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Artículo: La Caída del Cóndor Blanco
Autor: MrPsyche
Créditos Retroalimentación: Sr Yoket does not match any existing user name, Inv-Labyrinth does not match any existing user name, LechugaNinja y
Uncle Nicolini.
El cielo estaba despejado y el sol iluminaba dando vida al ambiente, todo esto haciendo contraste con el lúgubre cementerio del Sitio. Ahí mismo, el capitán Markus caminaba despacio, observando las decenas de lápidas que se iban aglomerando. Se dirigió hacia 4 lápidas que a penas habían sido colocadas hace unos días.
—Mike, Jerry, Rick, Karl. Ya están descansando, ¿eh? —el capitán colocó flores en las tumbas, mientras doblaba una rodilla en señal de respeto. —Ustedes han sido de los mejores hombres con los que he trabajado. Serán irrepetibles, se los aseguro.
Markus comenzó a sollozar, mientras observaba las lápidas.
—No sé como todo se fue a la mierda en la última misión. Lo siento, de verdad. —pensó para sí mismo, mientras recordaba esa noche.
—¡Venga, rápido, sigan mi ritmo! —exclamó Markus hacia sus colegas, que estaban subiendo las escaleras por el exterior del edificio. —¡Tenemos que darnos prisa!
Michael iba como Mike, Jeremy como Golf, Rick como Charlie, Karl como Papa y el mismo Markus como Sierra.
—Pudimos tomar el elevador, ¿sabes? —dijo Jeremy, haciendo énfasis al rifle de francotirador en su espalda. —Esta mierda es muy pesada.
—No estaba en el plan. Además, debemos mantener el sigilo. —respondió Michael.
—¿Cuál era el plan? Fuiste muy ambiguo en la furgoneta. —añadió Rick. —Solo entendí lo de volar sesos si era necesario.
—Dios santo… —Michael suspiró. —Lo repetiré: subimos al edificio, nos posicionamos, observamos al Bellagio, Papa fotografía a los sujetos que participen en la transacción, Sierra da la señal al SNART para comenzar la redada, y nos retiramos.
—¿Y para qué vinimos nosotros? —preguntó Jeremy, mientras señalaba a Rick.
—Necesitamos ayuda, por si las cosas se ponen feas. —contestó Michael, mientras levantaba los hombros.
El equipo subió a lo más alto del edificio, y observaron a la lejanía al Bellagio, donde en su helipuerto había varios sujetos armados. Estaban posiblemente esperando algo.
—Bien, todo va según el plan —pensó Markus, mientras posicionaba a sus hombres.
—Nos superan en número. ¿Seguro que las cosas no se pondrán feas? —preguntó Jeremy.
—No seas tan ingenuo. Serán más, pero nosotros somos más listos. Los superamos en estrategia. —respondió Michael. —Además, te tenemos a ti y a Charlie como plan de contingencia.
—Hagan silencio, ahí vienen. Papa, prepárate. —dijo Markus.
Un helicóptero aterrizó en el Bellagio. Casi inmediatamente bajó un sujeto en traje, junto a otros hombres. Él se acercó a uno de los individuos que estaban armados.
—Un gusto conocerle en persona, señor Williams. —expresó el sujeto armado.
—El gusto es mío, Becker. —respondió Williams. —Gracias por esperarnos, tuvimos un pequeño contratiempo en el camino.
—No se preocupen. Con que las armas lleguen, es suficiente. —añadió Becker.
—¿Tienen el dinero? —preguntó Williams. —Y esta vez que sea al contado, por favor. A nadie le gustan los intereses.
—Ochocientos mil. En efectivo. —respondió, mientras entregaba una maleta.
Williams abrió el maletín.
—Todo está en orden. Muchachos, bajen las cajas. —exclamó Williams a los otros tripulantes.
Del helicóptero, dos hombres bajaron varias cajas grandes dejándolas en el suelo.
—Rifles semiautomáticos WEMPC, de la generación pasada, pero su carácter anómalo la sigue haciendo muy buena. —añadió Williams.
—Un placer hacer negocios con ustedes. —dijo Becker. —Saludos al Señor Carter de mi parte.
Williams asentó con la cabeza, le dio una señal a sus hombres y regresó al helicóptero.
—Me parece que terminaron. Tenemos que seguir con el plan. —susurró Michael, mientras se retiraba los binoculares.
—¿Cómo vas, Papa? —preguntó Rick a Karl —¡Santa mierda! ¡Cada vez me sorprendes más! —exclamó, al darse cuenta de que el joven había logrado fotografiar a casi todos los presentes.
—Sierra, deberías dar la señal de una vez. —expresó Jeremy.
—No seas impaciente. Todo a su tiempo, mucha… —respondió Markus, antes de ser interrumpido por una explosión.
Jeremy quedó segado y aturdido por el destello y el ruido. Con el peso de su armamento, no pudo mantener el equilibrio y cayó por el edificio.
Karl no fue afectado por la explosión en sí, sino por los fragmentos de escombros y metralla que atravesaron su abdomen, dejándolo en un charco de sangre. Intentó sacar su arma secundaria para defenderse, pero fue rematado por una bala directa a su pecho.
Michael fue el más cercano a la explosión. Su pierna fue completamente quemada, y su pie fue destrozado. Solamente gritaba.
Rick logró cubrirse, no tuvo mayor daño que unos pocos rasguños. Corrió a auxiliar a Michael.
Markus quedó aturdido, oyendo un pitido en su oído izquierdo. Una vez el sonido cesó, apreció lo terrible del panorama. Estaba a punto de pedir una extracción en al SNART, hasta que fue golpeado en la cabeza con una culata.
