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"¿Hay suficiente sushi para la inauguración?"
"Si Maestro Yami. Desde hace tiempo que está listo."
Sushi Oscuro, Osaka. El día antes de la inauguración, Yami fue invitado a Osaka por el "Escurridizo del Cuchillo Oculto", uno de los Cuatro Chefs del Sushi Oscuro y encargado del restaurante.
"Siempre he estado en deuda con mi mentor."
Dicho esto, el Escurridizo atravesó el noren1 que decía "Sushi Oscuro" y entró en el restaurante. Yami meditaba. El "Escurridizo del Cuchillo Oculto" era el más débil de los Cuatro Chefs, pero también el más ambicioso. En el pasado había intentado en dos ocasiones distintas hacerse con el control del Sushi Oscuro y fue derrotado por el poder del Ramen.
¿Un servicio así para celebrar la inauguración? Era impensable y no le cabía duda de que era una trampa. Pero aun sabiendo que era una trampa, Yami atravesó aquel noren negro. Una de sus razones era que estaba confiado en que "no hay forma de que pierda". Otra es que podría aprovechar esta oportunidad para el crecimiento del Escurridizo. Yami siempre apreció la ambición del Escurridizo.
"¿Entonces qué vas a hacer?"
Tras atravesar el noren del comercio y que cerrara la puerta, Yami le dio la espalda al Escurridizo solo para encontrarse con que la puerta estaba firmemente cerrada.
El interior era el de un restaurante de sushi Edo-mae corriente. Una construcción de madera clásica que es distinta a otras del Sushi Oscuro. En la barra de sushi, había atún, calamares y otros ingredientes comunes, los cuales tampoco son propios del Sushi Oscuro. Ahora lo entendía, sólo era un restaurante ordinario pero con la marca del Sushi Oscuro.
Lo que más llamaba la atención en el restaurante era un cuenco y una flor de loto que llevaba el Escurridizo en su mano.
"He estado estudiando mucho para este día, Maestro Yami."
Al ver que el Escurridizo sostenía dos flores de loto a modo de palillos, Yami pensó. Ahora entendía porque el interior del restaurante de Edo-mae sushi. Si lo observabas detenidamente, podrías ver que tenia ampollas en los dedos de tanto practicar con las flores de loto.
"El sushi que nosotros, el Sushi Oscuro, consideramos 'malvado', es fuerte sin importar quién lo haga o quién lo gire. Entonces, ya no necesito un maestro. A partir de ahora, es mi momento: El Momento del Cuchillo Oculto."
El Escurridizo se rió. El Maestro Yami arqueó las cejas. Caminó hacia la cocina, mirando al Escurridizo de reojo.
"Es inútil, Maestro Yami. Este es un restaurante de sushi Edomae. No hay ingrediente que le pueda ganar al ramen más fuerte.
… Pero si aún crees que puedes ganar, con gusto te perdonaré como una muestra misericordia para mi mentor."
El Escurridizo esperaba un movimiento con una sonrisa sarcástica, sumergiendo su pulgar en caldo.
Yami miró al Escurridizo, y por un momento esbozó una sonrisa benevolente. Sin embargo, rápidamente borró esa sonrisa y sacó un cuchillo y un kanpachi2.
(¡De ninguna manera va a usar un cuchillo de cocina para…!)
En contraste con los movimientos apresurados del Escurridizo mientras prepara su ramen, Yami simplemente comienza a elaborar tranquilamente el kanpachi.
"Ah, sí, efectivamente, el sushi oscuro es fuerte lo haga quien lo haga. Y eso lo hará delicioso lo coma quien lo coma."
El Escurridizo se sintió incómodo con su capacidad para conversar mientras preparaba el kanpachi. No desperdiciaba nada. Manejaba sus ingredientes con más pulcritud que cualquier otro artesano al que se hubiera enfrentado en el pasado.
"A la mierda con las formalidades de ser una 'asociación'."
Finos tajos se desprenden del cuchillo.
"¿Pero sabes qué? No voy a renegar del sushi que has estado haciendo."
Tomó el arroz shari. Sacó la cantidad perfecta, sin hacer ninguna medición.
Fue aquí donde el Escurridizo finalmente recordó algo. Se decía que el Maestro Yami del Sushi Oscuro era un chef que se educó en un prestigioso restaurante de sushi Edo-mae.
"Yo como de la manera malvada, yo como de la manera correcta—"
Colocó el wasabi y el shari. Los palillos desechables que rompió con una mano se partieron limpiamente en dos. El Escurridizo ve la historia del sushi reflejada en Yami.
"No me malinterpretes. No me uní al Sushi Oscuro porque no supiera hacer sushi auténtico. Quería hacer sushi, así que hice sushi oscuro."
Yami se alejó del tablero. Sólo tiene un kanpachi con shari. No hay nada que temer. Tú tienes el poder del mejor ramen. El Escurridizo se repite eso para sus adentros. Su cuenco parecía más pequeño que antes.
"Prepárate. Hacía tiempo que no teníamos un combate cuerpo a cuerpo."
En un instante, Yami creó un Campo de Sushi. En el espacio oscurecido, solo el kanpachi que sostenía Yami en su mano brillaba.
"Es inútil fanfarronear, Maestro Yami. Sé mejor que nadie lo fuerte que es el Ramen, habiendo perdido dos veces contra este. Un simple sushi estilo Edo-mae no es un rival digno."
Apretó el recipiente con una flor de loto. Había practicado durante dos años para esto. Se hizo ampollas, hirvió caldo de marisco, se quemó al salpicarse sopa en las rodillas y, finalmente, dominó la técnica.
