El Culto al Gran Dios Verde es una religión anómala surgida en Egipto en un periodo no determinado, pero las evidencias más antiguas datan de la dinastía XII., durante el Imperio Medio. Esta secta adoraba a una deidad conocida como el Gran Dios Verde, cuya existencia como una entidad real aún está en discusión. Tal culto habría tenido como sede una pequeña ciudad situada al sur del antiguo imperio egipcio, cerca de la frontera con Nubia. Aparentemente extinta por casi dos mil años, recientemente ha experimentado un resurgimiento, especialmente en Sudamérica, en forma de pequeños grupos a menudo vinculados a movimientos ecologistas extremos e incluso eco-terroristas.
A diferencia de lo que acontecía en el resto de Egipto, marcadamente politeísta, en esta ciudad se rendía culto a una sola deidad, un dios de la naturaleza que tenía consagrados a él pequeños bosques y oasis, en vez de templos de piedra. Tal culto se desarrolló durante al menos 800 años, a pesar de estar en frecuente conflicto con la poderosa clase sacerdotal egipcia al no permitir la adoración de cualquier otro dios dentro de su ciudad, y también al no pagar los tributos necesarios para la manutención de esa misma clase sacerdotal.
Hay evidencias de una persecución organizada en contra del culto por motivos religiosos, o en apariencia religiosos. Como ya señalamos, su negativa a pagar tributos a la clase sacerdotal pudo ser el causante de que este culto fuera proscrito y víctima de un esfuerzo deliberado para ser borrado de todo registro histórico. Esto explica las muchas lagunas que existen en nuestro conocimiento de sobre la historia y cultura del Culto al Gran Dios Verde, y las teorías contradictorias hechas por historiadores de la Fundación sobre el desarrollo cronológico de este grupo de interés.
Cultura y prácticas religiosas
El culto adoraba a un dios en un principio relacionado, de forma sincrética, con dioses de la fertilidad y la naturaleza como Heqet o Menu y representado de la misma forma, como un hombre de carnes verdes con una notoria erección, pero luego adquirió identidad propia como un dios de naturaleza vegetal, señor de los bosques, los oasis, los juncos y los nenúfares.
Los pocos documentos conservados sobre sus prácticas religiosas, incluyendo comentarios de fuentes indirectas como el Libro Mekhanita de los Apóstatas, nos indican que creían que la carne vegetal era un elemento más puro que la carne animal, y por lo tanto más valioso. Tenían prohibido comer carne o huevos, siendo estrictamente vegetarianos, o utilizar cualquier material de origen vegetal, lo cual al parecer se hacía extensivo a utilizar madera para construir barcos o muebles, fibras vegetales para vestidos o calzado, y papiro para escribir. Eso explicaría el que todos los textos antiguos del culto que se han encontrado sean en tablas de arcilla o rollos de pergamino.
Realizaban sus rituales de noche, en oasis o pequeños bosques a la orilla, en ceremonias dirigidas por los llamados “Hombres Verdes” (aunque aparentemente también podían ser mujeres), quienes cumplían las labores de sacerdotes, herboristas y líderes de la comunidad. En estas ceremonias participarían todos los miembros del culto, incluidos niños y ancianos, que aparentemente debían desnudarse por completo como un signo de humildad. Sus ceremonias involucraban también el consumo del llamado “fruto de la vida”, con el fin de experimentar “visiones”, y, según dos papiros recuperados de la Biblioteca de Nag Hammadi, también incluirían la participación en orgias multitudinarias sin limitaciones en cuanto a edad o parentesco, sin embargo, esto posiblemente sean acusaciones falsas e injuriosas por parte de los primitivos cristianos egipcios.
Ejemplar de SCP-ES-041-1, arbol sagrado del culto.
Después de la muerte sus cuerpos no eran momificados, sino que enterrados superficialmente con el fin de que sirvieran de abono y convertirse así “en el hermano árbol y la hermana hierba”, proceso que acelerarían en algunos casos ingiriendo semillas de plantas anómalas, como SCP-ES-041. Eso llevaría también, en ocasiones en que los miembros del culto debían ocultar su fe debido a persecución por parte de las autoridades, a la fabricación de momias falsas junto con la realización de un funeral tradicional egipcio.
