Dicotomía De La Hoja - El Envés Del Futuro
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Dicotomía de la hoja – El envés del futuro


Habían pasado algunos años desde las investigaciones iniciales de Luisa Vander, la directora del Departamento de Biología, sobre los organismos vivos anómalos, y en general del mundo detrás del Velo. Pareciera como si estuviera en frente del auge de los problemas relacionados a todo tipo de seres encarcelados por la Fundación: animal, tras hongo, tras planta, tras bacteria, tras virus, no había ningún signo de que esto fuera a parar en un futuro cercano. Las preocupaciones de Luisa crecían con el pasar de los meses. Incluso si los protocolos de contención estuvieran optimizados al 100%, la Fundación no podría mantener a raya a toda la biota anómala, ¿qué deparaba el futuro para estos seres?

Aunado a ello, había otro pensamiento conflictivo en la mente de Vander, uno más arriesgado y atrevido: ella no solo veía a estos SCPs vivos como una fuente de problemas, no, eran más que eso, quizás la oportunidad de por fin aprovechar décadas de investigaciones únicamente dedicadas a la contención. Las bases de datos rebosan de información no solo crucial para la tarea principal de la Fundación, sino podrían ser las bases del siguiente paso de la organización en un mundo el cual no puede estar siempre contenido.

Ella se había detenido a si misma de proponer sus ideas, sabía que podría perder su puesto en el mejor de los casos. En cierto modo se estaba desviando del propósito de su departamento. Trataba de ignorar esos pensamientos todos los días, ocupando su mente en proyectos menos problemáticos, llenado de papeleo y exposición de seminarios. Sin embargo, no importaba lo que hiciera, cada vez era más difícil ignorarlo, a tal punto de redactar su propuesta y en un momento de valor, enviarla al director del Sitio 34.

Las semanas pasaron… No hubo ninguna respuesta.

—Se terminó —mencionó Luisa preocupada a Andrés Mondragón, quienes estaban en la oficina desordenada de Vander.

—Pero dime al menos de que se trata todo esto —contestó confundido—. Si fuera grave, créeme que ya te habrían amonestado. En mi estancia aquí, han ocurrido 43 casos donde alguien ha sido despedido y ninguno fue por enviar una propuesta. Al menos que hayas hecho algo.

—Eso es lo que menos me preocupa, tenía una sola oportunidad de lograrlo —levantó su dedo índice—. Y la desperdicié.

—Así son las cosas a veces, más en este lado del Velo, cuando todo marcha a la perfección, situaciones así pueden ser la excepción, ¿podría ser peor, no?

Luisa quería responderle con la verdad, realmente no podía ser peor según el panorama completo de la situación.

—Sí, tienes razón —suspiró—. Gracias de nuevo por escucharme en tu tiempo libre.

—Siempre puedes contar conmigo en estos casos —Andrés la miró a los ojos y la abrazó—, y lo sabes.

Si bien no pudo liberar todas sus preocupaciones con Andrés, se sintió un poco más tranquila durante el resto del día. Al menos eso fue hasta llegar a su hora de descanso en su vivienda dentro del Sitio 34. Un correo la despertó en la madrugada, pensando en una posible brecha de contención, no gastó ningún segundo en revisar su computadora. Durante unos momentos estuvo en calma, al ver que claramente ese no era el caso debido a la naturaleza del cifrado del mensaje. Su mirada cambió en un instante al ver el inicio del mensaje, lo había visto solo una vez en su vida y no esperaba verlo de nuevo.

Lo leyó entero y le causó más preguntas que respuestas. Tampoco tuvo el tiempo de pensarlo demasiado. En correo se mencionaba que se requería su presencia y necesitaba salir de inmediato en un viaje, ya programado de antemano.


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Luisa tomó un vuelo en una de las aeronaves de última generación de la organización, siendo la única pasajera. Volaron por algunas horas sobre tierra y más por encima del océano, dirigiéndose a una de las instalaciones más recónditas del mundo. El lugar de aterrizaje no se parecía a ninguno otro conocido por ella, tenía elementos de un bosque de pinos y algunas cordilleras al horizonte. Las nubes cubrían el Sol y en cualquier momento parecía que fuera a empezar una llovizna. Vander fue escoltada por dos agentes hasta la entrada de la instalación, ubicada en una trampilla cerca del lugar de aterrizaje. Bajaron primero por unas escaleras metálicas, donde llegaron a un elevador para descender incluso más. Tras concluir con ese tramo, las puertas se abrieron y se le dio la indicación a Luisa de continuar hacia adelante.

El pasillo estaba alumbrado con focos de luz blanquecina, aclimatado a una temperatura cálida y tapizado con losas de piedra. En el momento solo había varias puertas de metal cerradas y una única abierta, donde se adentró sabiendo lo que le esperaba.

—¿Cómo ha sido el viaje? —preguntó una voz ronca masculina con un acento francés apenas vio entrar a Luisa.

—Un trayecto más largo de lo que debería ser, pero dudo que estemos en cualquier lugar en este momento —contestó a secas.

—Siempre tan observadora, ES-231 —dijo deletreando los números.

—Oh vaya, oír ese nombre me pone nostálgica —sonrió por un instante—, O5-2.

—Me trae algunas memorias ese número, nos presentaste una situación peculiar y viniendo de mí, eso es decir mucho. Pero adelante, tome asiento.

—Aprecio el gesto, incluso diría que sería raro llamarme por mi “nombre”.

Ambos se miraron por algunos segundos mientras Luisa se sentaba, estaban en una pequeña habitación con una mesa circular en el centro. Ella veía de frente a una persona con claros signos de vejez, como la piel blanca arrugada y pelo canoso, aunque hasta cierto punto aún se veía en buena condición física.

—Sabiendo el poco tiempo disponible para usted, ¿mi propuesta fue clasificada como una traición a la organización? —el tono de Luisa se mantenía neutral y sin signos de emoción alguna— ¿O acaso el…

O5-2 puso unos documentos sobre la mesa antes de que ella pudiera formular su siguiente pregunta, mirándolos por un instante para después retomar el contacto visual con Luisa.

