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Estás tarde Joyce.

12 minutos tarde.

Una puerta se abrió violentamente, y una delicada figura salió de esta a toda prisa, corriendo por el pasillo hasta llegar a una habitación mal iluminada, a la que entró.

Los que estaban dentro de la sala llevaban ya media hora esperando y su paciencia se iba agotando poco a poco. Al menos tres personas ya se habían marchado.

Tras intercambiar unas palabras con otras personas de la sala, la silueta se ajustó el traje, se recogió el pelo en un moño y se miró las manos. Estaban frías y sudorosas.

Joyce había celebrado varias conferencias con éxito en el pasado, pero, por alguna razón, seguía poniéndose nervioso antes de hablar.

"No es nada, Joyce", pensó para sí. "Puedes hacerlo. Sólo… piensa que todo irá bien, y métete en el personaje". Respiró hondo y se acercó al podio.

'Saludos. Buenos días a todos. Les pido disculpas por la espera, siento haberles hecho estar sentados ahí media hora, me aseguraré de compensarles de alguna manera por ello. No, "compensación" no significa "un día libre". Muy gracioso.'

'En fin. Hola. Soy Joyce -no Juice- Caldera, Director de Personal del Sitio-14, y les doy la bienvenida a todos a su primer y espero que último seminario sobre la Oficina de Monitoreo de Telecomunicaciones de la Fundación. O, como me gusta llamarnos, los "acosadores profesionales".'

'No, eso no era un chiste. Nosotros somos acosadores "profesionales", si desean verlo así. O vigilantes, guardianes, supervisores; hay demasiadas palabras para describir la misma idea. Pero no nos precipitemos a hablar de estas cuestiones aún, ¿de acuerdo?.'

'Así que, nosotros somos la Oficina de Monitoreo de Telecomunicaciones de La Fundación, OMT para abreviar. Si están aquí, supongo que realmente no saben de qué va esto, con excepción de mis superiores que están por allá y que asistieron a esta conferencia sólo para asegurarse de que la estoy haciendo bien.'

(…)

'No, con eso no quiero decir que no sepan que es lo que van a hacer aquí, ya se les informó de ello varias veces durante el proceso de solicitud. Quiero decir que no conocen la historia y la importancia de su trabajo aquí. La Administración de esta instalación se ha dado cuenta de este problema recientemente, por lo que esta conferencia, junto con otras cosas, es un pequeño esfuerzo para concientizarlos de la importancia de la OMT en la "escala más grande".'

(…)

'No, no me estoy refiriendo a ciertas personas en particular, ni tampoco a todas las personas que asisten aquí. Es sólo… una generalización aproximada, nada personal. Sin embargo, sigo pensando que es importante saber las cosas de las que hablaremos hoy, aunque no les importe si su trabajo es útil o no y sólo vienen acá por el sueldo.'

'Oh, una última cosa antes de empezar. Hablaremos de… temas particularmente inusuales, quizá un poco delicados para algunos de ustedes. Confío plenamente en que tratarán esta información con la debida seriedad y no revelarán datos clasificados a nadie. Lo sabremos si lo hacen.'

(…)

'Por supuesto, no pueden saber cómo lo sabremos, pero eso no es algo que debamos discutir ahora.'

'Ahora, si puedo continuar…'

'Todos hemos tenido nuestro primer día en esta organización. Yo también, aunque pueda parecer muy lejano a hoy. Pero, ¿alguna vez se han preguntado cuándo fue el "primer día" de la OMT? A veces es difícil darse cuenta, o puede que sólo sea mi caso, de que muchas de las cosas a las que estamos tan acostumbrados no han estado aquí desde siempre. Los árboles, las carreteras, los edificios, las estrellas, nuestro planeta e incluso el propio universo; si rebobinas lo suficiente te darás cuenta de que hubo un lapso de tiempo durante el cual ninguno de ellos existió. Lo mismo ocurre con la OMT.'

'Así que, volviendo a nuestra pregunta original: ¿Alguna vez se han preguntado cuándo surgió la OMT? No los culpo si no lo han hecho. Yo tampoco me lo preguntaría, a menos que se especifique, para ser honesto. Pero ahora se lo está preguntando, ¿no?.'