Un símbolo relacionado que aparece con cierta frecuencia es el de una momia acostada de cuya boca o vientre surge un tallo con seis hojas, que termina en una flor de nenúfar. Más tarde surgió una versión simplificada (el tallo con seis hojas y la flor de nenúfar) que es la más comúnmente usada en la actualidad. Se ignora el significado exacto del símbolo, si es una representación de su dios o bien una forma que tienen los creyentes de identificarse entre ellos.
Una tabla cuneiforme encontrada en la biblioteca de Asurbanipal, en Nínive, cuenta el testimonio de un mercader que visito a “una ciudad del Kemet donde no hay templo alguno dedicado a ningún dios y sus habitantes adoran a las palmeras y a los juncos y nenúfares de los pantanos” y que además “saben de plantas, incluyendo muchas que sanan enfermedades mucho mejor que los sacerdotes en sus templos”. Esta es la única evidencia directa de la existencia de la ciudad donde se desarrolló el culto al Gran Dios Verde.
Cuando la actitud del faraón y la clase sacerdotal (impulsados, aparentemente, por los seguidores de Mekhane) cambiaron de una tibia tolerancia a una decidida persecución, el culto fue proscrito y su ciudad aparentemente fue destruida y sus miembros condenados a la esclavitud u obligados a ocultarse y a fingir ser “fieles seguidores” de la religión mayoritaria. Hay cierta evidencia de que en algunos casos la persecución incluyó castigos más “originales” e irónicos, siendo el caso de miembros de la secta que después de ser capturados eran atados al tronco de sus árboles sagrados para que posteriormente se les prendiera fuego, el archivo ES-041-A-12 detalla atrocidades similares, como obligar a los cultistas a talar árboles o forzarlos a comer carne.
Se ignora en qué momento la ciudad sede del culto fue destruida. Se cree que podría haber sucedido durante el reinado de Ramsés III, después de la llamada “Conspiración del Harén real”, la cual inicia una sublevación de la población nubia en contra del Faraón. Otra teoría señala que podría haber ocurrido a finales de la Dinastía XX, alrededor del 1050 a. C., cuando se producen violentos movimientos separatistas por parte, nuevamente, de los nubios.
Después de esto, existen varias referencias a la supervivencia de este culto, aunque vagas e inconexas. Ciertos documentos recientemente recuperados parecen indicar que miembros del culto abandonaron Egipto y buscaron refugio en los reinos vecinos, donde su religión habría prosperado e incluso perdurado hasta el siglo XX, pero nunca habrían abandonado su condición de secta minoritaria.
• El historiador Cleónimo de Tebas, del siglo I d.C. cuenta que Alejandro Magno visitó en secreto un oasis donde se adoraba a “un dios hecho de juncos”, y que sus sacerdotes lo nombraron hijo de este dios, con el fin de ganar el favor del gran conquistador macedonio. Sin embargo, él habría rechazado tal importante posición, ya que prefería congraciarse con la clase sacerdotal de los dioses clásicos de Egipto.
• Un templo del siglo III d.C. perteneciente a la ciudad nubia de Meroe, presenta en una de sus paredes un jeroglífico donde se muestra al dios-león Apedemak luchando contra un dios “de carnes verdes” y de cuya boca brotan “hojas y raíces”
• Según Rufino de Aquilea, después de la destrucción del Serapeum de Alejandría por parte de los cristianos, en el año 391, el patriarca cristiano Teófilo descubrió un templo pagano oculto donde se adoraba a “un dios de los bosques” que habitaba en un árbol de hojas púrpuras cuyos frutos, aparentemente, “otorgaban la inmortalidad”. Teófilo destruyó el templo junto con todo árbol consagrado a este dios, el cual aparentemente no pertenecía al panteón egipcio.