—Usted es una traición para la Fundación —se mantuvo en silencio por unos instantes.

Luisa se mantuvo calmada, aunque le dio un pequeño tic en el ojo derecho.

—Yo no quería… —dijo Luisa en voz tenue.

O5-2 continuó hablando.

—Eso diría si es esto fuera el siglo XIX, claramente.

Luisa trataba de mantener una expresión neutral, fallando al mostrarse confundida y un poco nerviosa.

—Siempre me he preguntado…

Puso sus codos sobre la mesa, juntando sus manos.

—Cuál es su verdadera razón de seguir con nosotros teniendo en cuenta su gran catálogo de… ¿Habilidades?

Seguía ojeando los papeles. La palabra "habilidades" le recordó a Luisa todo lo que pasó para obtenerlas en primer lugar. Aunque no por decisión propia. Ella mostró una cara de disgusto unos segundos, respirando profundamente un par de veces para calmarse.

—Tiene todo un mundo afuera para explorar, vivir, ser… Incluso ha visitado a la Coalición, y realmente dudo que sea por miedo a nuestras represalias. ¿O es que solo somos un parpadeo en toda su vida?

Los pensamientos amargos de Vander se desvanecieron al saber que no estaba ahí para ser eliminada de su trabajo. O al menos no aún, sino su oportunidad se manifestaba justo en frente de ella.

—Tiene razón, esto solo sería una infinitesimal fracción de mi existencia en caso de mantenerme alerta.

Alzó un poco más su voz.

—Pero eso solo hace que cada segundo de mí vida sea único e irremplazable —respondió con cierto tono de duda—. Yo no me he quedado aquí para encerrar el mundo en una celda, ni quiero ser la salvadora del mundo, quiero acercarme a lo que no comprendo…

Su mirada rebozaba esperanza y deseo.

—Y utilizarlo para salvaguardar todos los segundos que pueda.

—Alguna vez pensé que me arrepentiría de haber votado a favor de su inserción en uno de los proyectos más grandes de mi vida.

O5-2 parecía igual pasar por algunos recuerdos importantes, llegando a sentir una pizca de nostalgia.

—Donde básicamente lo he dado todo. Y esto…

Señaló los papeles.

—Solo confirma lo acertada de mi decisión aquel entonces.

En cualquier otro momento, Luisa estaría llena de felicidad, ¿pero por qué fue llamada personalmente si su propuesta sería aceptada?

—Ahora, explíqueme con sus palabras la razón de su propuesta.

—Bien, basadas en las investigaciones y datos…

—No, no quiero hechos, teorías, hipótesis, y demás —interrumpió levantando un poco la voz.

Vander sabía bien a lo que se refería, a ese mismo pensamiento persistente desde hace tiempo. Por fin, llegó el momento de expresarlo.

—Nuestro trabajo, misión y objetivos no pueden seguir sin la utilización de lo que contenemos. Llegamos a nuestro límite.

E incluso diciendo esas palabras, había tanto que mencionar, aunque en esos momentos debía centrarse en el futuro cercano.

—Sigue sin mencionar lo más importante de su propuesta, adelante, no se contenga.

—Es un desperdicio tener tantos recursos “anómalos” vivientes, solo encerrados de la mejor manera posible y negar su utilización por una simple ideología anticuada, construida cuando solo conocíamos menos de 100 anomalías.

Lentamente el enojo se manifestaba en tanto en sus palabras como en sus expresiones corporales.

—Y es más indignante con todos los objetos taumiel utilizados, podemos llegar más lejos.

O5-2 sacó una pequeña libreta y una pluma, donde escribió con rapidez algunas palabras.

—La razón de que su presencia sea necesaria en este preciso lugar y conmigo, radica en un pequeño ejercicio propuesto por la mayoría del Consejo. Su visión ciertamente difiere con otros miembros del personal con el conocimiento disponible para ellos…

Dejó su libreta en la mesa. Luisa dejó de sentirse enojada, pensando que se había excedido con lo mencionado.

—Dígame, ES-231, ¿Por cuánto tiempo quiere oír aullar la luna negra?

Pasaron un par de horas discutiendo sobre temas puntuales de su propuesta y otros de interés, tanto respecto al departamento encargado de Luisa como de su propia persona. Los tiempos fueron más brillantes para Luisa después de ese día, aunado de cuestiones más grandes para ella. Su reunión terminó, bajo la promesa de seguir cumpliendo con su misión y ahora, con el primer paso a una nueva etapa de su vida.


Habían pasado algunos meses desde el encuentro de Luisa con O5-2, tan pronto como su propuesta fue avalada por el resto del Consejo, expuesta personalmente por O5-2. Los preparativos para una pequeña y nueva instalación se pusieron en marcha. El proceso de la construcción no tuvo ningún contratiempo, mientras tanto Vander planificaba las primeras actividades dentro de dicha instalación, mientras el día de su inauguración se acercaba, preparaba su discurso de apertura.

Como muchos eventos a futuro en su vida, para ella el tiempo no solo se fue volando, y el día que tanto esperaba había llegado. En está ocasión se vistió con un traje formal, que solo había usado aquella vez en su ascenso como jefa de departamento: un traje de sastre con saco y falda negra, blusa blanca, con un calzado de tacón medio y medias negras.

Fue transportada desde el Sitio 34 junto con la primera tanda correspondiente a cinco de miembros de la Fundación, en su mayoría investigadores jefes de otras áreas, quienes se habían interesado en la propuesta. Si bien era un gran paso para la organización, era de suma importancia no llamar la atención y tener los reflectores no solo de la Fundación, sino del mundo anómalo sobre ellos. Por ello, la inauguración no tuvo ningún rasgo característico, especial o pomposo.

Luisa y el puñado de cinco personas fueron los primeros en llegar a las nuevas instalaciones. Sus puertas cristalinas se abrían para dar la bienvenida al comienzo de una nueva era. No tardaron en llegar los integrantes faltantes para comenzar con el discurso, estando presente un total de diez personas. Así, Vander empezó a recitar sus palabras.

