Mientras los Cielos se Congelan
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Hay un río a través de la historia humana, un flujo de memes siempre en movimiento.

Y entonces, un día, cambió de dirección. En algunos lugares, los ríos invierten su dirección de forma natural, se desbordan en un torrente titánico, hasta que lo que iba en una dirección ahora va en otra.

Creo que eso fue lo que ocurrió con las ideas, y lo que ocurrió con la humanidad: Un día simplemente cambió de rumbo, hacia algo nuevo.

Las estrellas se quedaron quietas.

Iniciativa: Proyecto Ícaro

Efectos Secundarios: Cuando miran al cielo nocturno, la mayoría de los civiles del hemisferio occidental son incapaces de observar objetos extraterrestres. En su lugar, verán una ciudad suspendida en el cielo. Su contradicción con el panorama nocturno normal puede desencadenar errores progresivos en la interpretación de los estímulos visuales, induciendo alucinaciones cada vez más graves.

Estrategia de Contención: El agente memético LENTES CELESTES fue introducido para anular la percepción nociva del cielo. Al mirar al cielo nocturno, los receptores humanos verán, en su lugar, una fotografía del cielo a las 21:28:00 (GMT-05:00) del 11 de marzo de 2021. Dicha vista superpuesta no inducirá ningún efecto secundario posterior.


Al amanecer, un sol gris se cernía sobre el cielo.

El investigador Andy terminó por fin su informe sobre otra distribución de agentes meméticos. Como oficial a cargo de SCP-3475, su trabajo no consistía más que en comprobar los reportes de incidentes de anomalías dentro del Velo. El deber de sus subordinados era fabricar y distribuir agentes meméticos que contrarrestaran esas anomalías. La mayoría de los agentes podían borrar recuerdos, mientras que unos pocos podían implantar nuevos pensamientos y reescribir los antiguos. En esta época, el flujo memético humano era más rápido que nunca, por lo que Andy y su grupo de investigación necesitaban aportar siempre soluciones rápidas y sencillas para combatir las anomalías. Andy, como memeticista principal, estaba cansado de fármacos y papeleo.

Ahora, tenía permiso para irse. Podría volver con su familia y ver a su hija. Katie, una investigadora junior, pensaba ocupar su puesto durante su periodo de ausencia. Ella lo miró con admiración, hizo una profunda reverencia y luego se sentó en el asiento en el que él había luchado durante mucho tiempo. Andy sonrió, asintió satisfecho y salió.

En el interior del denso bosque estaba el lugar de trabajo de Andy, una cabaña destartalada. Para muchos empleados de la Fundación, esta diminuta cabaña era el paraíso: Cada día podían impregnarse del aroma de la naturaleza y escuchar las voces etéreas de Dios. Sin embargo, después de vivir allí durante mucho tiempo, los investigadores empezaron a considerar esta minúscula cabaña como un infierno. Los sucios mosquitos zumbaban molestos; había plantas peligrosas por todas partes, esperando a que su dulce veneno sedujera a sus presas; el camino al bosque era fangoso y sinuoso, hipnotizando a los viajeros ignorantes que se atrevían a pisarlo.

Es más, a medida que el flujo de memes humanos cambiaba rápida y drásticamente, el fructífero contenido del bosque se convertía en una pesadilla incalculable. Algunos cambios meméticos inyectaban horror a quienes se atrevían a mirar los altos árboles. Algunos obligaban a los humanos a beber el jugo lechoso del laurel. Algunos hacían que los humanos vieran manchas sangrientas por todas partes, en la hierba y las hojas. Algunos animaban a los humanos a abrir los hormigueros y tumbarse dentro. Una tumba perfecta.

Andy no podía comprometerse a evitar ningún peligro. Acumular experiencia a través de la suerte era todo lo que podía hacer. Era la única forma de ganarle a cualquier otro.

