Hallar a Anderson

Traducción sin revisar. Es posible que encuentres errores en este documento. Puedes corregir los problemas que veas, pero la revisión no será aprobada hasta que el Equipo de Traducciones se haga cargo.

Aviso%202.png

Puntuación: +2+x

La Agente Clarissa Shaw permaneció en silencio, observando los contenidos de una sala de interrogatorios del Sitio-64. Sentado en la mesa estaba el Saker que se llamaba a sí mismo Miles Wilson, un androide diseñado para asemejarse a un hombre afroamericano a mediados o finales de la veintena. La agente Shaw se apartó un mechón de pelo rubio de sus ojos a medida que revisaba los contenidos de una carpeta que tenía en sus brazos. Con una minúscula sonrisa, se ajustó sus gafas de montura fina y entró en la sala de interrogatorios.

“Buenas tardes, Miles,” comenzó Shaw mientras tomaba asiento en la mesa, colocando cuidadosamente la carpeta delante de ella. Miles inmediatamente apartó la mirada, centrándose en cualquier otro punto en lugar de arriesgarse a mantener el contacto visual con la agente.

“Hola, Srta. Starling,” murmuró Miles.

“Puedes llamarme agente Shaw,” comenzó Shaw, “Ya te he dicho que eso era solo una tapadera.”

“Me gustabas más cuando eras la Srta. Starling,” respondió Miles. “Parecías más amable en su momento.”

Miles entonces pausó; Sus ojos recorrió la habitación pero aún se negaba hacer contacto visual.

“Era una referencia a El Silencio de los Corderos, ¿verdad?” preguntó, “¿Agente Starling?”

“Correcto,” dijo Shaw con una sonrisa burlona, “Adecuado, ¿no crees?”

“Lo que sea,” dijo Miles. “No tengo nada más que deciros.”

“Oh, lo dudo,” dijo Shaw mientras abría el archivo y examinaba sus contenidos. “Creo que aún hay mucho que puedes contarme, como cuál es tu propósito particular como unidad Saker.”

“No sé de qué me hablas…” Miles sacudió su cabeza. “Estoy seguro de que si fuera un robot lo sabría. Evidentemente, no lo soy".

Shaw suspiró, sacando una fotografía de la carpeta, y la deslizó por la mesa.

“¿Qué es lo que ves, Miles?” preguntó.

Miles miró hacia abajo. La foto era de él con un uniforme de béisbol universitario, de pie entre otros jugadores. Sonrió satisfecho mientras deslizaba la foto por la mesa.

“Tienes una foto mía de cuando jugué baseball para los Castores, ¿Y qué?" dijo, su mirada se desvío hacía el espejo unidireccional.

“Esa foto fue tomada para un artículo de un periódico publicado en 1998," respondió Shaw mientras devolvía la foto a la carpeta. “¿Cuantós años tienes? ¿23? ¿25? Ya deberías estar en la treintena, pero parece que no has envejecido nada. Además, mis amigos indagaron un poco. El Miles Wilson representado aquí murió en 2001 de carcinoma de células pequeñas.”

Miles cerró su ojos firmemente y sacudió la cabeza violentamente. Shaw podía oírle murmurar, “basta” bajo su aliento.

“Creó que alguien de la familia de Miles Wilson es cercano a Anderson, si no el mismo Anderson,” continuó Shaw, “Y creo que Anderson te hizo como su sustituto. Estás diseñado para aparentar y actuar lo más humano posible. Anderson no te ha eliminado aún porque eres demasiado especial. No me sorprendería si…”

“¿Por qué estáis haciendo esto?” interrumpió Miles, estrellando su puño contra la mesa con un ruido sordo y estremecedor, sus ojos se llenaron de lágrimas mientras finalmente hacia contacto visual, “¿Por qué os esforzáis tanto en decirme que soy algo que no soy? ¿Qué os importa si pienso que soy un humano o un robot? ¡Después de todo, te he dicho todo lo que sé!”

“Como ya he dicho, lo dudo,” dijo Shaw fríamente. “Imagino que pronto lo sabremos.”


La Agente Shaw estaba sentada en la oficina de la Agente Sasha Merlo, la líder del DM Gamma-13, Portadores de las Leyes de Asimov. Mientras Shaw se sentaba en su silla, relajada y con una taza de café, los ojos de Merlo se mantenían pegados a su teléfono, mientras mordía sus uñas. Una porción del DM había sido desplegada en la residencia de Jeffery Wilson, el padre de Miles, para traer al hombre bajo la custodia de la Fundación. Ahora ambos esperaban a conocer el estado de la misión. La habitación se mantenía en silencio, excepto por el tic-tac del reloj electrónico de pared azul de Merlo.

