Entras en el metro por la tarde y esperas a que se cierren las puertas. Suena el timbre y el vagón avanza hacia tu destino. En ese momento, te sientes como un bloque de acero inoxidable dorado que un camarero pone en una copa en un hotel de lujo.
Te cepillas el pelo, te maquillas, agarras tu pequeño bolso y sales por la puerta de tu suite, seguida por tu marido, que te pregunta adónde vas porque sospecha que tienes un amante.
Te levantas de la obra y te sacudes varias veces el polvo de tu áspera ropa de trabajo, con los guantes llenos de barro y polvo. Subes al autobús, sacas el móvil para escanear el código y te encuentras con un círculo de gente a un lado que, intencionadamente o no, te mira con asco. Entonces te das cuenta de que fuera el cielo está oscuro de cojones.
Todos vosotros tenéis un destino común, el Gremio de Escritores SCP. Tiene ramas en todo el mundo, tanto que se puede llegar a un sitio en particular tardando exactamente una hora. El Gremio de Escritores SCP es una sociedad dedicada a la ficción extraña en un formato rígido, escribiendo sobre todo tipo de anomalías, con ramas en cada pequeña región del mundo. Limpia y ordenada, inmersa en una atmósfera creativa. Hay rumores de que su predecesora, la Fundación SCP, se dedicaba a todo tipo de monstruos, pero eso son sólo leyendas. La gente del Gremio nunca lo ha negado ni confirmado. Cabe destacar que los edificios de cada rama están dispuestos de forma que parezca que realmente existe. Se rumorea que ésta es una cámara de contención de humanoides y que éste es un centro de control biológico.
Es muy consistente con el mundo que escribiste.
En tu mundo escrito, la Fundación SCP es una gran institución especializada en ocultar anomalías al público y existe algún tipo de herramienta amnésica que suena fabulosa. Pero todo el mundo sabe que esto no es posible. Se rumorea que dos años antes de la apertura del Gremio de Escritores SCP, todas las anomalías desaparecieron, por lo que la Fundación salió a la luz y se convirtió en un gremio de escritores. Vosotros sonreís cuando oís eso. Todos sois gente razonable y nadie se lo toma en serio.
Tenéis personal de Clase-A, Clase-B, Clase-C y Clase-D, cada uno con un papel diferente en la contención de las anomalías.
Eres un Clase-D, quiero decir en realidad perteneces a la Clase-D del Gremio de Escritores SCP. Empiezas a escribir con un formato determinado, designación, procedimientos especiales de contención, descripción y los anexosque quieras. Puedes añadir diarios, audios, videos, lo que se te ocurra. Utilizas una ranura, formas una anomalía en tu mente, y luego la envías a la página web del Gremio de Escritores y esa misma gente del Gremio te da una puntuación, +1 o -1, y todas esas puntuaciones se suman para determinar si tu escrito sigue vivo o muerto. Eres un Clase-D. Quiero decir, escribes basura, cosas podridas que sólo pueden llamarse papel higiénico después de limpiarte el culo. Escribes con desesperación, describes con desesperación, refrescas con desesperación tu post en la web oficial. Ves cómo la puntuación empieza en 0, sube y baja un poco. Primero sube a +1, luego atrae a muchos "-1", así que la puntuación empieza a bajar, a -3, a -7, a -19. Observas en silencio, maldices de repente y lo borras temblorosamente.
Se rumorea que el Gremio de Escritores SCP no es más que una empresa tapadera de la Fundación SCP. Cualquier artículo superviviente que escribas se añadirá a su base de datos. Los artículos que escribes son reales. Las ideas que tienes en la cabeza no son tuyas, porque en el momento en que entras por la puerta, ya no eres dueño de tus ideas.
El Gremio de Escritores SCP es el mejor gremio de escritores del mundo. Los escritores más poderosos del mundo están en el Gremio de Escritores SCP.
El Premio Nobel de Literatura ha sido concedido a personas del Gremio durante siete años consecutivos.
Entras en el Gremio.
Las paredes blancas y limpias, la decoración de ciencia ficción y la sala abierta accidentalmente que simula estar sufriendo los efectos de un peligro biológico te tranquilizan. Entras en el Gremio y los asistentes y voluntarios te conducen paso a paso al interior de una sala. Se rumorea que ha sido reconvertida a partir de un antiguo dormitorio de Clase-D y sonríes levemente; no te lo crees.
Pero en cuanto pones la pluma sobre el papel, te viene a la mente la designación de la anomalía, los procedimientos especiales de contención, la descripción y los anexos. Escribes, inmerso en este mundo en el que existen las anomalías y la Fundación SCP. Te sumerges, escribes, entrecierras los ojos ante el marcador que sube y baja, y suspiras.