—Fue en el siglo XVIII cuando una parte de la humanidad dejó de temerle a las pesadillas de la oscuridad, siendo no un evento singular en solo un lugar del planeta. Durante el siglo XIX se empezaron a consolidar las primeras ideas de ocultar la crueldad de no solo nuestro hogar, sino del universo. Entrado el siglo XX ya todo parecía tomar la forma de un futuro inmutable, donde elegimos destruir, investigar o formar parte de la grandiosa y terrible belleza del mundo anómalo.

Luisa procedió a poner un pequeño aparato en su mesa, del cual salió un holograma del mundo, pasando sus dedos por encima de la representación 3D del globo terráqueo, aparecían varias fotografías y videos de los eventos anómalos más importantes en la historia de la humanidad.

—Omitiré las presentaciones, todos en la sala sabemos a qué nos dedicamos, quienes somos y cómo trabajamos —Luisa sonrío—, pero es un placer tenerlos presentes en este día tan importante, no solo para mí.

Algunos miembros respondieron solo asintiendo con la cabeza, mientras otros simplemente se mantenían atentos.

—Nuestra Fundación, dedicada en tres pilares principales, se ha encargado de no limitarse a destruir o formar parte directa de todo esto —señalando las fotos y videos—, se han erigido grandes proyectos, desde nuestro destacamento personal de anomalías hasta la investigación de la vida antes de nuestra existencia. ¿Cuál es la verdad inminente de estos avances? ¿Solo esperamos a ver hasta dónde lo normal y lo anómalo coexisten? ¿Encontrar la explicación dorada a nuestros problemas? ¿Encerrar el mundo en una caja?

Tras decir esto, la representación de la Tierra fue encerrada en una caja con el isotipo de la Fundación.

—Eso nos hubiera gustado pensar hace algunas décadas, y debo hacer énfasis en el respeto que tengo a esas ideas. Todos los presentes hemos entendido la necesidad de contener, junto con la s y la p. E igual coincidimos en dejar está práctica de limitarnos a solo comprender. Debemos llegar a evaluar, incluso a crear con base en todo lo recopilado hasta el momento. Y debo confesarles —hace una pequeña pausa y aumenta un poco su tono de voz—, que nos hemos quedado atrás respecto a otras entidades encargadas de misiones afines o similares de la nuestra.

La caja perdió el isotipo de la Fundación, Vander la abrió y sacó el emblema de la Coalición Oculta Global.

—Si bien en nuestra aliada en los momentos más cruciales, la Coalición tiene un afán destructivo, lo digo de primera mano, si quiero ir diseñar armas —mencionó con entusiasmo—, ese es el lugar correcto. Lo que conlleva la destrucción más allá de cualquier tipo de repercusión, es la pérdida de recursos invaluables cuando en muchos casos, podrían ser analizados. ¿Cuál es su ventaja respecto a nosotros?… ¿Qué les gusta? Aproximadamente 82 años de investigación, principalmente en la taumatología, por parte del colegio CIETU. Y su reputación es bien conocida, por sus resultados en la alta tecnología de la Coalición y personal que aquí consideramos como SCPs.

Vander regresa el emblema a la caja y saca otros tres, correspondientes a los Laboratorios Prometheus, Anderson Robotics y el colegio Deer.

—Juzgando por sus miradas, no creo que sea tan necesario ahondar en estos grupos de interés, tengan en mente, a excepción de LP, todos siguen en desarrollo y nos llevan ventaja de décadas. También que esos son solo una pequeña muestra del mundo y dirigidos por humanos, hasta donde sabemos. ¿Saben qué es lo más interesante de todo esto?

De los isotipos comienzan a salir imágenes de documentos SCPs correspondientes de cada grupo de interés.

—Qué tenemos guardados objetos precedentes de todos ellos, algunos los investigamos y al toparnos con un muro infranqueable, solo nos aseguramos de que no causen más daño a nadie ni rompan nuestro delicado Velo —Luisa vuelve a guardar los isotipos en la caja—. Decidí comenzar desde un punto de vista general porque algunos de los presentes aún tienen algunas dudas o creen que pueden empezar con sus propias divisiones respecto a sus áreas de trabajo. Ahora entremos en materia de la División de Biotecnología de la Fundación.

La misma caja cambia lentamente de forma, primero tomando la apariencia de una célula, la cual seguía un proceso embriológico, pasando por las fases de crecimiento hasta tomar la forma de un animal con apariencia de arácnido, luego se repetía el proceso para dar forma a diferentes organismos que han sido clasificados como SCPs, pasando desde formas orgánicas y terrestres hasta entidades fuera de este mundo.

—El objetivo de esta nueva división no es didáctico ni buscamos generar más anomalías, tampoco es simplemente utilizarlas sin más. ¿Por qué deberíamos depender del comportamiento de animales anómalos? ¿O esperar que cierta cepa de bacteria trabaje como queramos? Si podemos no solo tomar las partes que nos interesan, sino incluso mejorarlas mediante el uso de los recursos tecnológicos disponibles. Los métodos actuales para el aprovechamiento de SCPs se restringen a la clasificación taumiel, o están enterrados bajo cientos de enclaves de seguridad y solo se usan en situaciones demasiado específicas, y entiendo este razonamiento. Una de nuestras metas es eliminar todos los componentes que puedan causar un daño secundario en la utilización de anomalías.

Luisa toma una pequeña pausa de su discurso, retira sus guantes, toma una postura firme, sacude un poco las manos y continúa.

—Iba a seguir con una serie de ejemplos para justificar todo esto, junto a aspectos técnicos de la división —cruzó sus brazos y miró hacia el suelo—. Pero no necesitamos más justificaciones ni ejemplos, ni seguir dándole rodeos a esto.