'Según nuestros registros, la Oficina de Monitoreo de Telecomunicaciones fue fundada formalmente en abril de 1969, junto con esta propia instalación, por un hombre llamado Stanley Le, que en aquel momento era el líder de la "iniciativa". Este designó al Dr. Nero Muñoz como director de la instalación, que hizo un buen trabajo hasta que se marchó en 1977. Desde entonces, las cosas empezaron a ir un poco cuesta abajo.'

'En cuanto al Investigador Le, permaneció al frente un poco más, hasta 1980, cuando la instalación y la OMT adquirieron cierta importancia tras bambalinas. Le pensó que un departamento tan importante requería a alguien más capaz de llevar dicha responsabilidad, y ese alguien fue Morgan Phaserfield. Era una buena líder y consiguió mantener la OMT a flote a pesar de todos los cambios y acontecimientos repentinos que se produjeron durante el tiempo que trabajó como nuestra Jefa de Departamento'.

'No hace mucho que dimitió y ahora hay una nueva persona al mando. No puedo asegurar nada, pero creo que también hará un buen trabajo. Todas las personas que han dirigido la OMT estaban bien preparadas y sin duda están cualificadas para gestionar este tipo de tareas, y no deberíamos esperar menos de nuestro nuevo director.'

'¿Saben? Creo que es curioso que la OMT sólo haya cambiado de líder tres veces, mientras que nuestras instalaciones… bueno, esa es otra historia, no del todo ajena.'

Una historia triste.

La gestión del Sitio-14 había sido… complicada, por no decir otra cosa. Recordaba a Jane, que era la directora de las instalaciones cuando él fue contratado en el Sitio-14; una chica tan dulce y atenta, siempre buscando formas de ayudar a la gente que trabajaba en sus instalaciones.

Ella fue asesinada dos años más tarde durante un ataque al Sitio. El hombre que ocupó su lugar, Kevan Samuels, no estaba preparado para asumir tal responsabilidad.

Con Samuels, todo empezó a ir mal. Bajo su dirección, los presupuestos cayeron en picado y el Sitio se redujo para no recuperarse jamás. El personal cayó a los niveles más bajos desde los inicios del Sitio.

Pero Samuels finalmente se fue, ¿verdad? Un día simplemente lo dejó y nadie supo nada de él después de eso. ¿Y después? A nadie le importó. Probablemente le borraron la memoria y lo liberaron. El corazón de Joyce tembló un poco. En el fondo sabía que Samuels no era una mala persona. Sólo que no estaba preparado: empujado al liderazgo por un suceso horrible, hizo todo lo que pudo para que la instalación siguiera funcionando. Pero sus esfuerzos no fueron suficientes.

Joyce recordaba todas las veces que él, como nuevo jefe de la División de Psicología, hacía que Samuels visitara su despacho, sólo para oírle llorar durante horas sobre lo mal que iban las cosas. Cómo La Fundación había vuelto a reducir el presupuesto, cómo sentía que iba a provocar la disolución de la OMT… y él no podía hacer mucho por él. Al menos no a largo plazo. Podía ayudar a Samuels a sentirse mejor durante un par de semanas, pero luego pasaría otra cosa, y se sentiría peor que antes.

Tres años así hasta que finalmente dimitió. ¿Y qué pasó después? Alguien tuvo que tomar el puesto. Y ese alguien era… ¿cómo se llamaba? No podía recordarlo. Su aspecto también era borroso, como si estuviera detrás de una ventana de cristal esmerilado.

En realidad no recordaba nada de ese director. Los únicos retazos del pasado que aún flotaban en su mente estaban demasiado distorsionados como para captar nada. Vagos recuerdos de un forcejeo, una puerta cerrada, la frialdad del suelo, varios miembros del personal gritando a quienquiera que fuese el director y un bote sin etiquetar con pastillas blancas eran las únicas cosas que apenas podía reconocer. ¿Qué intentaba recordar?

Si no podía recordarlo, no valía la pena recordarlo, ¿verdad?