• Existe una referencia en el evangelio apócrifo de los Ebionitas, respecto a un ídolo del cual brotaban “hojas y raíces”, al cual se le rendía culto en un pequeño valle a orillas del mar Muerto, en tiempos de Herodes Antipas. El ídolo y la secta que lo adoraba habrían sido destruidos durante la primera guerra Judeo-Romana (años 66-73 d.C.), aunque no se sabe si por parte de las legiones romanas o los rebeldes judíos.
No se encuentran nuevas referencias a este culto hasta 1938, en esa fecha una expedición de la SS-Ahnenerbe que buscaba identificar las raíces arias de la civilización egipcia, descubrió a 30 kilómetros del Valle de los Reyes una tumba del siglo XII a.C. perteneciente a un escriba de la corte real de nombre Iuwelot, que en su interior guardaba una estatua que no parecía corresponder al mismo periodo histórico, junto con 31 tablillas de arcilla con escritura jeroglífica, hierática y griego antiguo (clasificadas más tarde como SCP-ES-041-A12). Según el arqueólogo que descubrió la tumba: “Esta se hallaba repleta hasta el borde de hojas y ramas, como lianas, todo reseco y quebradizo por el paso del tiempo, incluso algunas raíces habían logrado infiltrarse dentro del sarcófago exterior de piedra, y después en el sarcófago interior de madera, hasta cubrir en parte a la momia que guardaban”. Las vicisitudes de la guerra impidieron que esta estatua y las tablas de arcilla fueran trasladadas a Alemania hasta 1942, donde se extravío su pista, siendo aparentemente destruidas por los bombardeos aliados.
Lo siguiente fue la aparición en la década de 1970, en Italia, de una peculiar secta religiosa llamada “Los hijos de la Vid”, que adoraba a la naturaleza en una postura que bordeaba el ecoterrorismo, incluyendo el asesinato de dos empresarios dedicados al negocio forestal. Esta secta llamo la atención de la Fundación en 199█, cuando llegaron a ella rumores sobre extraños “ritos orgiásticos” realizados en un pequeño bosque a 50 kilómetros al este de ██████████, Sicilia. Al intervenir un equipo de la Fundación este descubrió que el 40% de los árboles del bosque correspondían a ejemplares de SCP-ES-041-1, y que, en el centro mismo del bosque, en un amplio claro cubierto de flores púrpuras, se encontraba SCP-ES-041. El artefacto fue tomado en custodia por la Fundación, a la vez que se provocaron incendios controlados que destruyeron todos los ejemplares de SCP-ES-041-1 libres en el medio ambiente. Operaciones posteriores permitieron la captura de ██ miembros de los “Hijos de la Vid”, a parte de los cuales se les administro amnésticos mientras que un porcentaje cercano al 30% terminó recluido en hospitales psiquiátricos bajo el control de la Fundación. Estas operaciones también permitieron la recuperación de todas las tablas de arcilla halladas en Egipto junto a la estatua (posteriormente perdidas).
Recientemente han surgido en Sudamérica nuevos grupos de adoradores del Gran Dios Verde, aparentemente sin una estructura rígida ni jerarquizada y sospechosos de varios actos de eco-terrorismo. Están bajo investigación para determinar su nivel de peligrosidad y si poseen o no artefactos anómalos.