En la sala se podía escuchar la respiración pesada de algunos, mientras otros miraban con atención a la presentadora del discurso, y algunos más se miraban entre sí. Ante todos los presentes se estaba a punto de desvelar una conclusión, si bien no fuera de las posibilidades o prevista, ciertamente sería contundente. Ante esto, Luisa tomó algunos segundos para seguir, no por olvidar sus palabras, sino por una mezcla de emoción y preocupación, dejó de mirar al piso y descruzó los brazos.

—Esta es una promesa para nuestro futuro, en el día donde nuestros pilares queden obsoletos y nuestro dogma sea insostenible —su mirada recorrió la sala—. No hablo de un escenario que ocurría en millones de años, ni miles. Lo estamos viendo a cada paso que damos juntos, desde la vida hasta la muerte, pasando por orígenes y finales, lo que significamos y nuestra insignificancia. No será por un fallo en nuestros procedimientos, ni en desconocimiento de lo que describimos: será por la naturaleza de nuestro universo.

Luisa analizó la reacción de los integrantes, si bien todas eran diferentes, ninguna parecía de enojo o disgusto. Entre eso, una voz se alzó.

—¿Y cómo puede estar tan segura de ello?

Dijo con claridad uno de los invitados, aunque con rapidez. El sujeto se veía concentrado para expresar bien su idea.

—¿Cómo define lo natural y lo que no es natural? Estoy de acuerdo con usted en que algo cambiará pronto e ignorarlo al seguir al pie de la letra nuestros “dogmas” podría desestabilizar y hacernos caer, pero atribuírselo a “la naturaleza del universo” suena a dejarlo al aire, sin una verdadera causa, ¿Cuál es su teoría para llegar a esta conclusión?

Luisa no estaba acostumbrada a recibir preguntas en medio de sus presentaciones, sorprendiéndose.

—¿Teoría? Oh, no, esto no es una teoría, es un hecho —respondió con énfasis en la última palabra.

—¿Cómo puede estar tan segura de eso?

—Yo he visto que —dio una pequeña pausa y sacudió sus manos.

Pequeñas gotas de sudor frio recorrieron la frente de Luisa.

—La aparición de anomalías no solo sigue en aumento exponencial, sino se estrechan más y más a aspectos que nosotros antes considerábamos como “normales”. En otro mundo, esta cascada de anormalidades tendría algún final por su propia cuenta, ¿y qué hemos encontrado en el nuestro? Esto no es una cascada, es un océano donde la mayor parte del tiempo navegamos sin timón. O para ser más directos, lo que consideramos “normal”, como parte de nuestro consenso, es una fracción casi despreciable comparada con los fenómenos “anormales”.

—¿Entonces siempre nos hemos equivocado? ¿Esto ha sido en vano? —continuó preguntando— ¿Ahora debemos cambiar todo nuestro enfoque?

—Por supuesto que no.

Con cada respuesta, se sentía más confiada y segura.

—Cada una de las investigaciones hechas han sido fundamentales para llegar a esta conclusión. Tanto así, que todos los presentes llegamos a la misma por diferentes métodos, cargos y experiencias. Sí, es difícil digerirlo, pero tampoco se va tratar de anunciarle al mundo cada secreto debajo de nuestra mirada.

Otra voz hizo acto de presencia, con una entonación más calmada y tranquila.

—Lo que dices es cierto, y me entusiasma ver resultados físicos como es la creación de este Sitio —se trataba de una mujer de edad avanzada—, no pensé que viviría para oír palabras como estas. Dejando a un lado el sentimentalismo, pienso que tiene planeado romper el Velo, eventualmente, ¿o me equivoco?

Vander se quedó en silencio, dado que ese iba ser uno de los puntos finales para cerrar está parte del discurso.

—Mph, eso es cierto —respondió en voz baja—, sin embargo…

—Claro que sí —la anciana soltó una pequeña risa y se levantó de su asiento—. Disculpe si aún quedan más temas para discutir, necesito retirarme.

A pesar de decir eso, la mujer claramente se veía feliz.

—¿Quién lo diría? Luisa Vander dio el primer paso sustancial para la siguiente mitad del siglo XXI de la Fundación —se acercó a Luisa y le extendió su mano—. Siéntete orgullosa de esto, pero tampoco te dejes llevar, lo digo de primera mano.

Ambas mujeres tuvieron un pequeño apretón de manos y luego la anciana partió del lugar.

—Si bien quisiera discutir con usted, Vander, el tiempo programado de su reunión está a nada de terminar —el hombre miró su reloj de pulsera y estaba listo para irse.

—Claro, para cerrar solo debo mencionar que, sí, el Velo será levantado, más temprano que tarde, en lugar de evitarlo, mi idea es hacerlo bajo nuestros propios términos. Que cuando las familias tengan que enfrentar enfermedades anómalas, sepan de potenciales curas; cuando se necesite rescatar a personas de fenómenos extraños, los rescatistas cuenten con equipos fiables. A través del conocimiento, planeación y acciones, la transición de una época con Velo a una sin este no será tan caótica. Esas serían todas mis palabras para ustedes.

Las cuatro personas se levantaron de su lugar, sin ninguna mostrando algún signo de insatisfacción ante las últimas palabras dichas. Con suerte, más divisiones encargadas de prepararse para aquel día donde sea imposible negar los saberes de lo oculto a la población serían creadas, a manos de quienes se presentaron en esta ocasión.


Dentro de todo, Luisa se sentía satisfecha con su desempeño en la primera parte de su día, la cual consideró en un principio la más sencilla, terminó siendo más caótica de lo previsto. La segunda parte consistía en un recorrido para el personal esencial del Sitio, desde investigadores hasta personas encargadas del mantenimiento, pasando por guardias y equipos de respuesta para diversas situaciones, así como un evaluador externo para tener registro de la instalación y organización de la misma finalizada.

Afortunadamente para ella, tenía un tiempo para acomodar sus ideas después de su primer discurso y se agradecía a si misma haber cancelado su plan de presentar una segunda parte del mismo. Se cambió a un atuendo más adecuado para la situación, de paso estrenando su nueva bata y poniéndose una liga en el pelo para amarrarlo, formando una cola de caballo. Después llegó el segundo grupo de investigadores que se encargarían de dirigir las diferentes áreas de la división.


