Conspiración, Parte V

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Demandas

Comando-03 de la Fundación, Whitehall, Reino Unido
Sábado, 24 de Diciembre de 1988, 1300 horas, hora local


La explosión era previsible—. ¡¿Él quiere qué?! —demando Siete por la línea telefónica segura.

Harper tomo una relajante calada de su cigarrillo—. "’Requiero setenta y cinco litros del líquido de SCP-006 para mi investigación.’"

—Absolutamente fuera de la mesa, —respondió de regreso Siete—. Sir James ha perdido sus cabales esta vez. ¿Su archivo incluía detalles de su reclutamiento fallido?

—Solo que el reclutamiento había sido intentado y fracasado en el setenta y uno, —Harper recordó.

—La tesis doctoral de Sir James en matemáticas tenía que ver con un teorema binomial, específicamente un aspecto que le era de interés a la Fundación, —explico Siete. —Sabíamos que era un talento valioso, y queríamos ganárselo a otros grupos de interés. Así que, un par de agentes fueron enviados a hacer el saludo usual. Pretender ser parte de un servicio de inteligencia del gobierno local, darle la idea, señalarle que no trabajar con nosotros sería una mala idea… —En otras palabras, Harper sabía, chantajear al empleado potencial para trabajar con la Fundación. No era una de las políticas más finas de la organización, pero al menos la Fundación trataba de manejarlo con un guante de seda, a diferencia de muchas de sus organizaciones rivales.

—¿Entonces qué pasó? —inquirió Harper.

Siete se mofó—. Se río en la cara de los agentes. Les dijo que sabía que trabajaban para la Fundación y que no estaba interesado en ser "carne de cañón en una bata de laboratorio" antes de hacer que su mayordomo los sacara de las premisas por la fuerza. Aparentemente, pensó que trabajar para nosotros sería "aburrido," pero se ofreció a "asesorar de vez en cuando" si teníamos "algún acertijo interesante" que nuestros investigadores no pudieran resolver.

Harper estaba atónito—. Apuesto que eso salió bien.

—No podría creer la tormenta de mierda que inicio, —confirmo Siete—. Creíamos que el hombre pensaba que solo porque se hablaba de tu con el Primer Ministro podía ignorarnos. El Supervisor que estaba manejando el reclutamiento en aquellos días estaba listo para autorizar una misión de coerción para asegurar la cooperación de Sir James cuando nos enteramos que la Insurgencia del Caos nos había ganado.

—¿Oh? —preguntó Harper.

—Enviaron una docena de brutos que eran ex operaciones especiales para secuestrarlo en medio de la noche—, dijo Siete—. De acuerdo a nuestra inteligencia, y la inteligencia de la COG estaba de acuerdo, por cierto, estaba sólo en casa. Nadie sabe con certeza que fue lo que paso exactamente, o como lo hizo Sir James, pero tres días después las cabezas de cada miembro del escuadrón de ataque llegaron por correo a cada una de las varias organizaciones lidiando con lo paranormal (la Insurgencia, la Fundación, la COG, todas ellas). —Harper suspiro ligeramente, tenía un estomago fuerte, pero esto le había llegado por la banda. Aparentemente, Siete lo escucho, porque continuó—. Se pone mejor. Cada cabeza que envió tenía una nota escrita a mano por Sir James, diciendo que no estaba interesado en trabajar para una organización en particular, pero felizmente asesoraría en cualquier acertijo que le interesara.

El oficial de inteligencia masajeó sus templos. Si el mundo tuviera sentido, ese comportamiento sería remediado al toque. Sin embargo, trabajando para la Fundación, uno captaba rápidamente que el mundo no tenía sentido—. ¿Y después qué? —pregunto.

—Todos se echaron para atrás, —respondió siete—. En la Fundación y la COG prevalecieron cabezas más frías, dándose cuenta de que no valía la pérdida de recursos y personal cuando este tipo admitía abiertamente estar abierto a consultas, mientras que la Mano de la Serpiente y la Insurgencia del Caos se acobardaron lo suficiente con esa demostración de poder y crueldad como para detenerse.

—"Por esto debe notarse,'" —cito Harper—, "que la gente debe ser cuidadosamente eliminada, porque se vengan por ofensas pequeñas pero no pueden hacerlo por las graves; así que la ofensa que uno le hace a un hombre debe ser de tal manera que uno no tema a su venganza."

Siete soltó una risilla—, Veo que ha leído la traducción más reciente de Harvey Mansfield. La mayoría de la gente citarían al verso más conocido: "La respuesta es una que uno querría que fuera ambas, una y la otra; pero como es difícil juntarlas, es mucho más seguro ser temido que amado, si uno tiene que prescindir de uno de los dos." —Sir James tiene una primera edición en su biblioteca."

