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Ya has hecho cien rituales como este. Puedes sentir que algo está mal, diferente esta vez.
No es el ritual. El ritual es el mismo, estás bastante seguro. No es como que puedas estar totalmente seguro. Nunca recuerdas exactamente lo que has hecho después, y no es por los amnésticos. Comando nunca se molesta en dar amnésticos. Las cosas como lo que estás haciendo no permanecen fácilmente en la memoria humana. Sus cerebros no están hechos para eso. Al menos, no si terminas lo suficiente del ritual como para comprender el resultado. Tú y tu equipo de colaboradores tienen una tasa de finalización admirablemente alta.
Pero aunque no puedes recordar exactamente, los movimientos te son familiares. Los pasos como memoria muscular. La sangre. Los cánticos. El fundir de huesos crudos y frescos. El dibujar de diseños cada vez más complejos en sustancias que no tienes interés en identificar, entregados por los despiadados guantes blancos de los Agentes de Comando.
Agentes justo como tú, en teoría. Agentes de la Fundación SCP. Excepto que no se parecen en nada a ti. Tal es el poder de las jerarquías que jamás hubieras imaginado que existieran.
En otro sentido, son exactamente como tú. En un sentido muy literal. Miras tu espejo, el segundo al comando del Comando (je), una persona sombría de pie ahí, observándote, pero con la falta de interés de un depredador saciado.
Esto te preocupa aún más. No porque tu espejo esté aquí. (No, tú eres el espejo. No al revés. Ellos producen los reflejos. Todos ustedes son los reflejados.) Los espejos están casi todos los días en este punto. Tú has matado a un espejo de ti mismo personalmente (o de alguien que conoces, incluso alguien que te importaba, pero sólo un espejo, siempre sólo un espejo) más veces de las que te importa recordar.
Ese es tu trabajo. Eres un Colaborador. Sabes de qué manera están establecidas las jerarquías universales, y estás haciendo lo que puedes para mantener a todos los que conoces con vida.
Por qué estás preocupado: tu espejo está aquí. Comando no suele traer agentes de sus partes del mundo. Pero aparte de tu espejo, cuentas media docena más, personas de Comando reconocibles por su atuendo. Tres en lúgubres batas de laboratorio por encima de sus trajes, tres en uniformes militares, todos portando insignias de la Fundación (mucho más ostentoso que tus propios agentes conocidos de la Fundación, o la mayoría de los espejos que has visto). Están flanqueados por un marco de Agentes de la Fundación con trajes y cascos negros (telekill, así lo llaman, y de alguna forma su telekill parece no estar haciendo volar a todo el mundo por los aires). (¿Espejos también? ¿Quién sabe detrás de esos cascos?)
¿Por qué están aquí? A ellos no les gusta arriesgarse, estas personas a las que nunca sabes cómo llamar además de Concilio, lo cual solía significar algo diferente, cuando aún tenían un verdadero Comando O5.
Quizá sólo están aquí para observar el asunto como siempre. Pero lo dudas. Claramente Comando está inquieto. No te gusta cuando está inquieto.
Continúas llevando a cabo el ritual. El ritual está casi completo. Reconoces retroactivamente los inquietantes pero familiares destellos de luz, los pozos en la realidad que se forman y desvanecen frente a tus ojos, la creciente sensación como si estuvieran agarrando colectivamente un cable vivo de los profundos circuitos ocultos del universo. La vasta habitación artificial (aleación de titanio — ¿por qué todo lo hacen de titanio?) pulsando al son de un latido arrítmico alienígena.
Echas otro vistazo a tu espejo. Te preguntas si has matado a — ¿qué? ¿tu original? — si simplemente te marchitarías o convertirías en polvo o simplemente caerías muerto. Te preguntas si no pasaría nada en absoluto.
No puedes estar teniendo estos pensamientos. Nunca, nunca, nunca podrías traicionar al Proyecto Barrera. O serás la siguiente estaca en el muro.