Fuera, un arroyo poco profundo se extendía frente a Andy. Sacó con cuidado una jeringa de su botiquín médico. Dentro de la jeringa había un agente antimemético de amplio espectro. Era uno de sus productos más ingeniosos. Los investigadores de la Fundación se lo inyectaban para poder viajar libremente por zonas civiles, sin importar los efectos secundarios de los flujos meméticos esotéricos. La enorme corriente memética podía paralizar a quienes transitaban entre zonas sin protección. La parálisis se sentía como un mazo punzante que golpea el cráneo. Andy sabía todo sobre eso.

Andy se inyectó la jeringa y se dirigió a la orilla opuesta del río. La droga empezó a hacer efecto. El agua oscura se desvaneció, pasando de turbia a cristalina; el sol grisáceo se volvió dorado, refractando espectros de colores a través de las gotas de rocío; el perturbador ruido blanco se desvaneció, dando paso a cantos de currucas y golondrinas. Escenas ominosas y tristes se rompieron ante el coro del mundo armonioso.

Andy quería decir: "Joder, que hermoso".

Sin embargo, se tragó las palabras, ya que esa armonía no era más que un camuflaje. Separaba a los civiles de los investigadores que se aferraban a la cruda realidad. Creaba una inquietante cúpula del paraíso.

Andy se dirigió al aeropuerto cercano, y el río fluyó como siempre.

A bordo, Andy leía los periódicos. Buscaba noticias extrañas, que pudieran indicar fracasos de encubrimientos meméticos. Pero, tranquilizadoramente, los periódicos no mostraban más que anécdotas sobre estrellas y clichés que propagaban supuestos derechos humanos. Leyendo página por página, Andy terminó todos los periódicos en aproximadamente una hora.

Entonces decidió jugar con su teléfono para matar el tiempo. Abrió el buzón de voz, y un mensaje de su hija encabezaba la lista.

Le dio a reproducir, tratando de recordar el pasado.


[Inicio del registro]

Papá, el cielo nocturno de ese día era precioso.

Me senté junto al balcón y miré afuera, como siempre.

Estaba anocheciendo. Cerré los ojos y murmuré, deseando que mi papá volviera antes.

Cuando volví a abrir los ojos, parecía mucho más brillante. Todo el cielo estaba cubierto de oro, como un mar de olas de trigo maduro.

Después, contemplé el suave fluir de las estrellas en el universo. Las estelas eran extrañas. Era como si unos alienígenas sostuvieran linternas en lo alto, indicando el camino hacia algún lugar profundo en la oscuridad.

Mucha gente bajó corriendo al patio, al pastizal, tumbada y boca arriba. Juntaron las manos; ¿estaban pidiendo deseos?

Más y más gente salía y la luz del cielo se hacía más clara.

De repente, un hombre gritó con fuerza: "¡No son estrellas, sino CIUDADES!".

Miré con aún más atención. Tenía razón. Había humanos deambulando por la ciudad suspendida en lo alto.

Es más, la ciudad de arriba era exactamente la ciudad donde vivo ahora. Levanté la cabeza y pude reconocer los monumentos, las casas, la gente y a mí misma.

Al otro lado del telescopio había una niña. Se parecía a mí. Me miraba.

Sonreí, y ella también.

Y la noche terminó de repente, sin motivo.

A partir de entonces, todo el cielo parecía mortalmente congelado. Las estrellas ya no se movían. La luna nunca volvió a estar llena.

Nunca.

Pero, ¿por qué?

¿Por qué?

[Fin del registro]

La voz terminó. Andy apoyó la cara contra la ventana, ahogándose en el profundo e infinito azul oscuro. Al mirar afuera, las lastimosas estrellas se quedaron quietas en esa eternidad.


Irónicamente, esa escena tan trágica era la "obra maestra" de Andy.

La percepción humana del cielo cambió con el tiempo, y el cambio de cognición atenuó el cielo estrellado real a los ojos humanos. Como reemplazo, empezó a surgir la visión de una ciudad luminosa. Sin embargo, no se trataba de una ilusión óptica: La ciudad era únicamente una composición de memes. Los cerebros humanos los generaron, y formaron algo ahí arriba como un todo, como si completaran un rompecabezas.

