible desde algún lugar más allá de la puerta. "¿Puedo ayudarle?"

"Ah… sí," respondió Anderson, "¿Es esta la residencia Sasha Merlo?"

"Si…" respondió el hombre con cautela. "Soy Gabe Merlo, su marido, ¿Cómo podría ayudarle?"

Anderson pausó por un momento y después río.

"Vaya," dijo. "no tenía ni idea de que tenía una familia…"

Sacó una tarjeta de negocios plateada y se la mostró a Gabe. Sus ojos se dilataron mientras el efecto memético de la tarjeta se asentaba.

"Solo pasaba para dejarle algo a ella y a una de sus asociadas," continuó Anderson. "¿Podría entrar? Me encantaría hablar contigo."

Gabe asintió lentamente y se aparto, permitiendo a Anderson entrar.

"¿Quien es ese, papi?" comento una niña pequeña que estaba coloreando en una mesita cercana. Su pelo castaño estaba recogido en una coleta, un estilo que a Anderson le recordaba a Sasha Merlo.

"Solo es un amigo de mami," respondió Gabe mientras cerraba la puerta. "Siéntese, señor…"

"Llámeme Vince," respondió Anderson con un astuta sonrisa. "Que familia más encantadora teneis aquí…"


Más tarde…

El sol se estaba comenzando a poner cuando Sasha Merlo por fin volvió a cas con su familia. Con un suspiro de cansancio, abrió la puerta principal y se encontró con el sonido de Jessie jugando y el olor a Pad Thai.

"¿Has terminado de salvar el mundo, cielo?" dijo Gabe desde la cocina. Su cabeza con gafas se asomó por la esquina con una sonrisa.

"Sabes que sí," dijo Merlo. Entró en la cocina y se sentó a la mesa. Gabe le dio un beso en la frente antes de regresar a la tarea que tenía entre manos.

"Has tenido visita mientras no estabas," dijo Gabe mientras preparaba varios platos.

"¿Qué?" Merlo alzo una ceja. "¿Alguien del sitio?"

"No, era definitivamente otra cosa. Me imagino que será un contacto tuyo del Tercer Portland, o como se llame."

"¿Como se llamaba?"

Gabe pausó y pensó por un momento, después río y sacudió la cabeza. "Sabes… No me acuerdo. Aunque dejo un tarjeta."

Gabe dejo un plato de Pad Thai frente suya, y después deslizó una tarjeta de negocios plateada entre sus manos. Mientras Merlo comenzaba a leerla, el salió de la habitación para traer a Jessie a la mesa. Merlo se pasó pálida tras leer el anverso y rápidamente dio la vuelta a la tarjeta.

&

Tienes una maravillosa familia Sasha. Tu hija es absolutamente adorable y Gabe es un gran hombre.
Gracias por su hospitalidad
Vincent Anderson

Las manos de Merlo se sacudieron a medida que se daba cuenta de lo que eso significaba. Su boca se seco, y su brazos se volvieron pesados mientras descansaban sobre la mesa.

"Hey Gabe," llamó Merlo por su marido. "¿Recuerdas como era ese tipo?"

"Piel morena, coleta trenzada, y un traje negro y rojo," dijo Gabe mientras llevaba a una Jessie que seguía riéndose y le sentaba en su silla. "¿Por qué?"

"Mami!" exclamo Jessie, "¡Mira con lo que tu amigo me dejo jugar! ¡Dijo que me lo podía quedar hasta que volvieras!"

Merlo miró para ver a Jessie sosteniendo a Benny en la palma de su mano. El pequeño droide saludo y después se desvaneció en el aire en una nube de humo negro. Jessie se río y aplaudió ante la pequeña demostración de magia.

"Estas bien, cariño?" pregunto Gabe.

Merlo se había puesto pálida. Si una sola palabra, se levantó y se acercó a Jessie, y comenzó a abrazar a su hija fuertemente.

"Sasha?" pregunto Gabe de nuevo. Merlo sacudió la cabeza y le hizo señas para que se acercara. Tan pronto como estuvo a su alcance, le incluyo en el abrazo también.