En vez de eso, observas a Li. Es nueva en esto. Esta es su primera vez. Lo estaba llevando bien anteriormente. Cuando ella sumerge la mano en la sangre fluyendo, le tiemblan visiblemente las manos. Le tienes pena. Y envidia.
Aún no tiene verdadera sangre en sus manos. Pero está a punto.
El ritual está casi completo cuando Comando ladra la orden de detenerse. Todos lo miramos fijamente como ovejas confundidas.
"Intentaremos algo diferente," dice Comando.
"¿Cómo qué?" sueltas abruptamente. (Siempre ha sido tu trabajo hablar por el grupo, desde que el espejo de Comando — alguien que te importaba profundamente — murió durante el primer ritual que tu grupo llevó a cabo hasta el final.)
"Necesita ser más oscuro," dice Comando.
Es una cosa tan banal que no tienes respuesta.
"Esto," dice Comando. "Este ritual. Todo esto. No es lo suficientemente oscuro. No en un sentido cósmico o literal. Le falta impacto. Impacto real. Vamos a hacerlo más oscuro."
Detrás de él, tu espejo asiente con aprobación.
Miras alrededor. "¿Hacerlo más oscuro cómo? ¿Pintando todo de negro?"
No ríe ante la broma.
"Traigan los sujetos," dice.
Traen a los sujetos. Comienzas a sentirte enfermo al mirar. Un grupo de niños. No mayores que un preadolescente. El más joven apenas camina. Tienen los ojos bien abiertos, desconcertados, asustados.
"¿Qué se supone que hagamos con ellos?" preguntas.
Te mira como si fueras estúpido. "Todos son vírgenes."
"Por supuesto que son vírgenes," dices. "Son niños."
Tu espejo da un paso adelante, sacando una hoja impresa de una carpeta de archivos. Te entrega la hoja.
Le das un vistazo. El resto de tu grupo te está observando.
"No puede ser en serio, " dices.
"Seguirás el protocolo de pruebas actualizado," dice Comando. "Entiendes las consecuencias por dejar de cooperar en el experimento."
Claro que lo entiendes, joder. Ustedes son colaboradores. Todos entienden lo que pasa si no siguen las órdenes. Comando nunca ha tenido que mantenerlos a raya. Ustedes lo hacen entre sí. Por aquellos que dejaste atrás.
Mundo tras mundo tras mundo, se mantienen a raya.
Es ridículo oponerse a esto, a algo tan pequeño como esto.
"Llama al primer sujeto," Comando dice.
Llamas al primer sujeto. Piensas cuidadosamente en el sujeto como un "algo". La deshumanización es una forma de remover emociones. Para eso te entrena la Fundación. Ambas Fundaciones.
Una herramienta metálica es presionada hacia tus manos. Te encuentras congelado. Disociado.
Estás vagamente consciente de una mayor inquietud por parte de los otros agentes del Concilio.
"A O5 no le gustará esto."
"Sabían que esto eventualmente podría pasar." Comando.
"Al menos debermos intentarlo." Tu espejo. "Mirarán hacia otro lado. Necesitamos resultados. No hemos obtenido nada bueno en mucho tiempo — necesitamos esforzarnos más. Estamos borrando todo de todas formas." Una larga pausa, luego un susurro que aún así puedes oír, tan cercano como tú. "Hemos hecho cosas mucho peores, objetivamente hablando."
No miras al sujeto de pruebas. El sujeto de pruebas es valiente. El sujeto de pruebas no está llorando.
Comando te está hablando de nuevo.
"Remueva los falanges izquierdos del sujeto como se indica en el diagrama."
No te mueves.
"Remueva los falanges izquierdos del sujeto como se indica en el diagrama."
No te mueves. No puedes hacer esto.
Comando repite la instrucción una tercera vez.
