Alejandría Quemándose

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Un Final

El final empezó con el supervolcán.

Las Islas Orientales eran un paraíso tropical y una nación prospera antes de la erupción. Entonces, después de unas pocas semanas de temblores, la mayor erupción volcánica en más de dos millones de años lanzó miles de kilómetros cúbicos de tierra fundida, ceniza y polvo en la atmosfera, y llovió fuego infernal sobre una población aterrada. En cuestión de días, el antiguo paraíso era un paramo lleno de ceniza. En cuestión de semanas, cientos de millones se ahogarían o morirían de hambre.

La Organización ignoro esto. Si bien el evento había sido catastrófico, se ocupaban únicamente de asuntos paranormales. Y mientras millones habían muerto, miles de millones tenían que estar en peligro antes de que levantaran un dedo. Pero ellos vieron a las superpotencias. Las Islas Orientales habían sido una superpotencia, y además una nuclear. También había otras. Avalon. Los Estados de la Tundra. La Republica Occidental. Atlantis. Cada uno de los cuales ofreció apoyo, mientras expresaban alivio en secreto cuando su rival herido se derrumbó lentamente y murió.

La nube de ceniza se propago en semanas, llevando con ella un invierno anormal. Lo que derrumbo una nación derrumbaría al resto. Se volvió claro rápidamente que la agricultura era un asunto inútil en estas condiciones, y que las reservas alimenticias se agotarían.

La Organización ignoro esto. La verdad sea dicha, las superpotencias eran una inconveniencia con las que tuvieron que negociar sobre demasiados pequeños detalles. Tenían sus propios métodos de adquisición de recursos, y además, esto no era un asunto paranormal.

Las tensiones internacionales aumentaron. Escaramuzas fronterizas ocurrieron, primero contra estados aliados, y luego contra las superpotencias mismas. Soldados se enfrentaron mientras cada estado se apresuro para conseguir los recursos que necesitaban para proteger a su población. Personas murieron en agonía mientras buscaban conseguir las más básicas de las necesidades.

La Organización ignoro esto. Por lo menos, oficialmente.


Si bien la Organización en su conjunto se había distanciado formalmente del resto del sufrimiento de la humanidad, investigadores individuales y personal estaban preocupados. Sus familias habían sido tomadas en cuenta, pero su seguridad estaba todavía en duda. Más de un investigador del alto rango había hecho una propuesta al consejo solicitando intervención.

Lluvia Plateada de Atlanti, Archivista Jefe del Archivo Eterno había dejado sus argumentos claros.

Desde donde estoy, el impacto sobre la humanidad nunca ha sido más claro. No es algo que pueda ver con mis propios ojos, ni tocar con mis manos, pero algo que puedo ir claro como el día. El ritmo mismo de la humanidad ha sido alterado.

Estoy acostumbrada al sonido de nuevas vidas entrando a los Archivos. Una especie de percusión rítmica constante, un golpe sordo resultante de los ecos y la geometría de los archivos. El sonido de nuevos libros cayendo en las estanterías, tan seguro como un latido, Estoy segura que el Archivo mismo sonríe al escuchar el sonido constante, y al gestionar personalmente el flujo para que se mantenga una sintonía suave.

Ahora escucho la arritmia de la humanidad. Lo que una vez fue un latido constante ahora es un chisporroteo y secuencia desigual de golpes sordos. Suena enfermo. Suena débil.

Tal caída en natalidad es un signo que la humanidad necesita nuestra intervención, ahora más que nunca. Existimos para proteger a la humanidad de lo sobrenatural, de lo arcano, y de lo irreal. Pero nuestros deberes no están escritos en piedra, y nuestro fracaso en responder a este peligro, un peligro del sistema mismo, nos condenara a todos.

Archivista Jefe de Atlanti, Vigilante del Archivo Eterno

No estaba complacida por la falta de respuesta.


Ella fue despertada unos pocos días después por el sonido de un claxon. Abajo en los Archivos, un ciclo regular de día-noche era raramente seguido, ya que el crepúsculo permanente y la tendencia reclusa de los archivistas significaba que la gente tendía a mantener un horario que los favorecía personalmente. Ella rodo de su cama, se deslizo dentro de una túnica y salió de sus pequeños aposentos al Centro que era la Base. Como Archivista Jefe (y Vigilante), había logrado convencer a la Organización de construir uno pequeño alojamiento para ella dentro de los Archivos. No es que la modestia fuera necesitada; ella era el único personal aquí abajo, y más allá del punto de importarle. La mayoría de las personas lo eran cuando alcanzaban su segundo siglo.

El claxon sonaba desde una figura humanoide hecha de plástico y titanio- una de las construcciones de IA de la Organización, dada una forma física para que pueda ayudar a los archivistas más directamente. Silver Rain camino hacia ella y le dio una manotada a un botón para tener su atención.

"Scouter, para la Alarma. ¿Qué esta pasando?'

[Un evento de clase-XK es inminente, Archivista Jefe. Todos los sitios están entrando en confinamiento. Se recomienda al personal que busque refugio.]

"XK? ¿Como? ¿Qué rompió contención?"