"¡Contempla, Mi Ramen!"
El Escurridizo grita y levanta su ramen. Yami también sostiene su kanpachi.
"Lo del cuenco y el loto es una técnica que cree yo, no los robes."
Luego golpeó con la taza de té.
"¡¡¡3, 2, 1, HEY RASSHAI!!!"
El ramen salió despedido con gran fuerza. La violencia de su masa debía ser capaz de hundir el kanpachi de un solo golpe…
"Drénate."
Una técnica que permitia manipular el buen aceite del del cuerpo del kanpachi y aprovecharlo al máximo. Concretamente… un "Parry". El kanpachi se hudió a través del cuerpo del ramen de manera en la que le arrebata la pasta al ramen, en lugar de sacudir ligeramente el centro de gravedad de este. El caldo se desborda ligeramente.
Parece fácil, pero si hay la más mínima desviación, serías aplastado de un solo golpe. Es un truco que sólo se puede hacer si eres capaz de detectar en un instante tanto la trayectoria del ramen de tu oponente como la de tu propio kanpachi. Esto lo entendió tarde el Escurridizo, que se sobresaltó demasiado como para hablar al ver la escena.
"Entonces, ¡seguiré atacando hasta que cometas un error!"
Otra embestida. Barrido. Vuelta en U. Embestida. Barrido. El caldo se derrama. 一No hay ningún error en absoluto. Es una trayectoria perfecta, como si pudiera leer la mente. Pero al Escurridizo no le importaba. Su dominio del ramen era absoluto. Incluso en términos de resistencia, la ventaja era suya. Si esto continuaba así, el kanpachi perdería impulso y no podría soportar otra embestida.
"'Un sushi fuerte no necesita de ningún truco…' ¿Acaso eso no era lo que solías decir, Maestro Yami?"
Yami no responde. Durante este tiempo, seguía calculando la trayectoria. En medio de esto, Yami se ríe, dándose cuenta una vez más de la fuerza del ramen que ha creado. La abrumadora diferencia de estadísticas con el sushi ordinario. Al fin y al cabo, el ramen es un sushi fuerte.
Pero no es el más fuerte. Yami, el creador del Ramen, también conocía sus puntos débiles. El ramen embistió contra él. Y entonces… Yami abrió la boca.
"Kanpachi."
Yami no nombra a su sushi. Solo pronuncia los nombres de los ingredientes. Para él, no hay razón para albergar emociones innecesarias. Tiene la confianza de que por su propia habilidad, el kanpachi en su mano se moverá por su cuenta.
Entonces, justo antes de que ambos choquen, murmura una palabra.
"Rebota."
El kanpachi, salía volando. Era una embestida temeraria contra aquella gran masa. Era un mal movimiento, porque incluso si conseguías atacar el núcleo del ramen, el rebote del kanpachi solo lo repelería. El Escurridizo gritó una orden con todas sus fuerzas.
"¡Aplástalo!"
Sin embargo, el resultado fue distinto. El golpe del kanpachi derribó fácilmente el cuenco de ramen, que el Escurridizo creía que era el más fuerte, derramó todo su caldo y se detuvo.
Se había acabado. El Campo desaparece, y en su lugar se encuentra el Escurridizo, que ha caído de rodillas, con el ramen salpicando el suelo. El kanpachi había vuelto a manos de Yami.
"¿Por qué pones esa cara?"
Le dice Yami al Escurridizo, que permanece inmóvil con los ojos en el suelo.
"Ese ataque impactó en el lugar donde el caldo del ramen se estaba desbordando. Eso implica que es un lugar más resbaladizo de lo habitual. Además, el cuenco de ramen tiene menos fricción que el arroz."
El Escurridizo levanta la cara mostrando un rostro sombrío.
"Sí, esa es la debilidad del ramen. El cuenco es duro y no actúa como superficie antideslizante. Así que si se empujan los bordes del cuenco sobre una superficie resbaladiza, se volcará."
Sin embargo, estoy trabajando en el desarrollo de un ramen que mejore esto, añadió Yami, girando los pies hacia la salida del restaurante.
El Escurridizo preguntó a sus espaldas.
"¿No me rematarás?"
Yami suspira. Dándose la vuelta, le dijo al Escurridizo.
"Te prestaré la vasija y la flor de loto. La próxima vez, sé tendrás mejores técnicas."
Y entonces, Yami se fue, golpeando la llave de entrada con una taza de té.
El Escurridizo… era alguien débil, pero también era el más trabajador de los Cuatro Chefs. Yami tenía grandes esperanzas puestas en su potencial. Por eso siempre participaba en todas sus trampas y le prestó su cuenco y su flor de loto. Será muy fuerte algún día.
Entonces… miró el kanpachi en su mano. Recordó la euforia que solía sentir cada vez que lo sostenía. Un recuerdo de sus días de entrenamiento. Yami se sintió frustrado.
… Ese un nombre al que había renunciado, un pasado que había abandonado. Eso se decía a sí mismo mientras se tragaba el kanpachi. Hacía mucho tiempo que no probaba el sabor del aceite suave.
Es porque conocía el camino correcto que sabía que iba por el camino equivocado. Los fundamentos no han cambiado. Yami se grabó estas palabras en su corazón una vez más y desapareció en la oscuridad de Osaka.
Debido a que el restaurante de sushi Edo-mae estaba siendo usado sin permiso, el Escurridizo fue arrestado por daños a la propiedad y allanamiento de morada.