¿Cuánto tiempo había estado divagando? Joyce volvió a la realidad y observó a su público, que parecía desinteresado. Tenía que volver a captar su atención…

'Veo el aburrimiento en sus caras. No pasa nada, esperaba que esto ocurriera, y por eso he empezado primero con la información menos interesante. Ahora que esas cosas están claras, pasaremos a la sección más interesante de nuestra historia. ¿Por qué se fundó la OMT?'

'Bueno, para responder a eso debemos analizar la época en la que ocurrió: finales de los 60. Los teléfonos no eran nuevos, por supuesto, pero su popularidad crecía día a día a un ritmo vertiginoso. Los esfuerzos de control anteriores estaban distribuidos, se hacían según las necesidades, ad hoc: no teníamos nada centralizado, nada exhaustivo. Necesitábamos un grupo de personas plenamente dedicadas a ello. Y por fin existía la tecnología. Hay que agradecer a los Laboratorios Bell la invención del transistor en 1947. Gracias a él, las centrales telefónicas, que hasta entonces habían estado formadas por cables y conmutadores físicos, pudieron digitalizarse.'

'¿Saben lo que es una intervención telefónica? Es la manera en la que puedes escuchar todo lo que salga de un teléfono. El problema es que hay que acceder físicamente a la conexión: hay que meterse en el cableado, clavar dos pinzas de cocodrilo en el cobre desnudo, quizá. Pero con las centrales digitales, podemos ejecutar un software y escucharlo todo con sólo pulsar un botón, a kilómetros de distancia. Ahora la OMT tiene este software en el 90% de las centrales telefónicas en más de cien países en todo el mundo.'

'Pero creo que me estoy desviando demasiado del tema. Lo que quiero que recuerde es que la OMT se fundó formalmente en 1969, por dos razones fundamentales: las centrales telefónicas empezaron a digitalizarse, lo que facilitó las intervenciones telefónicas, y Estados Unidos inventando por fin un número de emergencia centralizado, el 911. No fueron los primeros - el Reino Unido tenía antes su número 999 - , pero ahora los Estados Unidos tenían por fin una forma de señalar fácilmente las llamadas de emergencia, y la OMT iba a escucharlas todas.'

'Y fíjense en que subrayo lo de "formalmente" porque hay algo que aún no le he contado: La OMT ya "existía" antes de 1969, aunque no sería reconocido hasta algunas décadas después. La mención más temprana a algo apenas parecido a lo que somos hoy se remonta a diciembre de 1939, unos meses después de que comenzara la Segunda Guerra Mundial.'

'Ajá, nuestras funciones son más antiguas que estas mismas instalaciones. Claro que entonces no éramos la Oficina de Monitoreo de Telecomunicaciones, teníamos un nombre mucho más sencillo: Eta-18. Sí, era un nombre en clave, pero es el registro más antiguo de nuestra existencia.'

'¿Y qué hacíamos entonces? Más o menos lo mismo que hacemos ahora: escuchar a la gente hablar en busca de algo insólito. Pero había algunas pequeñas diferencias. En primer lugar, también controlábamos las transmisiones de radio, principalmente los contactos por radio de persona a persona y de persona a base. En segundo lugar, todo se hacía en función de las necesidades, y se coordinaba por sedes a nivel regional, sin centralización. En tercer lugar, todo tenía que hacerse física y específicamente, de forma selectiva, trabajando sobre los cables desnudos.'

'Oh, y lo hacíamos en medio de una Guerra Mundial.'

'Las cosas eran algo distintas en ese entonces.'

(…)

'No, no intervenimos en la guerra.'

(…)

'No teníamos el equipo para hacerlo. ¿Qué podía hacer un centro de llamadas en una guerra? La mayoría de las transmisiones que recibíamos y analizábamos no estaban relacionadas con el conflicto. Además, aunque no interviniéramos en la guerra, sí ayudábamos en ella. ¿Cómo? Bueno, simplemente hicimos nuestro trabajo: mantuvimos oculto lo paranormal.'

Sólo hicimos nuestro trabajo. Y un poco más que eso.

