— No… No puedo hacerlo… —
Ya han pasado 6 días desde que estamos encerrados en las infernales trincheras, sin ninguna salida más que el abandono de toda esperanza.
— Y una mierda, no hemos llegado hasta aquí para que te rindas ahora… —
— ¡Testeo! — Gritaba con temor un hombre en la lejanía, resonando con fuerza por toda la zona. Su grito fue rápidamente acompañado de la desesperación de todos a su alrededor que trataban de alejarse, siendo silenciados por la llegada de un proyectil que ferozmente barrió toda la zona; no dejando más que ceniza y lamentos bajo la tierra.
— Escuchame… Esto fue lo más importante para mi desde que me encontré aquel video de porque SCP 3008 es una Backroom… — Sus palabras eran constantemente interrumpidas por el seco sonido de la tos, acompañado por pequeñas gotas de sangre. — Pero creo que no podré hacerlo.
— Yo si confio en tí, yo si confio… —
Posó su mano en mi hombro, indicando que me agachara hacia él para escuchar su último suspiro, su última voluntad.
— Publica el relato de SCP 682 vs 999 por mi, por favor… — Y su cuerpo se desvaneció cual arena levantada por el viento.
Conmocionado, dirigí mi mirada hacia el resto de guerreros que aún permanecían en pie. Estos estaban tratando de contactar con Josecinto82xv, quien tras 100 días y 100 noches, logró traspasar aquella inquebrantable barrera. Él era quien nos daba esperanza, una prueba de que la perseverancia trae sus frutos; pero al mirar al cielo no veía su sonrisa dándome fuerzas para seguir. Solo alcanzaba a observar un intenso sol, que sin descanso, atacaba sin piedad alguna con su cegadora luz e insoportable calor a todos aquellos que intentan adentrarse en los interiores de El Muro.
Ya he perdido la razón, ya ni recuerdo qué es aquello que me motivó a entrar en esto. He conocido a muchos como yo, algunos lo lograron, otros cayeron en el abismo del abandono; pero nada de eso me ha ayudado en nada. A veces llegan algunos nuevos, muchos de ellos se van nada más comenzar, mientras otros acaban persistiendo y perdiendo periódicamente su esperanza.
Juraría que en los peores momentos, logro escuchar una voz proveniente de El Muro, la cual con burla exclama victorioso: “El sistema funciona.”
Otras veces, algunos de nosotros deciden desahogar su odio en el horizonte, insultando y esperando que ellos sientan su ira. Y lo único que consiguen es un disparo directo a su cabeza, desapareciendo entre la montaña de ceniza.
Muchos otros deciden desertar a otras zonas más sencillas de acceder, pero cuando vuelvo a escuchar de sus paraderos; acaban peor que en esta situación.
Todo es culpa de ese maldito testeo, aquel enigma que todos hemos tratado de resolver derramando hasta la última gota de sudor, cayendo deshidratados.
No estoy hecho para esto, ellos han podido conmigo. Me levanté de la trinchera, alzándome entre los restos. Levanté mis brazos, y desafié a las intangibles fuerzas que tanto trataban de retenernos. Las balas pasaban a mi alrededor, proyectiles de testeo pasaban volando a pocos metros de mi, pero me mantuve inmóvil mirando al horizonte bruscamente tapado por un muro de ladrillo de monumental tamaño.
Y ahí fue cuando lo comprendí. Lentamente bajé mis brazos, sin apartar mi mirada de El Muro. No se trataba de luchar… Por fin logré comprender aquel misterio que tantas vidas cobró, que tantas mentes trataron de descubrir sin éxito alguno. Y pude sentir como Josecinto82xv sonreía mientras miraba mis ojos con orgullo.