El siguiente es un fragmento (obtenido durante la exploración de SCP-ES-161) de un sermón pronunciado por un “Hombre Verde” durante una de sus ceremonias:
“Hermanos… hermanas… Hijos e Hijas de la Vid… hemos venido aquí para unir nuestras raíces, para entrelazar nuestras ramas y reforzar la unión entre todos nosotros, porque un árbol por si solo es frágil, es un solitario en un páramo triste y sus raíces son poco profundas, pero muchos árboles forman un bosque y sus raíces, aunque penetren poco en la tierra, se entrelazan unas con otras y así se sostienen entre todos, formando una unidad, formando algo más grande que la suma de todos ellos, formando un bosque”
“Nosotros, como hijos e hijas de la Vid, seguidores de Aquel que es Uno con el árbol y con el Nenúfar, Aquel que vive en los oasis y en las selvas, debemos apoyarnos unos a otros, las criaturas de sangre y carne por si solas son débiles, y como criaturas de carne que aún no han reemplazado su sangre por savia y que aún usamos nuestra piel, somos débiles por esencia, pero fuertes en conjunto”
“Y necesitamos más que nunca ser fuertes, porque nuestros enemigos, cual jabalí suelto en el bosque, buscan desarraigarnos, talarnos y arrojarnos al fuego. Los hombres que tienen hachas por manos y antorchas en los ojos nos buscan porque nos odian, porque saben que la verdad está en nuestras palabras y en nuestros actos”
“Y ahora hay más enemigos que nunca, no hablo solo de los adoradores del reloj, de los que rezan al martillo y al yunque, ellos son pocos y su errada fe los vuelve asesinos y brutales, pero ellos no son el mayor peligro.”
“No, el mayor peligro es el Hombre en sí, la criatura de carne y sangre, de vida corta, de mente temerosa, aquel que no escucha al hermano árbol ni a la hermana hierba ni puede oír su llanto cuando quema y cuando tala. El hombre, asustado, temeroso de las sombras, siempre fue ajeno al bosque, y solo vio al árbol como alimento para el fuego y material para estúpidas mesas y sillas. Él está separado y no lo sabe, él tiene un agujero en su interior y lo ignora, y busca llenarlo con poder y riquezas, y aquellos que tienen algo de sabiduría buscan y buscan, pero no encuentran, y en su búsqueda de verdad a menudo extravían el camino y sus derroteros lo llevan a creer que el Reloj es un dios, y que el Martillo y el Yunque son sus presentes”
"Desconfía de quien considera al herrero un dios, el solo fabrica armas y herramientas, el moldea las piedras de la tierra, su labor es encomiable. Pero él no puede crear vida, no puede hacer que la semilla de tu alma perdure y caiga en terreno fértil, donde pueda brotar."
Se ignora si hay contacto entre el Culto y otros GdI, los únicos casos confirmados han sido con el PdI “Maximus” y un único encuentro con la civilización Daevita. Actualmente se está investigando a la Iglesia Santa María La que da frutos, un culto sincrético que combina elementos del catolicismo con la adoración a la Pachamama, con el fin de investigar posibles vínculos entre ambas religiones anómalas.
Si bien en el pasado el Culto aparentemente fue perseguido por los seguidores de Mekhane, en la actualidad no parece existir ningún vínculo entre ellos y la moderna Iglesia del Dios Roto.
Actualización: SCP-ES-161 ha revelado que hay una abierta hostilidad entre ambos grupos, a niveles de lo que podríamos llamar una guerra abierta, y que la IdDR persigue y asesina a los miembros de los Hijos de la Vid, aunque actualmente no se posee información más detallada al respecto.
Una pequeña guía para escribir sobre el Culto.
- Los SCP y cuentos pueden ser o muy antiguos, o recientes: Pueden crear historias situadas en el Antiguo Egipto o en culturas aledañas (y relacionarlos con los mekhanitas o sárkicos), y crear SCP de miles de años de antigüedad, o bien pueden escribir sobre cosas relacionadas con los Hijos de la vid actuales, que solo tienen unas pocas décadas de existencia, desde los años 70´s.
- Los Hijos de la Vid no son malos per se, no son villanos o al menos ellos no se consideran a sí mismo como villanos, aunque varios pueden tomar actitudes radicales cuando se trata de proteger a la Madre Naturaleza. Busquen “ecoterrorismo” en Google y llévenlo un paso más allá combinado con fanatismo religioso.
- Todo en ellos se centra en la naturaleza, en las plantas, pero tampoco lastimaran animales si no es estrictamente necesario, mientras que el ser humano en general –incluyéndose ellos mismos- no es tan importante, algunos miembros incluso ven a la humanidad en general como irrelevante y prescindible.