Había visto algunos de los archivos. Los peligros de la curiosidad y de tener un Nivel de Autorización alto.

En efecto, la Fundación había combatido en 1944, y la vigilancia de Eta-18 había sido parte integrante de algunas operaciones. Incluso escuchó una cinta.

Había sido un shock descubrir que, incluso después de sesenta años de degradación y la mala calidad de la señal de una grabación por cable de los años cuarenta, el sonido de los huesos desgarrando la carne era inconfundible.

No era un sonido que nadie debiera reconocer, y mucho menos al que estuviera acostumbrado, pero alguien tenía que reconocerlo si quería contener y ocultar lo paranormal al público de forma habitual.

Y, cuando la Fundación no estaba luchando activamente, se mostraban cruelmente fríos y neutrales. Podrían haber utilizado varios elementos para ayudar a los soldados o incluso para detener la Guerra, pero no lo hicieron. Permitieron que las muertes siguieran aumentando mientras ellos seguían buscando ovnis y fantasmas en los campos de batalla.

¿Por qué las cosas tenían que ser así? ¿Por qué la Fundación no lo aceptó? ¿Por qué era mejor convencer a todo el mundo de que no tenían nada que ver con la guerra ni estaban dispuestos a ayudar de ninguna manera que reconocer que podían haber actuado pero no lo hicieron?

Intentó reprimir los pensamientos, pero eran demasiado vívidos, y una frase salió de su boca casi involuntariamente.

'Tratamos de evitar meternos en política en la medida de lo posible. Soy consciente de lo mal que pueden ir las cosas cuando la política se involucra con nuestras funciones.'

(…)

'Hablando de eso, es hora de centrarse en su importancia. Denme un segundo, por favor.'

(…)

'Ahora… Me gustaría que prestaran atención a las imágenes proyectadas. ¿Ven estas marcas? Son símbolos hechos con fines rituales; más específicamente, un ritual de invocación.'

(…)

'Eh, eh, seriedad, por favor. Sé que la idea puede resultarles graciosa, pero recuerden todas las cosas que tienen que escuchar cada día. Ahora imaginen a la gente que tienen que tratar con esas mismas cosas. Ahora, si me permiten…'

'¿Ven estas figuras humanoides en el suelo? Son los restos de lo que intentaron invocar, probablemente entidades demoníacas destinadas a ser sirvientes. No salió bien, como pueden ver. Y, ¿ven esta pequeña figura de aquí?'

(…)

'Sí, es una niña que estaba en el lugar cuando tuvo lugar el ritual de invocación. Sé que parece el peor lugar para que esté un niño, pero por favor, déjenme terminar.'

'Si recibieras una llamada de alguien quejándose de rituales satánicos ocurriendo en el sótano de su vecino, ¿te lo creerías? Sí, yo tampoco. Pero nuestro algoritmo, ESAS, sí la captó y, tras analizar la llamada, supimos que teníamos que actuar. No importa si nadie se lo cree.'

'Así que enviamos a un grupo de personas especializadas en este tipo de cosas para que se ocuparan de la situación. Sí, conocemos gente que sabe cómo lidiar con rituales, demonios y cosas así. Apenas lograron matar a las dos… criaturas antes de que pudieran lastimar a alguien. Las personas que hicieron el ritual, los padres de la niña, no fueron encontrados en la escena, pero fueron capturados más tarde.'

'Todo gracias a esta valiente chica, a un vecino solidario, a nuestros avanzados sistemas y a una persona que creyó. Y sé que esto suena… ¿cursi? Pero créanme, eso es todo lo que se necesita para salvar una vida y evitar un desastre.'

(…)

'Oh, ¿estas cajas negras de censura? Están en sus manos para cubrir… marcas de nacimiento. Yo, por supuesto, no puedo describirlas, pero las reconocerías al instante si las vieras en otro lugar. Lo mismo en su cara. Es para proteger su identidad; queremos que tenga una vida normal después de esto.'

(…)

'No, no, no se preocupen, la chica está bien. Afortunadamente no sufrió ningún daño durante el ritual, aunque tiene malos recuerdos de ese lugar. Estamos trabajando en eso. Pero, por ahora, está sana y salva, y recuperándose.'