Harper movió la conversación de lo filosófico y lo histórico de regreso al negocio que se tenían entre manos—. Mientras que es interesante, y probablemente explica la arrogancia de la demanda del profesor ¿Cuál es el problema con cero cero seis? ¿Aparte de la política general de la Fundación de no regalar SCPs? —Una política, que Harper no menciono (pues ambos estaban enterados), que la Fundación estaba dispuesta a ignorar si las circunstancias eran lo suficientemente desesperadas o el precio lo suficientemente alto. Era un sucio secretito solamente conocido por las pequeñas filas del personal en la cima de la pirámide; un secreto protegido en sobremanera, considerando el chismorreo que esas cosas normalmente atraerían en una burocracia. Por supuesto, probablemente ayudaba que la Fundación esencialmente nunca rompía dicha política. Y al más ligero murmullo de un rumor sobre esa vez que la Fundación le dio un SCP a alguien más, la persona murmurando sería purgada de tal manera que Lavrentiy Pavlovich Beria estaría orgulloso. Es insensato hacer que una organización que controla entidades manipuladoras de la realidad decida que sería lo mejor que dejaras de existir.

Hubo un breve silencio en la línea mientras la Supervisora consideraba su respuesta—. Sr. Harper, SCP-006 es uno de los objetos más peligrosos que la Fundación controla. Su existencia solo es conocida a unos cuantos miembros del personal Nivel 5 y al personal manejándolo directamente. Solo los actuales Supervisores tienen permitido saber los detalles exactos de cero cero seis, —explico ella—. Esto es lo que necesita saber: debería considerarlo Keter. Con el tiempo produce cantidades limitadas de una de las toxinas más letales conocidas a la humanidad. Esta cosa es tan peligrosa que cualquier procedimiento en el cual el líquido es adquirido de cero cero seis requiere de que al menos tres Supervisores lo aprueben, y todo el personal que haya tenido contacto directo ya sea con el líquido o el objeto en si debe ser eliminado por incineración.

—En resumen, es desagradable, —dijo Harper. —Así que, ¿Qué querría Sir James con esto?

—Lo que sea, no es bueno, —dijo Siete. Ella suspiro—. Hablare con los otros Supervisores sobre esto. Yo misma he tenido antes un buen número de tratos con Sir James. No le confiaría esta cosa a nadie, pero sospecho que es menos probable que el la abuse que otros. En cualquier caso, eso no importa. Debido a mis tratos con él, debo recusarme de la autorización para la liberación: así que, a menos que ninguno de los otros indicios que te haya dado resulte y pueda convencer a otros tres Supervisores y el resto del Consejo no lo vete, el profesor tendrá que conformarse con nada.

—Y eso es tan probable como seis ocho dos arrodillándose por un infarto, —Harper remarco secamente.

—Mientras tanto, Sr. Harper, quiero que vaya a checar a cinco cinco siete y uno cuatro cuatro cero, —ordeno Siete. —Estará en el próximo vuelo al Sitio-29 de investigación en Omán.

Harper objeto bajamente—, Con todo respeto, señora, mañana es Navidad y el décimo aniversario de la muerte de mi familia.

—Cierto, —se disculpó Siete—. Lo siento Sr. Harper. Me olvide. Sé que no es algo bonito pedírtelo. También sé que Navidad es el único día libre que pides al año. Y espero que sepas que realmente siento tu perdida. Pero esta conspiración es una amenaza muy seria a la Fundación, y por extensión…

—A todo lo demás, —el oficial de contrainteligencia reconoció tristemente. Suspiró. Sabía, a su manera, que una conspiración como esta era una amenaza tan grande como cualquier otra a la que se enfrentara la Fundación, incluso si los tipos de ciencia pensaban que un gecko sobredesarollado enojado era una amenaza más grande. Tomando un respiro profundo, dijo—. De acuerdo. Pero organizare mi propio vuelo. Y me tomare tiempo para pasarme por la Catedral de San Paul para encender un veladora por mi familia, ya que no puedo hacerlo en la Catedral Nacional como todos los años.

Muy bien, —cedió Siete—. Quien sabe cuándo vuelva a estar en una iglesia. Les comunicare su actualización al Sr. Muir y a la Sra. Daniel, y haré que traten de localizar a SCP-1440. Buena suerte en Omán.— Se desconectó.

Colgando el receptor, Harper se recargo en su silla, frotándose la cara. Este tipo de cosas traía de regreso malas memorias: poner el trabajo antes de la familia.

En la habitación contigua, el personal de oficina se preguntó que causo que el VIP de nivel 5 insultara tan fuerte que lo podían escuchar a través de las paredes aprueba de sonido.


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