[Toda la contención esta actualmente segura. Sin embargo, los escáner han detectado una gran cantidad de actividad de baja orbita a gran altitud. Parece que los sistemas de respuesta automática han sido activados.]

"¿Sistemas de respuesta automática? ¿En respuesta a que?"

[Lanzamientos nucleares.]

Lluvia Plateada palideció. "Scouter, ¿Cuántos objetos HALO se han detectado?"

[Nueve mil doscientos doce en el último conteo.]

Lluvia Plateada obligo al pánico a calmarse. Ella podría entrar en pánico luego. "¿Donde están los otros archivistas?"

[Actualmente en el bunker en la superficie]

"Diles que bajen aquí."

[Eso no logrará nada, Archivista Jefe. Todos los sitios están en confinamiento, incluido este. La vía esta cerrada. Los Archivos no pueden ser accedidos.]

Ella corrió por las escaleras, pies golpeándolas dos a la vez. Ella ya no era exactamente energética, y se sintió mucho más vieja de como se veía, pero todavía podía lograr un ritmo rápido. Rodillas doliendo, golpeó la puerta de acero cerrada con llave, apretó los botones y llamó a gritos a su gente.

Un golpe y una voz silenciada vino devuelta. La lógica entro en acción, y corrió abajo hacía el Centro.

"Scouter, conéctame, ahora"

La IA abrió un canal de video. En la pantalla, ella pudo ver la cara de sus archivistas. Estrella Fugaz, con su pelo canoso y piel arrugada. Viento Norteño con su piel pálida y pelo lizo. Rocío del Amanecer, con su complexión oscura y ojos pacientes. Se veían tan preocupados y asustados como ella misma sabia que estaba, Se obligo a si misma a calmarse.

"Estrella Fugaz, reporte de situación."

Su voz llegó con claridad, y ella pudo oír cómo se rompía.

"Estamos atrapados aquí con el confinamiento. Las bombas están cayendo. La Capital Occidental ha desaparecido, como lo es el grueso de la Republica. La Monarquía del Sur ha sido aniquilada" El pauso. "Atlantis ha desaparecido, vimos la explosión sobre el mar desde la ventana."

Lluvia Plateada se obligo a si misma a no llorar.

"Por lo que podemos decir, el sistema satelital fallara pronto. Demasiada interferencia."

"¿El Consejo ha enviado ordenes para una respuesta?"

"El Consejo ya no está."

"¿Que? ¿Como?"

"Despecho, creemos. Una de las superpotencias nos incluyo en sus objetivos. Están golpeando nuestros sitios. La mayoría ya no responden."

"Esta la contingencia segura?"

Estrella Fugaz parecía afectado. Rocío del Amanecer entró en el centro de la cámara. "Lo golpeó una de las bombas. Se ha ido también."

Lluvia Plateada sintió otra apuñalada de pánico en su pecho. "Mira, solo manténganse bajo cobertura ahí afuera. Esperaremos a que termine. Una vez que el confinamiento termine, podemos encontrar una forma de arreglar esto."

En el fondo, otra alarma sonó.

"Scouter, ¿Qué es eso?"

[La alerta de proximidad para un peligro aéreo.]

Sus archivistas la miraron. Estrella Fugaz estaba cerca de las lagrimas, y Viento Norteño ya había sucumbido. Rocío del Amanecer forzó una sonrisa

"No te preocupes Jefa. Tienes a los Archivos. Encontraras una respuesta." Se inclinó más cerca. "Recuerda jefa, todos bus-"

El cielo se partió, el suelo retumbó, y la solida puerta de acero se abollo.

Lluvia Plateada pauso por un momento en shock. Adormecida, se hundió a sus rodillas.

Detrás, ella escucho el golpe del ultimo nuevo libro, y entonces, silencio absoluto.

Ella llenó el silencio con su llanto.


Ella leyó el nuevo libro. Era dolorosamente corto. Justo como el resto.

Buscó en los archivos, escogiendo libros al azar, desesperadamente buscando por un libro que se siguiera actualizando. Buscando en vano por un libro que no terminase abruptamente y sin sentido.

Vaporizado instantáneamente por explosión atómica.

Murió agónicamente por envenenamiento por radiación.

Vaporizado abruptamente por explosión atómica.

Destrozado irreconociblemente por una onda de choque atómica.

Aplastado dolorosamente bajo bunker nuclear colapsado.

Muerto. Muerto. Muerto. Muerto.

Ella había hecho una decisión. "Scouter, recoge mi libro."

La IA pauso para acceder a su mapa interno, y entonces esprinto inhumanamente entre las estanterías. Regresó media hora después, llevando el libro en sus brazos. Se lo entregó.

[Espero que no este considerando nada brusco, Archivista Jefe.]

"No. Todavía no, Scouter. Solo voy a necesitar esto."


Ella sabía que su idea básica era probablemente loca. Estaba basada solamente en rumores pasados de Vigilante a Vigilante. Instruyo a Scouter a esperar bien alejada de ella, y se aventuró en la parte oscura de los Archivos.

