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Acertijos
Monte Kazbek, Republica Socialista Soviética de Georgia
Domingo, 25 de Diciembre de 1988, 1545 horas, hora local
Harper encontró a SCP-1440 sentado con las piernas cruzadas sobre una roca plana, con un mazo desgastado de cartas acomodado frente a él. El Anciano de Ningún Lado, como se le llamaba informalmente a SCP-1440 en el folklore que lo rodeaba, era un hombre viejo que se veía cansado con ojos tristes, una cara con arrugas profundas y una brillante barba plateada. Portaba un simple atuendo de campesino con un grueso abrigo y un sobrero de piel. Su aliento se congelaba en sus bigotes, lo que le confería la imagen del Abuelo Frost en la mente de Harper.
—Buen día, Abuelo, —dijo Harper en ruso—. ¿Puedo unírmele?
El viejo hombre miro hacia arriba—. Buen día. No tengo nada que ofrecer más que una roca dura para sentarse, pero si gustas unírteme, eres bienvenido, —dijo él en el mismo lenguaje; Harper no podía identificar el acento—. Aunque sugiero que no desees pasar demasiado tiempo en mi compañía.
—Por los Tres Hermanos, —dijo Harper.
—Así es, —dijo el anciano, viéndolo perspicazmente—. ¿Hijo mío, nos hemos visto antes?
—No, Abuelo, nunca antes, aunque he oído historias de usted, —dijo Harper. Señalando a las cartas, preguntó—. ¿Qué es esto que juega?
—Oh, es meramente un juego para pasar el rato antes de que continuar con mi travesía, —explico el anciano—. Se llama el Reloj del Abuelo. Aunque imagino, que no me busco en este lugar desolado solo para discutir un juego de cartas.
Harper asintió—. Eso es cierto Abuelo. Soy un miembro de la Fundación.
—¿De nuevo me buscan? ¿Después de la pestilencia y destrucción que me siguió hasta ustedes? —pregunto tristemente el viejo—. No pudieron matarme cuando vine antes, y me tentaron con una "cura" para mi condición. No puedes "curar" a un hombre de los mismísimos Hermanos de la Muerte.
—Discúlpeme, Abuelo —interrumpió Harper—, ¿Pero quién menciono una "cura"? Simplemente deseaba hacerle unas preguntas.
—¿No sabe nada de esa mujer?, —dijo el anciano, frunciendo el ceño.
Harper pregunto—. ¿Qué mujer?
—Una cosa bonita y joven, —contesto el anciano, buscando en su memoria—. Cabello oscuro, con la cara de un halcón y los ojos de un lobo. Vino a mi hace menos de una semana, ofreciéndome una "cura" para mi condición, si iba con ella a la ciudad. Me rehusé, debo soportar esta maldición, pero no la deseo para la humanidad.
—¿Qué paso después? —preguntó Harper.
—Ella se fue, —dijo melancólicamente el anciano—. Como todos siempre se van. —Una lágrima corrió por su mejilla y desapareció en su barba.
—No puedo quedarme mucho, —dijo Harper—, pero creo que puedo quedarme lo suficiente para que podamos comer y beber juntos, Abuelo. —Una sonrisa cansada levanto las esquinas del mostacho del anciano mientras que Harper procuraba una botella de vodka, pedazos de carne rostizada, y un manojo de dulces de su bolsa.
Y así los dos se sentaron y comieron y hablaron de cosas al azar en el frio aire de la montaña del Cáucaso por cerca de una hora, antes de que Harper se retirara y regresara con Strelnikov en el jeep.
Cabaña vacional personal de O5-11, Maine
Domingo, 25 de Diciembre 1988, 0659 horas, hora local
El undécimo Supervisor de la Fundación era un corpulento hombre afroamericano en sus setenta. Había escalado los escalafones del departamento de ciencias temporales de la Fundación, antes de ser eventualmente ascendido a Supervisor.
Como todos los Supervisores, Once había estado poniéndole mucha atención a la investigación que Siete había estado dirigiendo. Siempre conocido por su opinión bien meditada, Once era uno de los votos clave en el Consejo O5, mediando entre la facción que quería perseguir la precaución, conscientes de que los peligros de un “expedición de pesca” de contrainteligencia, la cual podría volverse una cacería de brujas y la facción que quería desmantelar agresivamente una de las mayores conspiraciones en la historia de la Fundación. Once se había guardado sus comentarios durante las varias reuniones de emergencia que habían ocurrido la semana pasada, y no en menor parte porque el mismo no estaba seguro de que curso seguir. Estaba fuera de su elemento con toda esta mierda de dagas, capas y salas de espejos. No, prefería lidiar con simples problemas científicos, como la manera de evitar que las varias docenas de objetos de la Fundación alteradores del espacio-tiempo, causaran una cascada de paradojas que destruyeran la realidad.
Once nunca había sido particularmente bueno recordando sus medicamentos, especialmente cuando estaba bajo presión. Su doctor se había quejado de su alta presión sanguínea y, como siempre, Once solo le había hecho caso tomando la medicación. Cuando se acordaba. La combinación de edad, presión sanguínea alta, stress y un historial familiar de enfermedades del corazón significaban que el caballero nunca más se despertaría en esa mañana de Navidad, habiendo tenido un ataque al corazón mientras dormía.
Precisamente las 0700 horas, el guardaespaldas de Once entro en su habitación para despertar a su jefe. Cuando no pudo levantarse, el guardaespaldas busco su pulso y luego envió un Código Rojo por radio al personal de seguridad asistente. La Fundación había perdido un segundo Supervisor en menos de una semana.
Interludio
O5-11 está muerto.
Eso no era parte del plan pero podría ser útil.
¿La operación en Omán esta completa?
Si. Nuestras fuerzas dejaron un sobreviviente. No es de los nuestros, pero sospecharan de él.
¿Y qué hay de la criatura?
Nuestros expertos creen que tenemos lo que necesitamos. Solo será una cuestión de tiempo.
Bien. Mueva el plan adelante.
La caza se ha levantado
Aeropuerto Beslan, Vladikavkaz, Republica Socialista Soviética de Georgia
Domingo, 25 de Diciembre 1988, 1800 horas, hora local
Harper estaba a punto de abordar su vuelo a Bonn cuando el capitán Gagarin corrió hacia él, sosteniendo un sobre—. Justo llego esto del seguro desde el Comando, —jadeó Gagarin.
Harper le agradeció y lo abrió. Era un mensaje de O5-7:
PARA: Harper
DE: ** O5-7
SIGUE MENSAJE:
O5-11 muerto, sospecha participación conspiradores.
S-29 invadido por fuerzas desconocidas, Dr. Ford único sobreviviente. Sospecha Ford traidor, en tránsito a Comando-02 para interrogación.
Recomendado regreso inmediato a Comando-02 para consultar.
FIN DEL MENSAJE**
Supongo que voy a Washington, pensó Harper, guardando el mensaje en su bolsillo—. Camarada Gagarin, por favor vaya llamándole a Bonn para arreglar un vuelo de conexión a Washington D.C., —dijo—. Gagarin saludo astutamente, y se retiró. La trama se vuelve más densa, pensó Harper. La caza se ha levantado: Seguid a vuestro espíritu y en esta carga gritad: "¡Dios por Harry, Inglaterra y San Jorge!"