En resumen, las luces del cielo eran falsas.

Cuando la verdad y la falsedad coincidieron en el mismo lienzo de la vista nocturna, la cognición humana empezó a distorsionarse. El informe del Proyecto Ícaro lo demostró bastante bien. Andy era el ejecutivo de ese proyecto. Para idear una buena estrategia de contención, tuvo que resolver dos cuestiones.

En primer lugar, para evitar cualquier posible revuelo, Andy tenía que "convencer" a los civiles de que el cielo era normal. Ese era un paso fácil. Los agentes químicos de la "serie Ennui" podían ayudarle. Con ese tipo de agentes, los humanos podían aceptar cualquier incoherencia entre la observación a simple vista y los datos astronómicos.

Entonces, Andy tuvo que encontrar la forma de contrarrestar la influencia de las "ciudades del cielo". La solución era complicada. Según su experiencia a lo largo de los años, fabricar un agente capaz de eliminar con precisión los efectos negativos era casi imposible. Requería que el investigador dominara el funcionamiento de todos los efectos secundarios. En cambio, imponer un meme más potente en los cerebros humanos era una alternativa aceptable. En concreto, Andy podía crear un meme altamente reactivo que pudiera anular el meme dañino cuando los civiles miraran al cielo nocturno.

Eso fue exactamente lo que hizo. Recopiló datos del cielo nocturno de todo el mundo. Luego eligió un panorama nocturno específico y codificó los datos visuales en productos químicos. Después de rociar esos productos químicos por todas las zonas civiles, la población los absorbería en sus sistemas neuronales. Esos receptores verían entonces una hermosa vista del cielo del pasado, que tenía una intensidad de señal lo suficientemente alta como para anular la concepción de "ciudades del cielo".

La visión del cielo introducida en la mente también era falsa. Sin embargo, era inofensiva: Podía proteger los sistemas cognitivos de los civiles a largo plazo.

Algunos de sus colegas pensaron que sería más fácil cegar a los civiles cuando levantaran la vista por la noche: Era innecesario crear una vista nocturna elaborada. Pero Andy les contó su propia consideración.

—Aunque la noche estrellada esté contaminada, aún deseo que puedan apreciarla con sus propios ojos… Aunque el cielo solo existiera durante un instante del pasado.

Eso fue suficiente.


Bajó del avión, tomó un taxi y se dirigió a su casa.

Fue hace tres años cuando volvió a casa para ver a su hija por última vez. La corriente fluvial de memes entonces no era tan rápida como ahora. Para su hija, papá era papá, no algo inhumano.

—Betty, cariño, recuerda, mándame un mensaje todos los días. Solo… Solo guarda algo en los registros, y… déjalos en el mundo…

—… Ehm, papá, estás diciendo palabras extrañas otra vez.

Recordando el pasado, Andy llegó por fin. Ahora estaba frente a la puerta.

La casa era lo que siempre había sido. La iluminación interior color mandarina; el humo alegre que salía de la chimenea; y el SUV limpio en el garaje: Todo ello aliviaba el alma de Andy…

hasta que vio su reflejo en la ventana del coche.

—No… no, no, no, esto no debería pasar… —Murmuró ansioso. Pero cuanto más nervioso se ponía, más distorsionado empezaba a verse.

El lugar de trabajo de Andy tenía una atmósfera memética diferente a la del exterior del Velo. A medida que los civiles entraban en contacto con más y más agentes meméticos, su cognición de lo que había dentro del Velo también debía ir cambiando. Como precaución, Andy roció capas y capas de revestimiento memético a su alrededor para minimizar la discrepancia cognitiva. El recubrimiento surtió efecto una y otra vez; sin embargo, su complejidad creció al ritmo del cambio del flujo memético. Al volver a casa, la capacidad de camuflaje del revestimiento llegó a su límite.