“¡Ajá!” gritó Merlo de manera eufórica cuando el teléfono sonó, la repentina afluencia de ruido forzó a Shaw saltar y derramar parte de su café. Shaw intentó recuperar la compostura mientras Merlo ponía el teléfono en el altavoz.

“¡Aquí habla Merlo!”

“Merlo, soy Carter. Estamos en la residencia de Wilson,” dijo una voz de un hombre por el altavoz, mientras se sentía en el fondo una fuerte lluvia. “Ha desaparecido..”

Shaw vio como el color se le desvanecía de la cara de Merlo. Su sonrisa se transformó en una expresión mucho más solemne.

“¿Qué?”

“¡Ha desaparecido!” repitió Carter. “La casa ha sido quemada hasta los cimientos. No queda nada aquí. Estamos peinando la zona, pero no creo que la redada vaya…”

Merlo colgó. Lentamente se hundió de vuelta en su silla de oficina y empezó a girar, dándole la espalda a su compañera.

“Solo por una vez, me gustaría que fuésemos más rápidos.”

“Aún hay una oportunidad. Si el resto del equipo peina el área, quizás…” comenzó Shaw, solo para dejar de hablar cuando Merlo sacudía la cabeza.

“Su casa ardió. Algo me dice que no ha sido por que se dejó la maldita estufa encendida,” respondió Merlo. “No, Wilson sabía que veníamos. Hace tiempo que se fue..”

Merlo se puso en marcha y caminó hacia la puerta.

“¿Quieres refuerzos?” preguntó Shaw.

“Debo hacer esto sola,” respondió Merlo, y desapreció en el pasillo.


Merlo respiró profundamente mientras leía la placa de la puerta, y después llamó con fuerza.

“Está abierto,” sonó una voz de hombre desde dentro.

Merlo se tomó un momento para serenarse antes de entrar. La oficina en sí misma era bastante grande. Múltiples estanterías se alineaban en las paredes, cada una llena con pequeños objetos de anarte que habían sido traídos al Sitio-64 a lo largo de los años, pero no requerían ninguna clasificación oficial. Al fondo de la habitación había un gran escritorio cubierto de un manojo de carpetas, cada una etiquetada “Clayton.” Sentado en una silla bastante grande tras el escritorio estaba un hombre alto, elegantemente vestido con el pelo peinado hacia atrás.

“¿Merlo?” preguntó Holman. Su voz era un grave profundo.

“Director,” dijo Merlo con una risa a medias, “Hemos tenido algunos avances con Wilson…”

“¿Oh? Continúa.” Holman tranquilamente colocó el fichero que estaba leyendo y se aseguró de que ella recibiera su atención incondicional.

“Desparecido,” se encogió Merlo, “Su residencia ardió hasta los cimientos. Carter tiene al resto de su grupo peinando el área, pero ya sabes cómo va a ir.”

Holman asintió. Una sonrisa empática apareció en su cara.

“No podemos ganar, ¿verdad?”

“Quizás no esta vez, pero aún tenemos al Saker. Estoy segura de que todavía no hemos agotado esa opción.”

La sonrisa Holman rápidamente se transformó en un ceño fruncido.

“Sobre eso,” dijo Holman con un suspiro, “Acabo de recibir noticias de los Supervisores. El Saker será transferido al Sitio-81.”

“¿Perdona?” Merlo se ríe nerviosamente.

“Lo siento, Sasha,” respondió Holman, “Está fuera de mi control. Motivos de Seguridad.”

“¡Esos hijos de puta irrumpieron en el Sitio-19!” gritó Merlo mientras golpeaba el escritorio con el puño, “¿Como demonios va a ayudar el Sitio-81? ¿Vas a dejar a ese charlatán calvo llevarse nuestro premio? ¡Perdimos a tres agente durante él último asalto! Aparte de ese punk del Sitio-84, Gamma-13 es la autoridad en Anderson…”

“¡Agente Merlo!” la voz de Holman llenó la habitación como un estallido sónico; Merlo retrocedió un par de pasos de la mesa.

Merlo se mantuvo en silencio por unos momentos mientras Holman respiraba profundamente.