Recuerdas tu hogar. A tus seres queridos. A tu familia, tus colegas, los vecinos molestos que solías detestar. Parecen muy lejanos. No sabes lo que les pasará. Quizá esté bien. Quizá no es muy tarde para parar.
Remueves los falanges izquierdos del sujeto como se indica en el diagrama.
***
Cuando está hecho, y el sujeto yace en trozos cuidadosamente separados en el suelo sobre un charco de líquido, apenas puedes creer lo que has hecho, lo que has llevado a cabo.
No miras a los demás sujetos de prueba, pero puedes oírlos (emitiendo vocalizaciones angustiadas, dice una voz detrás de tu cabeza con el tono clínico apropiado). Notas que Li — la pobre Li — se ha desmayado, tirada en un charco de sangre ritual que ahora casi parece como si saliera de su cuerpo, con los dedos (dedos) cubiertos por un pincel sucio.
Posas los ojos directamente en tus colaboradores. Ves el horror que esperabas. Pero también ves gratitud. Gratitud porque tú hiciste esto, no ellos.
Comando mueve los hombros. No ha levantado la vista en un tiempo y mantiene los ojos fijos en lo que sea que esté escrito en los papeles que ha estado sujetando enfrente suyo.
"Llama al siguiente sujeto," dice.
***
Pero no continúas el experimento con el siguiente sujeto.
No puedes creer lo que ves, pues es algo que podrías haber imaginado alguna vez. Pero no el tipo de cosa que esperabas imaginar otra vez.
Una luz blanca abrasadora. Alas abiertas.
Algo parecido a una espada.
Recuerdas poco excepto por la evacuación. De manera ordenada. La flameante luz cuelga en el aire, sobre los niños, inmóvil. Los niños sollozan — ¿miedo? ¿alegría? — y no tienes idea de qué emociones estás sintiendo, o si tan siquiera te queda alguna emoción.
Eres llevado (Li es levantada) hacia unos vehículos bajos y grises estampados con el logo de la Fundación SCP.
Manejan por varias horas hasta que te sacan a un día gris y brumoso. El día ha durado demasiado. En algún lugar donde no prestabas atención, Comando volvió a deslizar a tu grupo entre mundos.
Comando y los otros agentes no parecen enfadados contigo en particular. Lo cual debería ser un alivio, pero no tranquiliza. Se te está dificultando darle importancia.
Comando te ordena quedarte al dejar ir al resto del grupo tras interrogarlos.
No dice nada por un rato, sólo camina de un lado a otro, llena algunas formas, teclea entradas de archivo. Reconoces que está actualizando un registro de pruebas y un reporte administrativo, incluso quizá algún anexo de algún artículo SCP, como algunas vez lo hubieras hecho, como algunos de tus colegas aún lo hacen.
"Era una prueba," te dice abruptamente Comando. "Para ver qué tan lejos podíamos llegar. Al parecer ya tenemos nuestra respuesta."
Una larga espera. Aparentemente quiere una respuesta tuya.
"Es mi trabajo," dice Comando. "Hay muchos otros equipos trabajando desde ángulos más mundanos. Tratando de encontrar alguna forma de detener al Gusano. Mi trabajo es hacer salir a los divinos. Este ha sido probablemente el experimento más exitoso que he tenido."
Esto es más de lo que Comando alguna vez te haya dicho.
"¿Qué hay de los niños?" preguntas.
"¿Los sujetos? Siempre pudimos haberlos reconstruido. Reconstruiremos al sujeto inicial. No recordará nada."
Te quedas ahí, pasmado de algún modo.
"Tenemos la tecnología," dice. "Claro que la tenemos. No somos como la Fundación de tu hogar. Jamás nos atamos las manos. ¿De verdad crees que no podríamos hacer una cura para todo si no tuvieran regulaciones en contra?"
No lo sabes, pero dudas que te guste cómo se vería. Dices algo que da esa idea, pero Comando no está escuchando. Él sacude su cabeza.