—¡De rodillas, todos! —gritó un sujeto. Markus lo conocía, era de la Insurgencia. Su nombre era Frank. —No intenten nada, están rodeados.
Los tres miembros del equipo restantes obedecieron, sin otra alternativa. Michael seguía gimiendo de dolor, y Frank se le acercó.
—Señor "Los Superamos en Estrategia", ¿qué intentaban hacer? —le preguntó. Michael no expresó nada por el dolor.
—Otra vez. Responde: ¿qué intentaban hacer? —repitió.
—Pregúntame a mí, yo soy quien está al mando. Deja a Mike en paz. —Markus trató de calmar la situación.
—¡¿Qué estaban tratando de hacer?! ¡Responde de una vez! —gritó furioso, haciendo caso omiso a las palabras de Markus.
—E-Era… Era un… una… —Michael solo pudo tartamudear débilmente. —Misión… Opera… Era…
Frank se impacientó, y lo pateó en la cara.
—¡Tienes que actuar más rápido! ¡Tengo poca paciencia! —Frank comenzó a pisarle la cabeza a Michael. Solamente se detuvo, ante la mirada horrorizada de Markus y Rick, hasta que su cabeza se volvió una plasta de sesos y fragmentos de cráneo.
—Lo siento, me alteré. —exclamó. —Ahora sí, respondes tú. ¿Qué estaban haciendo? —volteándose a Markus.
—Únicamente una misión de inteligencia. Nada más. —respondió el capitán.
—¿Para la Fundación? —preguntó Frank.
Frank asentó con la cabeza, mientras un silencio inundó la escena.
—Y… ¿nos van a matar? —preguntó Markus.
—Solamente lo haremos si ya no nos son útiles. —respondió —Queríamos eliminar a todos con el explosivo. Pero como sobrevivieron, les sacaremos toda la información que podamos. Y luego, se acaba.
—Deja de hacerte el malo, cabrón. —contestó Rick. —Solo porque estamos en esta situación te aprovechas para decir cosas haciéndote el valiente. En otra situación, solamente te estarías meando.
—Cuidado con lo que hablas, muchacho. —Frank miró fijamente a los ojos a Rick.
—Dejémonos de rollos, y dispara de una vez si es que tiene hue… —Rick fue silenciado por una 9 mm.
Markus trataba de mantener la calma. Él ya había estado en situación de rehén, sin embargo, esta vez era diferente. Más que asustado, estaba horrorizado por dentro.
—Tú eres el líder, ¿verdad? ¿Cuál es tu nombre? —le preguntó Frank.
—Markus. —respondió.
—Nombre completo, por favor. —volvió a preguntar.
—Markus Schneider. Capitán Markus Schneider, nombre en clave "Cóndor Blanco". —contestó, mirándolo fijamente. El gesto de Frank cambió rápidamente a uno de sorpresa y desagrado.
—¿¡Qué!? ¿¡Entonces Becker nos min…!? —pensó Frank, siendo interrumpido por la puerta, que conducía al interior del edificio, abriéndose de golpe.
Era el teniente Walker, bajo el nombre en clave de "Whisky", junto a otros agentes. Sin que el enemigo pudiera reaccionar, comenzaron a acribillar a todos los presentes.
Markus corrió para ocultarse tras un ducto de ventilación. Frank reaccionó tarde, y tres tiros atravesaron su tórax.
La superioridad numérica de la Fundación, y el olor a pólvora, eran evidentes. Aun así, la Insurgencia no se rindió fácilmente y luchó hasta el final, cuando el último hombre recibió un disparo directo al pulmón.
Una vez el fuego cesó, Markus salió de su escondite, y Walker se le acercó a comprobar su estado.
—¿Cómo supieron que debían venir? —preguntó Markus.
—Golf nos envió un mensaje. A penas pudimos discernirlo, sabíamos que algo malo había pasado. —respondió. —Encontramos bastantes allá abajo, pero logramos tomarles por sorpresa.
—¡¿Jeremy?! ¡¿O sea qué él sigue vivo?! ¿¡Cuál es su estado!? — exclamó Markus.
—Solo encontramos su cadáver. Sobrevivió a la caída, pero murió después por las heridas. —informó Walker, colocando su mano sobre el hombro de su capitán.
Markus iba a mencionar algo, no obstante fue interrumpido por la radio de Walker.
—Teniente, aquí Echo-03. Hemos interceptado al supuesto helicóptero. Es un farol. Son únicamente miembros de la Insurgencia. La supuesta transacción nunca se dio. —notificó el subteniente Green.
—Nos mintieron… para poder emboscarnos… —susurró Walker.
—Esto no debió ser así. Todo fue de mal a peor. —Markus se cubrió la cara con sus manos.
—Tranquilo, capi. No es tu culpa, nos tomaron por sorpresa. —Walker intentó tranquilizar a Markus —Vamos. Ya contarás todo en el Sitio.
El sol seguía brillando, iluminando las lápidas y calentando la espalda de Markus.
—Lo siento muchachos. Ustedes no debieron morir ahí. Lo siento tanto. —susurró, mientras las lágrimas salían de sus ojos.
Lloró por varios minutos, acompañado del canto de los pájaros. Su duelo se detuvo cuando una mano tocó su hombro.
—¿Usted es Markus Schneider? —dijo el hombre, que iba acompañado de varios agentes. Incluido el teniente Walker.
—Sí, lo soy. —contestó.
—Queda detenido bajo sospecha de conspiración. Será aislado, interrogado y se realizarán más investigaciones. En caso de ser declarado culpable, será eliminado en un plazo de treinta días desde la sentencia. —expuso el hombre. —¿Es consciente de esto?
—Sí, lo estoy. —respondió.