El disfraz memético de Andy comenzó a caerse, trozo a trozo. Si alguien pudiera presenciar su apariencia, definitivamente se quedaría con la boca abierta. El pelo negro de Andy se desvaneció y se tiñó de un verde exótico; sus orejas, con un borde más perfilado, sobresalieron de su cabeza de forma espeluznante, como las de un duende; sus extremidades se adelgazaron, se estiraron y crecieron como aletas.

Antes de que su aspecto se desmontara más, llamó a la puerta, esperando ver a su querida hija.

—¡Cariño, he vuelto!

—¿Quién es?

—¡Betty, cariño, soy papá! Por fin he vuelto…

—AAAAARGH

Antes de que Andy pudiera terminar de hablar, un grito desgarrador resonó por toda la casa.

Betty lo vio a través de la mirilla.

Desde su perspectiva, solo oía gruñir a una criatura inhumana. Pudo identificar algunas palabras vagas como "papá" y "cariño", pero la voz y el aspecto extraterrestre la alejaron de su amado padre.

—¡VETE! —Betty gritó asustada y corrió hacia su dormitorio—. Quizás estoy teniendo una pesadilla… ¿Qué demonios era eso? —Prefería creer que su verdadero padre seguía lejos, luchando por ganarse la vida. Pero, extrañamente, ella podía sentir una atmósfera familiar alrededor de esa criatura inhumana.


Ahora, Andy tenía que irse. Ya era inútil quedarse en su casa. Un fallo imprevisto de sus medidas de precaución meméticas arruinó todos sus planes, esperanzas y expectativas. Ahora que era un completo extraterrestre para los demás civiles, tampoco estaba seguro de poder quedarse en la ciudad. Si los memes protectores también se agotaban, su cuerpo quedaría expuesto a miles de memes diferentes. La colosal ola de información podría aplastar su mente para siempre. En conclusión, debería volver al Velo de inmediato.

Buscando en el mapa, descubrió que la empresa fachada de la Fundación más cercano estaba a pocos kilómetros. Tuvo suerte. Minutos después, un coche rotulado "Super Car Photography" le recogió y le condujo hasta el límite del Velo.

—Andy, ¿por qué no duermes en nuestra tienda? —Le preguntó uno de sus compañero de la Fundación.

—El estado de mi revestimiento memético es malo —suspiró Andy—, si se rompe por completo cuando aún esté dentro de la ciudad, me temo que moriré.

—¿Podemos dejarte aquí? —El coche se detuvo junto a un río—. Simplemente cruza el puente, y el Sitio está a una media milla de distancia. Oh, Dios, me estoy sintiendo mal ahora.

—Claro, detente aquí, por favor. Muchas gracias. —Contestó Andy. Aquellos compañeros residían en la ciudad desde hacía mucho tiempo. A medida que se acercaban a la frontera, el cambio brusco de memes podía perturbar su cognición. Andy lo entendía muy bien.


Después de despedirse de sus compañeros, Andy se subió al puente y sacó tres jeringas. Eso fue todo lo que preparó para volver a la anormalidad.

La segunda primera era la "liberación". La pesada piel tejida por los agentes meméticos se desprendió. El tranquilo viento del bosque la arrancó.

La segunda inyección era el "olvido". Los recuerdos arraigados en una falsa normalidad serán encadenados y eliminados.

La tercera inyección fue el "interrogatorio". Diversos estímulos azotaron fuertemente a Andy, coaccionándole para las eternas misiones de la Fundación SCP.

Un cuerpo, tres inyecciones, miles de memes y millones de pensamientos chocaron estrepitosamente en el interior de Andy, un individuo indefenso y diminuto.

En un instante, todo el universo se llenó de ojos. Las líneas de visión eran una prueba cruel para todos los valientes que se atrevían a enfrentarse a la realidad.

Te veo. Innumerables ojos arrojaron estas palabras directo al cerebro de Andy. Él debe sufrir.

—¡Bienvenido al maldito periodo vacacional! —Se dijo a sí mismo, de mala gana.

Bajo la mirada de miles de millones de ojos, cruzó el río hasta la otra orilla.

Y las estrellas empezaron a moverse de nuevo.




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