“Edgar, por favor,” dijo Merlo, “No dejes que nos hagan esto.”

Holman cerró los ojos y lentamente sacudió la cabeza.

“No hay nada más que pueda hacer. Lo siento.”

Merlo asintió. Con un suspiro, se dio la vuelta y empezó a dirigirse a la puerta.

“Oh, Sasha,” dijó Holman mientras Merlo empezaba a desparecer en el pasillo, “Recuerda que todavía estas a cargo de Miles hasta la transferencia. Haz con esta información lo que veas.”

Merlo le dio a Holman una sonrisa astuta y asintió antes de desaparecer tranquilamente en el pasillo. Había trabajo que hacer.


La Agente Merlo se sentó sola en su oficina, sus ojos vidriosos mientras escaneaba furiosamente documento tras documento del archivo de PdI Anderson.

“Tiene que haber algo ahí…” murmuró para ella.

El teléfono de Merlo sonó.

“Al habla Merlo,” gritó impacientemente a medida que descolgaba el auricular.

“Ah, um… ¿Es esta la oficina de Sasha Merlo, verdad?” preguntó una voz masculina, profunda y metálica. “Debo decir que es genial tener finalmente la oportunidad de hablar contigo.”

Merlo quedo congelada.

“¿Quién eres?” preguntó.

“Ah sí, lo siento por eso, soy Anderson" respondió " Yo, uh, Creo que estás familiarizada con mi trabajo.”

Hubo una pausa, Melo no sabía que decir. ¿Él era Anderson?

“¿Por qué debería creerte?” preguntó Merlo dubitativa

“Bueno, si me pones en el altavoz del teléfono, podría desactivar a esa unidad Amur que ha estado en tu oficina los últimos dos días.”

Merlo inmediatamente soltó el teléfono y cogió su pistola, rápidamente examinando la habitación entera antes de oír risas procedentes del otro extremo.

“Si, uh, Solo bromeaba,” rio Anderson.

“Tienes mi atención,” siseó Merlo, “¿Por qué llamar ahora?”

“¡Oh, claro! Bueno, verás, estás en lo correcto en pensar que Miles es muy valioso para mí. Estaba esperando que quizás pueda ir a recogerle.”

“… vas en serio.”

“Como un cáncer,” respondió Anderson.

“Eso no va a pasar,” dijo Merlo, sus ojos abiertos por la confusión.

“Pensé que dirías eso…” suspiró Anderson, “Desearía que esto no fuera siempre tan difícil.”

“¿Perdona?” preguntó Merlo . “¿Estoy haciendo esto difícil para ti?”

“No me malentiendas, Sasha,” dijo Anderson, “Verdaderamente me gusta y lo que hacéis tú y la Fundación. Creo que es, uh, la leche. Hacéis cosas que yo no querría ni tocar, ya sabes, contener horrores de eldritch y esas cosas. Yo, uh, yo solo desearía que no fueseis tan rápidas en aplastar a los pequeños inventores. Con el suficiente tiempo, incluso la tecnología anómala se vuelve convencional. Quiero decir, Jesús, si fuésemos cavernícolas, vosotros intentarías contener el fuego porque sería demasiado aterrador para vuestro gusto. ¿Entiendes lo que te digo?”

Merlo no respondió . ¿Él era Anderson?

“Bueno, a la mierda entonces,” dijo Anderson después de varios momentos de silencio más. “supongo que tendré que ir a por él yo mismo. Realmente esperaba que no llegara a eso. Oh bueno, supongo que yo, uh, te veré pronto, Sasha. Dígale a la Srta. Starling hola de mi parte.”

La línea se cortó.

Merlo entonces sintió algo moviéndose en su cuello. Por acto reflejo, se agarró rápidamente al lugar y tiró el objeto. Una pequeña bola negra reboto contra el muro y fue a parar al suelo. El objeto rápidamente formo un juego de patas y un punto rojo por ojo. Merlo lo reconoció como uno de los Drones de Reconocimiento Amur de Anderson. En un instante, el pequeño robot escaló la pared de su oficina, y despareció en en el sistema de ventilación. La boca de Merlo se quedó colgando por unos momentos antes de desplomarse en su silla.

“Bueno, mierda…”

Ese era Anderson.


Si no se indica lo contrario, el contenido de esta página se ofrece bajo Creative Commons Attribution-ShareAlike 3.0 License