Allá donde nace el día
Puntuación: +4+x

El joven se encontraba en su habitación cuando le avisaron de su primera misión. Sus ojos brillaron de emoción, emoción que escondió tras una seca palabra de entendimiento.

No había pasado mucho desde su graduación en el ejército argentino. Se le había asignado una misión simple: ir a un hangar en un aeropuerto militar abandonado, registrarlo y volver. Lo asignaron a cargo de un capitán junto a un puñado de cadetes en una misión de reconocimiento.

Iba a ser una misión simple. Eso pensaba el muchacho, armado con su chaleco; su rifle en mano, marchando con su equipo. Recordaba que les habían informado de actividad anormal en la zona; incluso si no sabía exactamente a lo que se refería.

Rayaba el alba cuando llegaron. El sol se dejaba ver desde el hangar que debían registrar; algo digno de ver. Todos dejaron atrás el carruaje de metal y comenzaron a enfilar hacia el hangar; bastante confiados.

Se posicionó algo distanciado de la puerta, observando a sus compañeros aproximarse. Su teniente y un egresado con experiencia serian los primeros en acercarse mientras el resto se posicionaba para cubrirlos. No entendía el porqué de tanta seguridad.

Terminó una oración al Señor cuando abrieron la puerta, pudiendo ver salir al sol por segunda vez. Un sol brillante y cegador, el cual lo obligó a ocultarse tras un tanque de agua.

Apenas pudo ajustar sus ojos ante la resplandeciente luz, sus oídos ensordeciéndose ante varios estruendos en repetición; viendo a sus compañeros caer al piso uno a uno. Dirigió su mirada a la entrada, pudiendo observar lo que consideraba los restos incinerados de su capitán y algunos compañeros suyos. No parecía haber escondite de esa bestia que se ocultaba en el hangar, de su feroz y ardiente metal, de su inmenso tronar.

Un estruendo en particular lo hizo esconderse; una bala seguida de su himno nacional estrellándose contra dos pobres almas, llenando el aeropuerto del mismo himno al impactar, dejando un cráter considerable.

Antes de darse cuenta había quedado solo, aún estando detrás del tanque de agua. Había recibido un disparo de una pistola al pecho, a la altura de los pulmones, del lado izquierdo; seguro fuego amigo. Su chaleco había recibido la mayor parte del impacto, pero podía sentir que había penetrado.

El silencio se le hizo aterrador, acechante; como la presa que se encontraba en el hangar, convertido en cazador. El silencio fue cortado filosamente por unos severos y seguros pasos, lentamente haciendo su camino al egresado, quien apenas podía controlarse. Se armó de su pistola; sus manos apenas podían sostenerla del miedo.

Pudo ver un hombre vestido de ropajes militares, aquellos que usaban los tenientes, con un revolver a mano, su mira observándolo.

No pudo ni jalar el gatillo que le confiscó el arma. Intentó ver a los ojos a su cruel verdugo, pero no pudo. Sus ojos eran prohibidos por unos anteojos de sol, los cuales reflejaban la cara empobrecida del muchacho, su mirada desgarrada. Pudo ver lentamente a su adversario bajar el brazo.

El contacto siguió por unos segundos más, sin que ninguno se atreviera a hacer movimiento alguno o decir palabra. Escuchó mil voces y solo una a la vez. Un coro, y un solo. Estruendosa, y silenciosa.

—Vivirás para ver el alba. Entenderás lo que hice. Te lo prometo.

El contacto no duró más. El Militar se fue como vino, desapareciendo ante la guarida del hangar y el brillo del sol, tan glorioso como siempre.

El muchacho se estiró como pudo, agarrando una de las radios de sus compañeros; la suya estando rota. Llamó desesperadamente por ayuda, que solo permanecía él en tal masacre. Le dieron un tiempo exacto de espera, tiempo que dudaba tener.

Se desplomó en el suelo, algo reclamado ya por la naturaleza, a observar el alba; alba que los había recibido desde que llegaron; el alba que nacía de aquél hangar, de aquella casa; la casa del sol naciente.

Al recuperarse, le dijeron que no había nada en el hangar.

Si no se indica lo contrario, el contenido de esta página se ofrece bajo Creative Commons Attribution-ShareAlike 3.0 License