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”Bienvenidos a la División de Biotecnología”


Fueron sus primeras palabras al grupo de investigadores y demás personal que estarían trabajando próximamente en esta nueva instalación. Entre ellos se encontraba la investigadora junior Alexandra Lambert Pierce, una mujer británica bien entrada en la adultez. Su carrera en la Fundación había comenzado ya hace unos años, en el Sitio 46 de Contención Biológica. Al igual que Luisa, se interesó por el aspecto tecnológico de la biología y paso al Sitio-101 investigando anomalías biológicas de otros grupos. Las dos no se conocían demasiado, se enviaron un par de correos, algunas investigaciones en conjunto y nadamás. Sin embargo, Luisa estuvo atenta a sus avances y calificaba para tener un puesto en esta división naciente.

—Realmente es un orgullo tenerlos aquí —Luisa se acercó a ellos con unos cuantos papeles en las manos—. Aquí tienen un mapa detallado de la instalación, como podrán ver, es muy pequeña comparado con otros sitios, con tan solo 3 niveles en total: dos niveles subterráneos y la planta principal —se dio la vuelta—. No explicaré ni visitaremos secciones estándar como las administrativas ni de mantenimiento, eso lo podrán leer en el manual que les di.

El grupo guardó observó con detenimiento los papeles, dándose cuenta de que solo tenían el índice de frente. Al tocar cualquiera de los títulos, el contenido cambiaba para mostrar la sección elegida.

—Como habrán notado con el manual, funciona como un pequeño libro sin necesidad de ocupar muchos recursos —dijo Luisa mientras tocaba la hoja que iba cambiando de texto e imágenes.

—¿Y qué más hace que solo ahorrar papel? —preguntó uno de los investigadores.

—Yo no despreciaría tanto que ocupamos menos recursos, hay que recordar el porqué de nuestra división y nuestras metas a largo plazo —respondió Luisa aún mostrando el manual—. Y en efecto, no solo ahorra papel, cada hoja está personalizada según diferentes parámetros de cada uno de ustedes, siendo ilegible para quienes no reconozcan la hoja. Así como una gran capacidad de guardar información.

—Eso tiene más sentido —le contestó mientras veía con detenimiento la superficie de la hoja.

—Recuerdo que trabajamos en un prototipo similar en las instalaciones del Sitio-101, pero pensé que se había quedado solo en eso —mencionó Lambert.

—Preparé algunos materiales para la ocasión —dijo Luisa de manera rápida—. Bien, podemos comenzar entonces con el recorrido. ¡Oh! Pero antes —alzo su dedo índice—, debo decirles unas cuantas palabras. Acompáñenme a la sala de reuniones, en la tercera puerta del lado izquierdo.

El grupo siguió a Luisa, quien se estiró un poco y se sentó en una silla, cruzó sus piernas e invitó a los demás a sentarse.

—Como habrán visto y se les mencionó, esté no es un sitio para contener SCPs, al menos no como estamos acostumbrados. También, los nombres no son al azar, no tenemos área de “paraproteínas”, “paratecnología”, “armamento anómalo”; y es porque en realidad les asignamos una clasificación artificial, un consenso que la Fundación ha creado para delimitar su campo de trabajo.

Vander se puso de pie.

—Quiero dejar bien claro lo siguiente. No somos héroes ni vamos a pretender serlo, ni mucho menos comportarnos como dioses. En nuestras manos tenemos acceso tanto a equipo como biodiversidad como ninguna otra, y se le debe tratar con su debido respeto. No es solo por moralidad ni ética, aunque por supuesto que son importantes. Si alguno de nosotros piensa darle un uso inadecuado a este conocimiento y herramientas, no está en riesgo solo su puesto, ni unas cuantas vidas. Eso lo saben desde qué están en la Fundación, y aquí debo agregar otro punto: Si un proyecto claramente no funciona o está fuera de nuestras capacidades, no se aferren al mismo.

—Y va a pasar, porque seguimos limitados en nuestros tiempos. Delimiten bien cada proyecto, no queremos encontrar una droga que cure todas las enfermedades más aparte de dar poderes, no queremos crear un material versátil para cada ocasión. Ya se habrán dado cuenta de lo que hablo. Sí, en teoría podemos llegar a crear lo que sea, tanto bueno como malo. Y si podemos crear un organismo benigno para salvar el mundo, tengan por seguro que con un error se podría convertir en todo lo contrario.

Luisa volvió a sacar su manual.

—Justo como está pieza de aquí. Sí, podría manifestar materiales desde sus hojas o darme conocimiento prohibido, quizás producir amnésticos, agnósticos, y demás. Pero no lo hace, porque tiene un propósito específico. Hay un caso dónde tenemos más libertad, específicamente en un área, lo cual trataré en su momento. ¿Alguna pregunta al respecto?

—Sí —mencionó Lambert— ¿Y si nos encontramos en una situación desesperada como un escenario XK? Es el fin del mundo después de todo, supongo que podremos tener planes.

—No te preocupes por ello —contestó calmada—, de todas formas poco podríamos empezar a hacer en caso de que un escenario asi ocurra. Se necesitan años para tener resultados tangibles. Aparte, tenemos un equipo que se encarga de esas cuestiones, si te interesa y tienes las habilidades, puedes enviarme una solicitud para que formes parte de ese grupo.

—Oh, solo era una duda, Vander —respondió de vuelta—. El puesto con el que estoy me gusta. Y si dices que ya hay personas trabajando en eso, no tengo nada más que aportar.

—Finalmente, prueben todos sus resultados en los grupos de animales proporcionados durante generaciones, tenemos la fortuna de contar con SCPs mamíferos que tienen un ciclo de vida similar a moscas en cuanto a tiempo, así que podemos ver el efecto de sus proyectos en generaciones posteriores. Puede que no se noten efectos secundarios en la primera generación, ni en la segunda, por eso debemos asegurarnos bien que no habrá efectos secundarios graves o saber cuáles son.