Eres un Clase-C porque escribes artículos con una puntuación media de 50 o más, lo que te convierte en Clase-C. Tienes derecho a ser Clase-C. Roleas como Clase-C. Los Clase-C juegan un papel importante en cada artículo que escribes.
Eres un Clase-B. Escribes tres artículos con una valoración media de 100 o más, o para ser precisos, una valoración media de 127. Más concretamente, es esta tarde a las 20:26 cuando tu valoración media es de 127, ya que cada minuto puede marcar la diferencia. Respiras hondo, mientras un Clase-D te pregunta con ojos de adoración cómo demonios has conseguido escribir tan bien. No respondes, no lo sabes, no entiendes cómo otros escriben tan mal. Hace tiempo estabas dispuesto a enseñar y luego dejaste de hacerlo. Ya no quieres hacerlo.
Hay rumores de que todo el Gremio de Escritores es una estafa, una trampa para que trabajes gratis para la verdadera Fundación SCP que hay detrás. Te ríes cuando lo oyes. Vienes voluntariamente, no crees que sea una trampa. Aquí conoces a mucha gente, aquí haces muchos amigos, aquí crees que puedes mejorar tu escritura.
Quieres ganar el Premio Nobel de Literatura, aunque sólo hayas escrito siete artículos, todos los cuales han sido borrados por los administradores por tener poca puntuación. Te pones frente al ordenador, frente al teléfono, pones la mano en el teclado, ya sea en el sentido informático o en el telefónico. Lo haces de buena gana.
Le prometes a tu mujer que un día tu libro estará en el lugar más destacado de la librería, que acudirán decenas de miles de personas y que ganarás millones con una firma de libros. Pero la puntuación más alta que tienes es sólo de 10.
Dejas los estudios, abandonas la escuela, ignoras los consejos de tus padres, crees que escribir cambiará tu destino y que el Gremio de Escritores SCP es la mejor oportunidad. Cuando oíste hablar del Gremio, todo tu cuerpo se estremeció, tu corazón relució, tus ojos se enrojecieron y creíste que ese era el lugar en el que estabas destinado a estar. No te importó que tu madre cayera de rodillas y llorara, simplemente no te importó. Alcanzas 20 en tu primer artículo y luego ninguno de tus otros artículos sobrevive.
Abandonas tu empresa. Unos días después, cuando tus empleados te dicen por WeChat que la empresa ha cerrado y ha quebrado, tecleas desesperadamente frente al ordenador del gremio con la cara desencajada. Cada palabra que escribes es tu corazón, tu sangre, tu locura, todo lo que quieres decir y todos tus sueños.
El Gremio de Escritores SCP es el mejor gremio de escritores del mundo, y los mejores escritores del mundo proceden de este gremio. Las personas más destacadas del Gremio tienen derecho a ser parte del Consejo O5, los líderes en el universo de su Fundación. En otras palabras, este título es el más alto honor en el Gremio de Escritores.
Te sientas delante del ordenador, te devanas los sesos, giras la cabeza a un lado y te das cuenta de que el tipo de Clase-D que está a tu lado tiene una puntuación alta, 30. Estás celoso, eres vengativo, quieres cortarle el acceso a Internet aunque te echen del gremio. Solo estás celoso. Pero él ni siquiera se fija en tus ojos, sólo se ríe al ver la puntuación en la esquina superior derecha de la pantalla y ve un voto negativo cuando su mano derecha pulsa actualizar en el teclado. Tú te ríes a carcajadas y él se enfada. Ambos sois expulsados del gremio. Más tarde, esa misma noche, os dais la mano en un bar y os suicidáis.
Llevas nueve días sin escribir una palabra. El dependiente que está detrás de ti te pregunta con voz clara si necesitas ayuda. Sacudes la cabeza y dices que tienes una idea increíble y que, en cuanto la escribas, ascenderás directamente a Clase-A.
Un miembro del Consejo O5 sólo tiene 24 años; tú tienes 70 y sigues perteneciendo a la Clase-D.
Apuestas tu juventud, tu carrera, tu cerebro, tu inspiración, tu tiempo, tu vida, tu interés, tus expectativas, todo a este pedazo de tesoro. Quieres hacerte famoso aquí de un plumazo, quieres colgar tu artículo en el cielo, quieres que otros hablen de él durante días y noches.
Ven cuando tengas tiempo. Todo el mundo es bienvenido aquí, excepto los que están en la lista negra. Aquí todo el mundo es bienvenido, sobre todo los que saben escribir bien.
