Acciones Inmediatas

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Hubo explosiones en el sitio. No era del todo inaudito, pero estas no parecían controladas. Esto tampoco era extraño, pero aun así ponía nerviosa a Iris.

La puerta de su celda se abrió, y un agente permaneció allí. Era más joven, con rasgos mexicanos, y ella no lo reconocía.

"105. Levántate. Necesitamos moverte". Ella podía adivinar que era nuevo. La mayoría del personal del Sitio 17 estaba acostumbrado a llamarla por su nombre real, fuera de la documentación oficial. Los psiquiatras pensaron que sería útil para mantener su estabilidad emocional. Había que reírse.

"¿Debo tomar algo?" preguntó mientras se levantaba de su asiento.

"No hay tiempo. Enviaremos a alguien para eso más tarde". Le hizo un gesto para que se diera prisa.

Ella caminó hacia la puerta. Ya había pasado la etapa en la que se resistía o intentaba escapar. ¿A dónde iría ella? Probablemente acabaría en algún lugar peor.

La condujo al pasillo y no se molestó en volver a asegurar la puerta. Ella entonces se dio cuenta de que las cosas estaban muy mal, peor que el límite de "muy mal" al que se había acostumbrado.

Dudó un momento, luego dijo "Por aquí". Ella casi se ofreció a guiarlo, pero probablemente no estaba preparado para que un "escape" mostrara ese tipo de iniciativa.

Hubo disparos cerca. "Quédate detrás de mí". El agente sacó su arma.

Había cadáveres en el siguiente pasillo. Dos eran la seguridad del sitio. Un tercero llevaba un uniforme negro desconocido.

Cuando el agente entró por la puerta de al lado, hubo un disparo y la parte posterior de su cabeza floreció hacia afuera.

Mientras el agente caminaba por la siguiente puerta, hubo un disparo y su nuca floreció hacia afuera.

Iris se agachó en el marco de otra puerta, presionando tan fuerte como pudo en el hueco poco profundo.

Escuchó como alguien se acercaba a la puerta. Contuvo el aliento y esperó a ver si entraban o se inclinaban lo suficiente como para verla. Después de un momento, ella los escuchó girar y alejarse.

Se quedó quieta un momento más y luego se agachó y recogió el arma del agente muerto. Esto rompió cualquier número de reglas, pero la regla 1 era evitar morir en un tiroteo sin sentido, y tenía que priorizar en estas situaciones.

Ella tomó un pasillo diferente. Con suerte, se habría encontrado con alguien que podría ayudarla. Con suerte, no le dispararían. Eso estaría bien.

Había cuartos de contención, pero ella los evitó. Nunca se sabía lo que había allí, y de todos modos, eso era probablemente lo que buscaban los tipos de trajes negros. A menos que estuvieran realmente interesados en la colección de clips del doctor Jones.

En el siguiente pasillo, la cámara de contención había sido abierta, y la puerta arrancada de sus goznes. Había varios cuerpos vestidos de negro en el suelo. De pie sobre ellos, arrancando la carne de un húmero, estaba un ogro. Con ocho pies de altura, nariz bulbosa, cabeza puntiaguda y dientes afilados, sonrió perversamente a su alrededor. "Ah, ma chère1, ¿te unes a la fiesta?"

Ella apretó su agarre en el arma y se obligó a permanecer tranquila. "Fernand".

"¿Tendrás un rápido pique-nique2 conmigo? preguntó. "Estoy haciendo mi ejercicio matutino".

"N-no, gracias", dijo ella. Ella comenzó a caminar junto a él. No rapido. No corriendo. Los depredadores persiguen las cosas que corren.

"Como gustes. Quizá nos encontremos mas tarde, eh? Una pequeña cita, très romantique3!" Se rió entre sus dientes apretados. Iris reprimió un pequeño estremecimiento. Aun así, tan malo como era Fernand, no podía comparársele a él4.

Cuando entró en la puerta de al lado, vio la forma de una vaca, pero completamente, completamente negra. El área a su alrededor parecía ligeramente distorsionada, como si estuviera haciendo algo con la luz. Comenzó a moverse hacia Iris, quien inmediatamente se volvió. Ella se arriesgaría con los hombres de negro. Al menos sabía lo que hacían las balas.

Lo oyó acelerarse, dobló una esquina, se deslizó por una puerta y la cerró. Cuando se apoyó contra la puerta y contuvo el aliento, escuchó el llamado entrecortado de disparos.

Se dejó caer al suelo, contó hasta tres, maldijo en silencio a la cosa-vaca y miró hacia arriba.

Había cinco de los hombres vestidos de negro disparando por el pasillo, quizás a 3 metros de distancia, usando un escritorio volcado como barricada improvisada. Ella no podía determinar a qué estaban disparando desde su posición, pero las balas que volaban por encima de la cabeza sugirieron que la seguridad del Sitio aún no estaba fuera de combate. Sin embargo, no había demasiados disparos provenientes de esa dirección, en comparación con la cantidad de plomo que los de negro estaban arrojando por el pasillo. Parecía que la Fundación era superada en número, al menos en este pasillo.

Ella consideró sus opciones. Podía mantener la esperanza de que la Fundación enviara refuerzos. Pero eso parecía arriesgado. Quienesquiera que fueran, estaban organizados y probablemente tenían una buena estrategia de evacuación planificada. Una vez se dieran cuenta de que ella estaba allí… Ella podría intentar hacerse la muerta, pero incluso un escape muerto podría ser un escape útil, y se darían cuenta de que ella estaba fingiendo bastante rápido. Ella consideraba improbable que quienes sean la trataran tan bien como la Fundación. Sólo una opción, entonces.

Ella se arrodilló, apuntó cuidadosamente y disparó al hombre más cercano en la nuca. Luego el siguiente. Y al que le seguía. Era fácil. Eso era lo que ella odiaba al respecto. Lo fácil que era. Hubo un clic, y el arma se negó a disparar.

Sin siquiera pensarlo, volvió a sus acciones inmediatas. Golpeó la recámara con la palma de su mano izquierda, luego deslizó la corredera hacia atrás y una bala atascada salió volando. Los otros dos empezaron a darse cuenta de que había un problema, por lo que ella disparó al cuarto. El quinto casi la tenía, pero luego los disparos de más atrás lo derribaron. Solo cuando él cayó al suelo, ella comenzó a sentir otra vez, y las náuseas empezaron a subir por su garganta.

"Soy yo", dijo ella. "SCP-105. Están muertos". Dejó caer la pistola, la pateó hacia adelante y luego se arrodilló con las manos en la nuca hasta que los agentes la agarraron y la llevaron a un lugar seguro.


"Necesita ver esto, madam". El hombre estaba nervioso, pero siempre estaba nervioso. Parecido a un cachorrito, realmente.

"¿Qué es?" preguntó ella. Todavía estaba un poco cansada. Había sido una noche larga la noche anterior. Por lo general lo eran. Pero la última vez que le había dicho que necesitaba hacer algo, hubo un atentado contra su vida. Ella era buena para atraer problemas como ese.

"Imágenes de la última brecha de contención. Yo, ah, creo que debería prestar especial atención aquí". Saltó a un punto en las cintas para mostrar a una mujer joven.

"¿Sí?" dijo ella. Luego, "Sí. Ya veo". Pensó por un momento. "Sí, buen trabajo, Henri. Tenías razón. Necesitaba ver esto". Ella abrió un programa muy especial en su teléfono. "Todos necesitaremos ver esto, creo yo".

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