"Yo sé que les gusta plantar estas reglas en tus Fundaciones para limitar los parámetros del experimento, pero siempre creí que serían más efectivos si eran soltados de sus correas. Quizás lograrían averiguar cómo detener al Gusano. Por supuesto… Quizá incluso averiguarían cómo desarmar nuestra Barrera. Volverla contra nosotros. Sí, creería que harían eso primero antes de detener al Gusano. Lógicamente, sería más fácil. Ya que sabemos cómo hacer eso, después de todo, y no sabemos cómo detener al Gusano. Supongo que habrá que mantenerlos en su lugar."
Él espera que reacciones a eso.
"Eran niños," dices.
"Esto no debería ser una sorpresa. Tu Fundación sigue los mismo protocolos. No pienses en ellos como personas. Son carne de cañón."
"¿Nosotros no somos carne de cañón también?"
Parece impaciente. "Lo eran. Nosotros los hicimos personas, decidimos que importan, así que lo son, y lo hacen. Escucha. Piensa en ello como editar. Un libro, o una obra de arte. Necesitas cometer los errores para averiguar lo que realmente quieres."
"¿Errores?"
"Sí."
No sabes qué decir, así que no dices nada.
Te preguntas qué fue lo que viste. ¿Un ángel? ¿Una diosa?
Preguntas, "¿Así que fueron tan lejos que las mismas fuerzas del universo decidieron intervenir?"
Comando se encoge de hombros. "No parecen oponerse a masacrar incontables miles de millones," dice. "Los rituales funcionan porque ellos lo permiten. No me impresiona que hayan trazado la línea en la tortura infantil."
De nuevo no tienes una respuesta. Comando parece no necesitar una, ahora.
"Fin del Mundo no se siente personal, supongo," dice. "Escucha. Tuvimos que hacerlos morder el anzuelo. Debemos averiguar por qué el Gusano existe. Asumimos que alterar las fuerzas detrás de la existencia eventualmente nos permitirá descubrirlo. O quizá alguno de tu gente lo hará. De igual forma."
Aún no tienes una respuesta.
"Somos los héroes, aquí." Sonríe. Un toque de ironía, como si supiera que es un cliché. "Los dioses o el destino o el universo nos puso en esta posición. Crearon el escenario en el que hicimos esto. ¿Eso no es respaldo suficiente?"
No comprendes por qué siquiera le importa el respaldo en este punto.
Se está emocionando de nuevo.
"Quizá hemos estado haciendo esto mal," sice. "Quizá los demás están en lo correcto. Este pequeño ángel o dios que ama a los niños o lo que sea — es poca cosa. Podría hacer algo más impresionante en un puto laboratorio. Nada comparado con el Gusano. Benditos sean los niños, ¿a quién le importa? Grimdark no es sustentable, no así. Le falta… le falta la creatividad."
Comienzas a sentir un poco más de miedo.
"Eso es," dice. "Esa es la clave. ¿El Gusano? A la mierda el Gusano. Sólo borra nuestras realidades. ¡Ni siquiera puedes verlo! ¡Ni siquiera comprenderlo! ¡Ni siquiera es un puto Gusano! Atraerlo a universo tras universo — eso no va a sacar a ninguna divinidad con respeto propio que se esté ocultando por ahí. ¿Dónde está el meteorito dirigiéndose dramáticamente hacia la Tierra? ¿Dónde están los enjambres de langostas con rostros humanos? ¿Dónde está el Lobo surcando el horizonte? ¿Dónde está el Escenario Fin del Mundo Clase-XK?"
Ahora está sonriendo. Emocionado. Emocionándose con sus propias palabras.
"Fin del Mundo," dice. "Esa es la respuesta. Las principalidad y los poderes aman un buen fin del mundo."
Deja su cuaderno con una nota de finalidad. "Tendremos que probar unos cuantos."