Miras el reloj y guardas tu artículo. Te levantas y el asistente que está detrás de ti se apresura a preguntarte amablemente si quieres irte. Asientes con la cabeza y los dos os dirigís a la puerta principal, uno tras otro, como un granjero arreando ganado. Las paredes son blancas, el suelo liso pero, en cierto modo, técnico. Das un paso tras otro, un paso tras otro. Te das cuenta de que toda tu alma ha sucumbido. Has puesto toda tu alma en esto para ganar audiencia, para ganar popularidad, para tener a más gente en la página de discusión discutiendo sobre la inteligencia de tus caracterizaciones y alusiones. Entonces se lo mencionas al empleado que va delante de ti y él se limita a sonreír levemente. Ves una carpeta de piel de vaca en el bolsillo interior de su abrigo, como una especie de alto secreto. Le das la mano y le dices que aquí se está muy bien, que el ambiente es muy apropiado y que todo es genial. Le dices que sin duda puedes llegar a ser un gran escritor, famoso durante siglos. Dices estas palabras con una sonrisa, ensayas tu homenaje al ganar el premio, sonríes y tu sonrisa también es un ensayo. Y el asistente diría: "Sí, señor. Incluso tiene una gran sonrisa que puede recibir una alta puntuación.
Sales del Gremio y te das cuenta de que el cielo es oscuro de cojones, como la desesperación, como todas las fantasías perdidas, como el río amarillo empapado de arena que fluye mil veces en la acequia. Anotas estas metáforas para utilizarlas en tu artículo del día siguiente. Escribirás sobre un poeta de cuarta que diría: "Ah, este día, oscuro de cojones, como la mierda de perro, como la puta mierda de un perro". Luego escribirás sobre un poeta de tercera que se enfrentará al poeta de cuarta y dirá: "Ah, tu poesía, es como la mierda, como la mierda de perro, como la puta mierda de perro".
Y entonces te das cuenta de que tú eres la mierda de perro.
No puedes ver las calles, no puedes ver los coches, no puedes ver a los peatones, no puedes ver las sonrisas en sus caras, no puedes ver el vapor de la vida. No puedes ver el calor residual en el carrito de kebab cuando se cierra en el arcén, no puedes ver la sonrisa en la cara del quiosquero cuando baja la puerta enrollable. No puedes ver nada porque estás en el Gremio de Escritores SCP y no tienes que prestar atención a eso. Sólo tienes que prestar atención a las audiencias y al puto ABCD. No hay duda de que puedes ganar el Premio Nobel de Literatura en tu vida. ¿Por qué el Premio Nobel de Literatura? Porque putas sabes que hay un Premio Nobel de Literatura.
Estás rodeado de gente como tú. El golpeteo del teclado resuena en tu cabeza.
Así que coges el pie derecho y pisas el suelo, levantas el pie izquierdo y pisas el suelo más adelante del pie derecho. Así vuelves a casa, como un peatón.
Tu mujer huele si llevas perfume en el pelo. Tu amigo te pregunta por tus distracciones diarias. Tu jefe te envía una carta de despido, aunque eres el único despedido. Sabes que todo merece la pena y que puedes darlo todo por tus sueños.
Así que cuando una persona de aspecto sincero se acerca y te dice que todos tus artículos supervivientes están siendo utilizados por un misterioso grupo entre bastidores, le matas y entras en trance. No tienes un cuchillo y no hay piedras a los lados, ni cuchillos, ni nada que parezca que pueda usarse para matarle. Empiezas a pensar en cómo demonios le dejaste ensangrentado, pasa el coche de policía y te detienen.
Caminas por las calles a altas horas de la noche, desprecias a tus excelentes compañeros de clase, desprecias a los mendigos de la calle, desprecias a los sin techo, desprecias a todos los que no te entienden. Recuerdas el camino a casa, las señales de la calle, el negro, el trance. Los cuervos vuelan, locos como bolsas de plástico en la tormenta. Miras hacia arriba, las estrellas se han ido, la luna sigue ahí, blanca como la naftalina.
Entonces vuelves a casa, tu marido te deja una nota, faltan la mitad de las cosas de la casa.
Vuelves a casa, dos hombres salen de detrás de ti, te atan los brazos a la espalda y vas al reformatorio.
Vuelves a casa. No ves nada, no ves nada, lo único que ves es la luz que no está encendida, pero en realidad es invisible porque no está encendida. La luz del lado tampoco está encendida. No puedes ver esa luz porque todas las luces no están encendidas. Pero la ves, solo esa luz invisible. Sientes que te sube una bocanada de flema por el pecho y, de repente, te das cuenta de algo, así que caes de rodillas y gritas enfadado:
¡Ese Ce Pé (SCP), cuántas putas vidas has arruinado!