—¡Señoras y señores, Boca se ha quedado afuera de la Copa Libertadores Edición 2022! Ha pasado Corinthians a cuartos de final. —Gritaba eufórico el relator. Carlos estaba sentado en frente del televisor con la mirada totalmente perdida, acompañado por Andrey Stidav, Damián Huallpa y Mike Patterson que no paraban de reír.
—¿Qué pasó Carlitos? ¿Otro año más sin pasar de octavos? —Stidav le dio un pequeño golpecito en el hombro mientras no paraba de reír, los otros solo reían en silencio dado a su obvia falta de conocimiento del deporte.
Carlos permanecía inmóvil mirando la televisión, había traído su mejor conjunto deportivo para esta ocasión con la esperanza de festejar una fase más en la copa de la Gloria Eterna. Sus ojos suavemente se inyectaban con una ira incontrolable mientras Andrey no dejaba de molestarlo por la eliminación de su equipo favorito.
—¡Míralo, míralo! ¡Está rojo! —Dijo Huallpa, ya empezando a preocuparse por lo que se venía. Carlos se levantó de su silla y tomó una botella de cerveza que estaba a su lado, rompiendosela en la cabeza a Stidav y apuñandole los ojos repetidas veces.
—¡Morite, morite, morite, morite, morite! ¡HIJOS DE REMIL PUTAS! —Gritaba Carlos con una mirada afilada. Huallpa y Patterson miraban aterrados por lo que acababa de suceder. Intentaron irse, pero la puerta estaba sellada con una credencial que solo Carlos tenía.
Carpincci sacó del bolsillo de Stidav su revolver .358 y apuntó a Patterson.
—Oi Carlos! Wait a minute! It's just a soccer match!
—¿D-Dijiste soccer? —Huallpa volteó a ver a Mike.
—Yes, why?
—¡Eres un reverendo pendejo, nos condenaste a los dos!
Carlos jaló el gatillo con furia, volandole los sesos a Patterson. Después, Carlos disparó contra el pelo gigante de Huallpa, dejando un agujero irreparable.
—¡Noo, mi peinado! ¡Mi peinado! —Gritaba Huallpa. Sin pensarlo dos veces, se suicidó con un cuchillo y desapareció de la realidad por la vergüenza.
Carlos se quedó parado en la habitación, completamente estático. Tras tomarse un respiro, fue hacia el casillero de Mike Patterson y tomó su escopeta.
—¡AGUANTE BOCAAAAAAA! —Carlos se puso la escopeta en la boca y se disparó a si mismo, culminando de una vez su ataque de ira y su eterno sufrimiento.