Pero… ¿lo estaba?

En cuanto Joyce dijo esto, le temblaron un poco las piernas. Sabía que estaba mintiendo. Sabía lo que realmente había sucedido ese día, y deseaba desesperadamente que todas las cosas que acababa de decir fueran ciertas.

Las figuras quemadas y desgarradas en el suelo no eran "demonios" o "criaturas" invocadas, eran los padres de la niña. Y eso no fue un ritual de invocación, fue un ritual de inmortalidad que salió terriblemente mal.

Por lo que él sabía, las dos personas de la habitación estaban intentando alcanzar la inmortalidad mediante magia negra, pero en algún momento algo no salió como esperaban, lo que provocó una explosión masiva que los mató al instante, sólo para resucitar en sus cuerpos ahora mutilados. Morirían de nuevo unos minutos después debido al mal funcionamiento de sus órganos internos.

Todo esto sucedió delante de su hija. Su hija…

Ésta era la parte más dolorosa de la mentira. Las partes tachadas de la foto no estaban ahí para cubrir las marcas de nacimiento y proteger su identidad. Se añadieron para censurar las horripilantes mutilaciones que tenía, producto de la explosión. Una gran parte de sus mejillas estaba podrida y desgarrada, dejando al descubierto los dientes y otros tejidos circundantes. La piel y los músculos de sus manos habían quedado completamente destruidos, dejando sólo los huesos.

No sólo eso, sino que también había muerto durante el accidente; sin embargo, debido a la naturaleza del ritual, no estaba realmente "muerta". Era literalmente un fantasma que poseía su propio cadáver.

Pero lo peor es que todo esto podría haberse evitado.

No, la OMT no recibió ninguna llamada quejándose de prácticas rituales en las inmediaciones. De hecho, recibieron al menos ocho. ¿Y qué hicieron? Descartaron todas y cada una de ellas porque "no eran coherentes" y "no había pruebas suficientes".

Si sólo hubieran escuchado… no, si él hubiera escuchado las llamadas, habrían investigado el lugar y podrían haber evitado que los padres de la niña llevaran a cabo todos esos peligrosos rituales. Pero no lo hizo. Tuvo que esperar a que alguien informara de una explosión y de "zombis" en el lugar para ver qué demonios estaba pasando.

Claro, la OMT había salvado miles de vidas, pero la OMT también había dejado morir otras miles de vidas. O las condenaba a sufrir, como en este caso.

Joyce intentaba ignorar la verdad, pero no estaba seguro de poder hacerlo esta vez. No delante de tanta gente.

¿Por qué incluyó este ejemplo? ¿Intentaba torturarse? Una parte de Joyce esperaba que alguien se diera cuenta y le llamara la atención; que lo hiciera responsable de su fracaso, que lo hiciera pagar por ello.

Había algo en un rincón de su mente que no le dejaría en paz hasta que finalmente se viera obligado a admitir su error. Pero no podía permitir que lo controlara. Especialmente no ahora. Tenía que aguantar. Ya habría tiempo para la culpa más tarde.

"Cálmate, Joyce". Pensó para sí mismo. "Sólo trata de… no quebrarte ahora. Tienes que mantener la calma, Joyce."

'A-Así que… lo que quiero decir es que… tienen que tener mucho cuidado cuando escuchen las llamadas… porque… nunca sabes qué tipo de situación podrías evitar con sólo escucharlas…'

'Sí, eso es. No importa lo extraña que pueda parecer la situación, intenten siempre escuchar el registro de audio completo y no marquen las llamadas como NEGATIVAS a menos que estén completamente seguros de que están presenciando una situación mundana.'

Eso es lo que Joyce debería haber hecho.

¿Era eso? ¿Su única forma de estar en paz consigo mismo era asegurarse de que otros no cometieran sus mismos errores? ¿Intentar que otros salvaran vidas para compensar la que él condenó al sufrimiento?

Fuera cual fuera el motivo, se sentía incómodo, y los pensamientos que se arrastraban por su mente intentaban abrirse paso hasta su boca. No podía permitirlo. Tenía que encontrar la manera de evitarlo, pero, ¿cómo?

