"¡Entrega, Spicy Crust Pizzeria!" Tyrone dijo mientras golpeaba la puerta principal de la casa. No solía hacer entregas, pero su conductor habitual había llamado para decir que estaba enfermo. Si hubiera sido por Tyrone, le habría dicho al conductor que se aguantara, pero la Fundación era extremadamente estricta en cuanto a que sus empresas pantalla cumplieran todas las normativas sanitarias y laborales aplicables para no atraer ninguna atención no deseada.
La casa a la que habían enviado a Tyrone estaba justo en el límite de su radio de entrega y en un barrio despoblado, deprimentemente deteriorado y extrañamente silencioso. solo se oía el zumbido de los insectos. "¿Son cigarras? No sabía que salieran este año".
La puerta se abrió con un chirrido, revelando a un hombre de mediana edad con ojos anormalmente quietos en sus órbitas.
"¿Primo Johnny? Me alegro de verte, tío, no sabía que vivías por aquí", saludó Tyrone con entusiasmo.
Un momento, no conozco a este tipo. ¿Por qué le he llamado Primo Johnny?
"Es la hora de los bollos del pastel de yunque, ¿Orville manso vine a la moneda?", dijo el hombre en un monótono sin emoción.
"¿De qué estás hablando? Esto que tienes aquí es una pasada. De haberlo sabido, habría traído un regalo", replicó Tyrone.
Espera, no ha dicho nada, ¿verdad?
"De todos modos, tengo tus pizzas aquí. ¿Tienes una fiesta o algo?"
"Estrecha cola fila pascal. El horno hacía apuestas de quitar el hipo por cantar ventana", dijo el hombre mientras señalaba hacia una docena de personas reunidas en la sala.
"Oh, ¿vas a hacer una especie de fiesta de celebración de la vida? ¿Con pizza? Quiero decir, la pizza es buena, pero yo personalmente me decantaría por algo con más clase, como esas pequeñas bandejas triangulares de sándwiches. Lo siento, no quise faltarte al respeto, solo me tomaste desprevenido. Mis condolencias por tu pérdida. ¿Alguien que conociera?"
"La rama de la confusa jalea aceitosa del monolito. La consulta fuera dijo mucho honor en ortiga recogida ".
"Aún así, lo siento por ti."
Okay, algo pasa. Esa maldito codorniz tenía más sentido que este tipo.
"Lo siento, probablemente quieras volver con tus invitados. No voy a entretenerte con un montón de tópicos que estoy seguro que ya has oído una docena de veces hoy. Las pizzas van a costar 63,30 dólares. ¿Cómo vas a pagar?"
"Arreglar entrada de fontanería amarilla interrumpida", dijo el hombre mientras le entregaba a Tyrone un billete de cien dólares. "¿Alegre y veraniega pequeña costa deluxe de Myanmar?"
"Me siento halagado, pero tengo que volver a la Pizzería. Desde que se subieron al carro del salario mínimo de quince dólares son mucho más estrictos con nosotros. Y alguien tiene que entregar estas cosas, ¿sabes?"
"¿Intento de coincidencia lila, ganso de fuego con guisante de ónice?"
"Es tentador, pero sigo pensando que mi supervisor no lo aceptaría."
"¿Gemelos Piscis de la grava humeante en suite?"
"Bueno, si se tratara de un escenario de vida o muerte, seguro, pero el tipo ya está muerto, así que eso no va a suceder."
"¿Vuela la píldora de la cometa del gimnasio de la caja del callejón?"
"Aunque le pagues mi hora, no. Las reglas son las reglas."
"¿El estúpendo hiram se vuelve vil cuando lo arropas?"
"¿Qué puedo decir? Mejor fregar mierda que el Destino Keter."
…
"¿Qué?"
Tyrone se limitó a sonreír y a negar con la cabeza.
"solo es una expresión de mi época en el servicio, no te preocupes. Mira, me encantaría quedarme, de verdad, pero…"
En serio, sal de aquí ahora mismo. Este hijo de puta de ojos muertos está hablando tonterías. No sé por qué creo que puedo entenderlo, pero no hay manera de que sea algo bueno.
"Sí tío, es muy considerado por tu parte, pero no quiero imponerme. Ni siquiera conocía al tipo. Tú disfruta de esas pizzas tío, y gracias por el consejo".
"La cuna burla el despertar con gusto lúgubre."
Tyrone se rió mientras retrocedía hacia el camión de reparto.
"Oh tío, tienes que tener cuidado. Sabes que ya no puedes hacer ese tipo de bromas. Cuídate Johnny. Y de nuevo, mis condolencias".
El hombre cerró la puerta y Tyrone cayó en la cabina del camión, casi desplomándose. La cabeza le latía con fuerza mientras sus extensas inoculaciones meméticas luchaban ferozmente contra lo que fuera que el hombre había intentado hacerle. Sacó el teléfono y llamó a su supervisor.
"Soy Tyrone. Estoy en la entrega a la que me envió. Acaba de pasar algo raro, no estoy seguro de qué. Creo que es un riesgo cognitivo y creo que he estado expuesto. La cabeza me está matando, no puedo conducir. Traiga un equipo de respuesta aquí ahora".
El Primo Johnny entró en el salón y colocó las pizzas en una mesa auxiliar. Se puso de pie ante los invitados y se desnudó solemnemente.
"El chicle del mediodía salta y aplaude. Lo siento por qué la flecha prestó al buey aleteante."
Johnny dejó su cuerpo desnudo sobre la mesa de café y sus dolientes invitados empezaron a arrancarle trozos de carne para devorarlos.
"Sigo pensando que te pasaste de la raya al pedirle que nos comprara pizza", le dijo un invitado a otro mientras mordía el deltoides izquierdo del Primo Johnny. "Esto es un ritual, ya sabes, no un buffet".
El otro invitado se encogió de hombros mientras apilaba trozos del Primo Johnny sobre una porción de pizza.
"Las tradiciones están hechas para romperse, viejo. Si tengo que comerme al Primo Johnny, lo menos que puede hacer es hacerse un poco más fácil de tragar".
"Contra la tos olor a gallina," bromeó Johnny contoneando el pene, ante las risas rencorosas de todos los presentes.
"Primo Johnny, eres incorregible".
No te olvides de ver la versión de Kinch del encuentro entre Tyrone y Johnny aquí.