22 de Agosto, 2020

Vincent Anderson se sentó en su oficina en la Sede central de Anderson Robotics. Como siempre, había montones de papeles que leer, cosas que firmar, memorandos que hojear, reuniones que planificar y diseños que revisar. Sin embargo en lugar de molestarse en dirigir su negocio, Anderson enchufó un memoria USB en un gran monitor en el muro tras su escritorio y esperó. Tras varios minutos, la pantalla comenzó a mostrar un nuevo y desordenado despacho. Sentado ante el escritorio había un anciano de larga barba blanca, vestido de negro salvo por una corbata roja.

"Buenas tardes, Phineas," dijo Anderson solemnemente.

El hombre en la pantalla permaneció en silencio. Sus ojos estaban llenos de un odio frío mientras tenía su mirada fija justo delante suya.

"No tengo que recordarte que puedo obligar a tu constructo de IA a hablar ¿verdad?" preguntó Anderson eventualmente.

"No," respondió Phineas. "Pero considerando cómo me mantienes cerca para que puedas hablar con una versión inalterada de mi constructo de IA, dudó que quieras hacer eso. De todos modos ¿A que le debo el placer?"

"He reciclado al Saker que estaba usando para representarte, justo como pediste. ¿Hay algo más que pueda hacer por ti? Para ponerte más cómodo. Cualquier cosa es posible dentro de tu espacio."

"¿Para qué?" preguntó Phineas. "Albert Frostman esta muerto. Tu mismo lo mataste. Solo soy un programa diseñado para simular sus pensamientos tanto como pueda. ¡No soy real!"

"Eres lo suficientemente real en ese mundo virtual tuyo, y dada una conexión a internet lo serás en este mundo también."

"Pero no me darás acceso a internet por razones obvias, para que me quede como el rey de mi pequeña dimensión de bolsillo. ¡Un verdadero Ozymandias! ¡Admira mi trabajo y tiembla!"

El fondo que rodeaba a Phineas se fundió a negro, dejando solo en el vació.

"Podría eliminarme ya que estás, porque esta farsa haya ha durado demasiado."

"No voy a eliminarte, Phineas," Susurro Anderson . "Te necesito…"

"¡Maldita, sea, Vince! ¡Siempre tan jodidamente egoísta!" grito Phineas. "Dejaste a tu mujer y a tu hija para perseguir tus sueños solos, mataste a tu mejor amigo por tener una opinión diferente sobre la dirección a la que tu estabas llevando la compañía que el ayudo a crear, y ahora as atrapado a un constructo de sus memorias en una prisión virtual por toda la eternidad! Puede que no seas la peor personal que jamás a arrastrado su lamentable trasero por este planeta, ¡Pero definitivamente eres una mala persona!"

"No soy egoísta," murmuro débilmente Anderson en respuesta. "Soy un hombre generoso…"

"Eso es lo mejor," se burló Phineas. "Sigue siendo egoísmo. Le haces cosas horribles a la gente, y entonces vas por la ciudad haciendo buenos actos según te parece con tal de equilibrar la balanza del karma y limpiar tu consciencia. Al final, no hay nada de altruismo ahí. Solo eres un hombre solitario y frustrado que se ha vuelto tan desconectado del mundo en el que reside que-"

Anderson sacó la memoria USB del monitor. La pantalla se apagó inmediatamente.

"Buena charla, viejo amigo…"

Anderson coloco su cabeza entre sus manos y se sentó en silencio. Desde su escritorio, Benny le miraba con su ojo curioso y hizo un pequeño zumbido mientras Anderson acariciaba cuidadosamente la parte superior del droide con su dedo.

"Soy un hombre generoso, ¿verdad?"

El pequeño droide asintió. Una pequeña y cansada sonrisa apareció en los labios de Anderson.

"Tu siempre sabes que decir."

Anderson recogió la mascara de tragedia plateada que se descansaba en su escritorio y se la puso en La agitó con un dedo, y la expresión de la máscara cambió a una de comedia. Extendió su mano y permitió al pequeño droide trepar por su brazo y posarse en su hombro, entonces se levantó y comenzó a caminar hasta la puerta.

"Veamos como le va a la Señorita Quinn con sus nuevas piernas," dijo Anderson. El pequeño droide asintió y apunto hacía adelante con una pata.

"Apuesto a que dirá que las ama. Todos lo hacen. Todos aman a Anderson."


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