—Bien. Si no hay más cuestiones a tratar, empecemos de una buena vez con el recorrido. De nuevo, no visitaremos todo el lugar, ya que solo nos interesan las áreas de experimentación e investigación. Tampoco son demasiadas, por ahora, en un futuro y si la división es exitosa, hay planes para abrir nuevas áreas, así que no se desesperen o preocupen al ver tan poco.

Así el grupo atravesó por un corredor cristalino, pasando por una puerta de un material con apariencia plástica, dirigiéndose a la primera sección del lugar.


Área Proteómica


Entran a un laboratorio con varios aparatos electrónicos de diferentes tipos, así como recipientes de vidrio y varias mesas con cajones de superficie metálica. El lugar está iluminado con una luz blanca, la cual se enciende automáticamente al entrar. El área se especializa en la caracterización de proteínas pertenecientes a organismos contenidos por la Fundación, en primera instancia para comprenderlas y generar protocolos de contención y en caso de brechas. Su misión principal es el entendimiento de las proteínas procedentes de SCPs para conocer a fondo sus funciones en los organismos. Genera conocimiento para su posterior producción en otras áreas de la división, tanto en Protocolos Especiales de Contención como en creación de medicinas u otro tipo de drogas para usarse en misiones. O en casos extremos, en la población en general.

—Como el nombre lo indica, aquí trabajaremos con proteínas, pero no cualquier tipo. Se denominan ignotinas, así se llamarán de manera general todas las proteínas que encontremos aquí. Después se clasificaran según su función, como catalíticas, transportadoras, pasando por ectoentropicas, transformativas, degenerativas y demás.

Luisa se acerca a uno de los cajones y saca otra hoja, de color negro con el logo de la Fundación y la leyenda “Normativas del Laboratorio Proteómico”.

—Normalmente van a tener una idea con lo que están trabajando gracias a las investigaciones estándar de cada SCP, pero no es razón para confiarse, si encuentran una nueva ignotina, sigan el protocolo SCP-DB-2022-IGNO-03010, qué está en este otro manual.

—Tengan en claro en qué ignotina van a investigar, esto de manera grupal. Si el grupo decide empezar con una ignotina recuperada de un virus temporal, trabajarán con ella extensamente hasta comprenderla lo más posible. O toparse con limitaciones y así seguir con otro proyecto. Ahora, tampoco quisiera cerrar todas las oportunidades, podrán pedir datos bibliográficos de SCPs para tener una idea de proyectos futuros.

Vander sacó otra hoja donde indica cómo anexar solicitudes, así como el formato indicado para ello.

—Y perdón si suelo ser repetitiva con las advertencias, pero traten de no meterse con SCPs humanoides, sé que la organización lo ha hecho, pero hay tantas trabas e implicaciones que es mejor limitarse a otro tipo de organismos.

—En las demás salas del área tendrán acceso a equipos especializados, dependiendo de qué tipo de organismo vayan a trabajar, por el momento la mayor parte de los instrumentos se especializa en seres táumicos y el EVE, de ahí obtenemos las conocidas “ignotinas azules”.

—¿Y por qué se llaman azules? —cuestionó Lambert mientras leía el manual—, creo haber oído algo relacionado con ese color y el EVE cuando asistí a uno de tus seminarios de investigaciones en colaboración con la COG.

—Sí, en parte se debe a que estos organismos emanan radiación facetaria azul. Lo otro es que en los procesos de purificación y caracterización suelen presentarse gases de esta coloración.

—Ya veo. Entonces, ¿no podemos trabajar con SCPs que alteren la realidad?

—Justo a ese punto estaba por explicar. No es que no sepamos demasiado, pero en general la extracción de esas ignotinas, verdes, suele desgastar y dañar los equipos en tan solo una extracción. Aunque realmente no es un gran problema, porque hay ignotinas que no son azules ni verdes, con gran potencial para su utilización y les aseguro que tenemos trabajo para siglos con solo eso.

Pasaron el resto del tiempo revisando el resto del área con la finalidad de empezar a familiarizarse en su zona de trabajo. Tras eso se dirigieron a la siguiente área, que se encontraba en el mismo nivel.


Área de cultivos de tejidos


Guardaba cierta similitud con la parte del laboratorio del área anterior, aunque de menor tamaño y tenía un mayor número de salas. La zona de preparación de los medios nutritivos; de transferencia aséptica; de incubación; de lavado y esterilización; y la de aclimatización e invernadero. Cada una de estas se dividía en dos, una para el cultivo de plantas y otra para el de animales. La tarea principal del área es la producción de diferentes tejidos a partir de muestras tomadas de SCPs, aparte de simplemente cultivarlas, recrear órganos de interés sin la necesidad de reproducir a los organismos de la manera tradicional. Adicionalmente, las plantas podían pasar por un proceso de transformación por medio de activación de las ccDNA y así producir los metabolitos de interés.

El grupo se encontraba en la zona de incubación, llena de estanterías aunque solo utilizando una por el momento con algunas plántulas apenas creciendo en medios de cultivos en tubos de ensayo.

—Ahora estamos en mi zona personal preferida —dijo con entusiasmo Luisa sonriendo—. Nada como poder recolectar flora o especímenes de plantas aparentemente únicos y poderlos reproducir en vitro. Y no solo por capricho, sino estamos llegando al punto donde podemos obtener beneficios de otras anomalías a partir de plantas, desde bacterias hasta animales.

Luisa tomó uno de los tubos de ensayo.

—Esta pequeña planta tiene sus cadenas complementarias activadas y producirá lo que podría ser la primera cura eficaz para SCP-610. El cultivo lo llevo trabajando desde casi una década —Vander dejó el tubo en su lugar—, diferentes tipos de morfogénesis que probar, explantes, incluso encontrar las plantas adecuadas. Un camino arduo y que varios de ustedes recorrerán, pero con más libertad y seguridad de la que alguna vez tuve.