Tras echar un rápido vistazo a su público, supo exactamente qué decir.

(…)

'Oh, yo… Veo las caras que muchos de ustedes están poniendo ahora mismo. Tenía pensado… poner algunos ejemplos más, pero creo que ya habéis entendido lo que quiero decir, así que… puede que no sean necesarios.'

(…)

'Bueno, esos conformaban el resto de este seminario, así que… ¿Supongo que ya hemos terminado?'

'Sí, creo- Muy bien, por favor, ¿me prestarían atención?'

'Yo, y la administración de este centro, esperamos que hayan aprendido algo más sobre su trabajo y que se lo tomen más en serio. Cualquier otra pregunta que aún puedan tener pueden dirigirse a su supervisor o a mí si el primero no está disponible. ¡Siempre estaré encantado de ayudarles!'

Joyce puso una gran sonrisa en su rostro, y la mantuvo mientras los asistentes abandonaban la habitación. En cuanto se fueron todos, suspiró y tosió varias veces, cambiando su sonrisa por una expresión de cansancio.

'Hey, uhh, ¿estás bien? No te ves muy bien'. Dijo una voz a su lado. Era Olivia Deaver, la Subdirectora del Sitio-14. No se dio cuenta de cuando se acercó.

'¡Oh! Sí, yo… Estoy bien, sólo muy cansado y un poco mareado en este momento.'

'¿Estás seguro? Pareces angustiado.'

'Probablemente porque me salté el desayuno esta mañana. Estaré bien, no te preocupes.'

'Me alegra escuchar eso. Si necesitas algo más, ¡sólo llámame!'

Joyce recuperó la sonrisa cuando Deaver le palmeó el hombro derecho y abandonó la sala de conferencias, dejándole solo en un profundo silencio.

"Llámame"…

Realmente quería hacerlo. Decirle a Deaver lo mal que iban las cosas. Pero no podía hacerlo. Había algo que lo retenía, forzándolo a quedarse donde estaba. Y ese algo… era el propio Joyce.

"Llámame"…

Se lo había dicho a varias personas en la misma situación, y siempre le llamaban. ¿Por qué no podía hacerlo ahora? ¿Por qué le costaba tanto marcar un número al que sabía que tenía que llamar?

Demasiado para su cabeza en este momento. Si iba a pensar en ello, al menos necesitaba sentarse. Salió en silencio de la sala de bastidores y se dirigió a su despacho, pensando en la conferencia y en las cosas que había mencionado allí.

Varios nombres resonaban en su cabeza mientras recorría los pasillos. Dani, Samuels, los "Eybbies", Marina, Lawrence

Todos ellos tenían algo en común.

El tiempo pasó volando y, cuando Joyce se dio cuenta, estaba delante de su despacho.

Entró lentamente y cerró la puerta tras de sí.

Se había acabado… ¿o no?

Esos nombres y los recuerdos ligados a ellos se clavaron en la mente de Joyce, aferrándose a cada centímetro que podían para quedarse allí y no irse. ¿Por qué sucedía esto ahora? Había estado perfectamente bien durante un tiempo, ¿cómo es que estos sentimientos surgieron de nuevo con tan poco estímulo?

La conferencia estaba planeada para enseñar al personal la historia de la iniciativa de la que formaban parte, pero en lugar de eso acabó recordando a Joyce todas las cosas terribles que ocurrían en esas oficinas aburridas y silenciosas. Todas las cosas horribles que se vio obligado a presenciar. Todas las cosas horribles que no pudo evitar; o que pudo haber evitado, pero decidió no hacerlo.

¿O estaba exagerando? Se suponía que era profesional. Se suponía que debía ser mejor que esto. La mayoría de sus compañeros de trabajo habían visto las mismas cosas que él, o incluso más, y lo estaban haciendo bien, ¿no?

Joyce cerró los ojos y lloró durante horas. No era la primera vez, y tampoco sería la última.

Definitivamente iba a solicitar terapia amnéstica.

Otra vez.

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