—¿Y qué hay acerca de los organismos animales? —preguntó Lambert— ¿Pasaremos todo su genoma a las plantas?

—Si no es necesario, no. El problema con el tejido de animales es que es altamente mutante, puede llegar a degenerarse o crear entidades enteres a partir de un solo tejido. Aparte suelen producir ignotinas que no son de nuestro interés la mayoría de veces, por eso suele ser mejor que de eso se encargué el Área Proteómica.

—Eso es una pena, aunque también supongo que ese no es siempre el caso —mencionó Lambert—. Ya que he trabajado con algunos animales con anomalías unidimensionales.

—¡Claro! En ese caso podemos trabajar directamente con sus tejidos sin tener que darle tantas vueltas hasta llegar a las plantas. Ya que veo a varios un poco confundidos o al menos con ganas de preguntar algo, podemos pararnos a resolver dudas.

Luisa desplegó una pizarra holográfica integrada dentro de una de las zonas en el área, para ejemplificar sus respuestas. Las preguntas se centraron principalmente si podían empezar con cierto SCP, siendo las respuestas complicadas debido a la naturaleza de Vander de sobreexponer sus puntos de vista.

—Denme un momento para tomar algo de agua —dijo con una voz algo reseca—, he estado hablando durante ya más de un par de horas. Mientras voy a eso, pueden ir leyendo las normativas.

Así, Luisa fue por si trago de agua, solo para volver y platicar una hora más.

—Y entonces si podríamos generar un cultivo para la generación de órganos con la finalidad de usarlos como estabilizadores de la realidad, sino me equivoco —dijo Lambert parada a lado de Luisa y dibujando un diseño en la pizarra.

—Es una interesante propuesta, Lambert —Luisa miró su reloj de muñeca—. Podremos tratarla más a detalle en el futuro, ahora me apena decirles que se nos acaba de terminar el tiempo para esta área. Nos toca movernos al primer nivel subterráneo.

A través de un elevador ubicado al fondo del área, descendieron con rapidez, y llegaron al siguiente nivel.


Área de biomateriales


El lugar tenía menos similitudes con las áreas visitadas en lo que sería la planta baja de la instalación, siendo más abierta y con menos equipos electrónicos. Había habitaciones relativamente vacías y selladas, las cuales tenían como propósito ser cámaras de prueba para testear los equipamientos producidos. El punto fuerte de esta área era la producción de equipo para los agentes de campo y destacamentos móviles, adecuados para misiones específicas, tanto de camuflaje como de combate directo; así como la creación de materiales para cámaras de contención.

—Oh, estaba esperando ver esto con mis propios ojos —Lambert se veía contenta—, es mucho mejor que lo que tenemos en el Sitio-101.

—Me alegra que te guste tanto o más que a mí, Lambert —Luisa miraba con detenimiento a los demás—. Y noto que no somos las únicas con esa impresión. Podemos considerar esto como una continuación del área de cultivo, ya que de ahí sacamos la materia prima para los materiales utilizados acá.

—Así que, será un área de mi gusto para seguir con mis investigaciones relacionadas con lentes de contacto para detectar anomalías con camuflaje antiemético —dijo Lambert mientras caminaba recorriendo el lugar—. Ya espero poder trabajar aquí junto con mis demás compañeros.

—Estaré atenta a su grupo de trabajo —le contestó sonriendo—. Y recuerden siempre tener en cuenta la biocompatiblilidad, más que nada si sus materiales tienen como objetivo causar la activación de las ccDNA temporalmente en las personas que usen estos equipos.

—Lo tendré en cuenta. Por mi parte —otro investigador estaba leyendo la hoja manual—, estoy revisando las especificaciones de esta área y no puedo dejar de preguntarme, ¿no hay planes para construir vehículos o piezas fuera de equipamiento?

—Por el momento no —respondió Vander apenada—. Puede que en algunos lustros podamos crear una subdivisión centrada en biopolímeros para ello. Ahora, cómo ya hemos hecho en las áreas anteriores, tenemos un par de horas para tratar más a fondo dudas, y cualquier tema relacionado con el lugar.

De esta forma volvieron a una larga sección de preguntas, exposición de ideas y repaso de las normas más importantes. Lambert en especial tocó temas más puntuales junto con otro investigador, tratándose del desarrollo de equipamiento que podría servir como una segunda piel para proteger a los agentes encargados de lidiar con anomalías infecciosas. Mientras otros más aprovechaban para empezar a escribir en sus bitácoras ideas para proyectos a futuro dentro de la división. Una vez pasadas las dos horas, siguieron al siguiente y último segmento, según lo marcado en el cronograma de la visita.


Área ambiental


La más pequeña de todas las áreas. La primera sala parecía estar adornada con un acuario lleno de peces de una sola especie, montado en un aparato con varios medidores e indicadores. A lo largo de esa recámara había más aparatos similares, pero vacíos. Esto se debía a que, por ahora, el área solo tenía la misión de encontrar más organismos que pudieran servir como bioindicadores.

—Veo que los biólogos marinos reconocen la especie de pez en el tanque —dijo Luisa mientras veía uno de los peces nadando, el cual tenía un cuerpo traslucido, de aletas y cola alargada.

—Asi es, Eusthenopteron dimensionis, contenidos en 1988 durante un evento de flujo temporal —respondió un investigador que no despegaba sus ojos del tanque—. Aunque los registros mencionaban que habían muerto en contención durante el 2002.

—Sí, murieron algunos. Por suerte, dejaron algunos huevos fertilizados y apenas hace un años eclosionaron. Encontramos que son altamente sensibles a cambios en la realidad basal, incluso el más ligero cambio puede matarlos, dejando un rastro fácilmente reconocible y hasta cierto punto específico según la alteración causada. Este tipo de organismo es lo que consideramos un bioindicador de realidad.

—¿Y hasta ahora solo hemos encontrado esta especie que sirve para dicho propósito? —cuestionó el mismo investigador.

—En efecto, esa es una de las responsabilidades de esta división, una de las que necesita investigar en campo, así como darle cuidado a cada organismo que encontremos para tenerlos aquí. Lo otro es encontrar organismos que puedan ser transportados a zonas contaminas y nos ayuden a identificar la condición de dichos lugares.

Ella se acercó a una de los aparatos vacíos.

—La segunda misión del área: utilización de organismos para la limpieza de dichas zonas, esto aún se sigue revisando, ya que como se imaginaran, decidir liberar un microorganismo puede salirse fácilmente de control. Por lo que he hablado, dudo que se nos permita hacer limpieza in situ, pero en ex situ sí. Y…

Luisa miró por un momento al techo y luego a su reloj.

—Por el momento sería todo lo de esta área, me gustaría tener más bioindicadores para seguir explicándolos u organismos de limpieza ya en cultivos, lastimosamente, solo tenemos estos peces.

En esta ocasión, Vander aprovechó para responder dudas de todas las áreas, seguir explicando más a detalle cada una así como posibles áreas futuras, tales como la expansión del área de cultivo para hongos, algas y protistas. Todos parecieran estar más que satisfechos a pesar de lo general de la visita, una vez terminado el tiempo, Luisa dirigió al grupo a la salida, donde fueron escoltados de regreso a sus respectivos sitios. Todos menos Luisa, quién regresó al primer nivel subterráneo.


Ella se dirigió a una de las salas del área ambiental, marcada como la zona de desechos. Dentro de esta había otro elevador, que llevaba a algunos niveles subterráneos adicionales, otros tres en específico, todos planeados para nuevas áreas. Subió al elevador y eligió el último nivel, el cual requería una contraseña y autenticación biométrica. Tras cumplir dichos requisitos, descendió a su destino:


Área de armamento biológico


El lugar tenía un gran parecido con el área proteómica, aunque con mucho más equipos y todas las puertas eran más robustas, cada una necesitando un código para ser abierta. Ahí un hombre que Luisa conocía estaba esperándola, sentado y leyendo uno de los manuales.

—Me sigue sorprendiendo el entusiasmo que le pones a tus presentaciones, ES-231 —dijo O5-2—. Y este pequeño papel es sorprendente, espero que esté en circulación en algunos años para otros sitios.

Luisa cruzó los brazos, con los ojos entrecerrados y mirando fijamente a O5-2.

—¿Pasa algo?

—No realmente.

Vander una vez más estaba ocultando sus verdaderos sentimientos, lo cual logró hacerlo a la perfección por ahora. Aunque por dentro, seguía creciendo cierta incomodidad.

—Solo que sigo sin entender muy bien la razón de esta pequeña reunión —contestó Luisa con algo de cansancio.

—Ya me conoces, aparte, tenía que verte en persona. O más bien, ver esta sección en persona. Es maravillosa, ¿no es así?

—No creo que para todos, todos los investigadores que vinieron hoy buscan un futuro pacifico —Luisa se acercó y sentó a lado de O5-2—. En mi discurso en ningún momento mencioné “Ah y sí, vamos a utilizar este nuevo conocimiento para producir armas”.

—¿Te estás arrepintiendo? Debo recordarte muy bien de quién fue la idea, ES-231 —O5-2 dijo un poco despreocupado.

—No es arrepentimiento —Luisa suspiró—. Es… Un poco de culpa. Sé que no vamos a crear armas para nuestro beneficio propio, pero vamos, todos ellos firmaron ética y moralmente un contrato donde no se aprovechan de las investigaciones y mucho menos para la armamentística —puso su brazo sobre la mesa y después su cabeza sobre ese brazo—. Una sola palabra de esto y varios dejarían la división sin pensarlo demasiado.

—Voy a ser sincero contigo, tú y yo ya lo sabemos, esta es una de las razones por la cuál en primer lugar la división existe. ¿Aparte no te encantaba diseñar armas en conjunto con la Coalición?

—Ya sé —Luisa levantó su cabeza—. Y sí, a mí me gusta diseñar armas, porque sé lo necesarias que son cuando hay tantos peligros acechando día tras día, no porque me guste causar daño. Bah, igual le estoy dando demasiadas vueltas.

—No lo creo, eso demuestra tu grado de preocupación por todo este proyecto. ¿Por qué no me demuestras ese entusiasmo tuyo una vez más explicándome alguna de tus proyectos armamentísticos? —mencionó O5-2 interesado.

Esas palabras animaron a Luisa, quien se levantó y presentó diseños de algunos virus para desestabilizar organismos con ccDNA activadas, apuntando a ser totalmente inofensivos para la biota mundana. Ella recuperó su energía a lo largo de la conversación, a pesar de seguir sintiendo un poco de culpa por esto. Las horas pasaron hasta que ambos tuvieron que volver a sus respectivos lugares, O5-2 a su místico lugar y Luisa al Sitio-34 para finalizar procesos de documentación y mudarse al Sitio de la División.

Luisa se paró a pensar por un instante entre la revisión de sus próximas conferencia, actualización de protocolos de contención y un sinfín de trabajos relacionados a la Fundación. La plática con O5-2 le trajo recuerdos nostálgicos de cuando era una anomalía en contención. Saber que han pasado tantos años a lo largo de su vida, pensó en su inmortalidad y todo el largo comino en frente de ella. ¿Este ha sido su paso más grande? ¿Será así por siempre? No estaba segura si quería seguir pensando tanto en el futuro. Después mira en la mesa un sobre que O5-2 había dejado.

—¿Mmm? —Luisa toma el sobre y ve que tiene la caligrafía de O5-2.

El sobre en frente tiene escrita la palabra “Gracias ES-231”. Luisa sonríe un poco y piensa en si abrirlo ahora o esperar a llegar a su casa. La curiosidad le gana y lo abre. Se trata de una foto junto con O5-2 procedente de un registro de entrevista, el primero dónde se encontraron. Luisa da un suspiro de tranquilidad y guarda la foto en el sobre. Puede que no sepa lo que le depara el eterno devenir, pero está lista para confrontar las adversidades del presente.

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