Ella recordó las primeras lecciones que había recibido durante su iniciación aquí, casi a siglo atrás, recién salida de la academia. Eran bastante similares a la ultima lección que había recibido del anterior Vigilante casi hace cuarenta años, antes de su retiro. Los Archivos estaban vivos. Eso era claro. Había una vasta conciencia allí en algún lado, y tenia algún tipo de compas moral. Como tal, cada archivista era instruido a respetar y cuidar al Archivo Eterno, y no era raro para los archivistas hablar abiertamente a los libros y estanterías.

Lo que no te enseñaban en tu primer día era que a veces las estanterías hablarían devuelta. Si te ibas a la oscuridad, y esperas y escuchabas, entonces podrías escuchar susurros. Susurros tan débiles para ser incomprensibles al oído, pero habían otras formas de descifrar su significado.

Ella se sentó a meditar. Sus lentes le podían permitir leer los textos incluso en la más baja de las luces si era necesario, y nunca era frio, entonces ella se sintió cómoda por la primera vez en días. Ella habló en la oscuridad. Su voz era indecisa; casi como un susurro.

Ella sintió una ola de emociones golpearla. Era una cosa dolorosa de admitir.

"¿Soy… la ultima? ¿Estoy sola?"

Hubo silencio por un largo tiempo. Se sentó pacientemente, luchando las ganas de moverse, sabiendo que no había otra opción para ella.

Ella estaba casi cayendo dormida cuando escuchó el sonido del viento, las pistas de una voz. Era lenta, y calmada, y maternal. Ella podía escuchar lo que casi sonaban como palabras, pero ya sean muy suaves para sus oídos o bien en un lenguaje que no podía descifrar.

Ella abrio su libro y reviso la ultima pagina. Las ultimas líneas pintaban una desolada imagen de su actual estado mental. Lo ignoro, y enfocada en la linea que importaba.

En la oscuridad, ella escucho una voz hablar: 'Tu eres la ultima. Tu estas casi sola.'

"¿Que hago? ¿Cómo puedo arreglar esto?"

Otro susurro en el viento.

En la oscuridad, ella escucho una voz hablar: 'No puede ser arreglado. No puede ser reparado.'

"¿No puedo encontrar a la persona que empezó todo esto y tratar de deshacerlo?"

Hubo una larga espera. Minutos, entonces horas.

En la oscuridad, ella escucho una voz hablar: 'El peso de la historia es pesado. Es demasiado tarde. Demasiadas consecuencias han caído. Los muertos han ido a la muerte.'

"¿Puedo crear más gente?"

En la oscuridad, ella escucho una voz hablar: 'Eres una mujer.'

Un si, entonces. Pero…

"Puede la vida recuperarse de esto?"

En la oscuridad, ella escucho una voz hablar: 'No a su anterior grandeza. Además, aquellos que mantuviste enjaulados, ya no lo están.'

Ella sintió la desesperación caer. Había terminado. Lo hicieron. El mundo había acabado en su guardia, y ni siquiera fue un monstruo o una maldición o un dios enojado, solo la monstruosidad de la humanidad. Y hecho en una forma en la que no podía ser arreglado. Ninguna cantidad de ciencia o magia podía reparar la devastadora cantidad de radiación que ahora permeaba la atmosfera, y el suelo. Tampoco es posible que un grupo de supervivientes tan variopinto consiga reconquistar los males que ahora vagan por el devastado mundo.

No podía ser reparado…

"¿Podría ser deshecho?"

Solo había silencio, y no respondió


Ella volvió a su habitación el próximo día y durmió. Y despertó, y leyó, y durmió, Una y otra vez.

Sus raciones empezaron a menguar. Habría perdido el noción del tiempo si no fuera por Scouter. Atendió sus necesidades lo mejor que pudo, pero las sutilezas de la desesperación humana se le escaparon.

Y entonces, después de siete días, un susurro. Lluvia Plateada rápidamente abrió su libro.

En la oscuridad, ella escucho una voz hablar: 'Si. Hay una forma de deshacer la historia.'

"¿Como? ¿Qué has pensado?"

La voz en el viento era pero un suspiro.

En la oscuridad, ella escucho una voz hablar: 'Lo impensable.'

Ella lo entendió. Apenas. Iba en contra de todo lo que una vez aprendió, y todo lo que había valorado. Era herejía, pura y simple. Pero el objeto de su devoción le estaba diciendo esto…

"Tendría que… romper la historia? ¿Cómo de grande sería el evento retrocausal que necesitaríamos?"

En la oscuridad, ella escucho una voz hablar: 'La única forma de salvar al mundo de sus fracasos es extinguir todo rastro de ellos.'

Ella quiso decir 'No puedo', pero las palabras se atraparon en su garganta. No había otra opción aquí. Ella podría y ella lo haría.

"¿Que harás sin nosotros?"

En la oscuridad, ella escucho una voz hablar: 'Empezar otra vez. Escribir un futuro más brillante.'

Eso haría. Ella podía confiar en el Archivo Eterno para saber la respuesta, incluso si ella no la sabia.

"Scouter."

[¿Si, Archivista Jefe?]

"Tráeme el combustible del generador, todo."

[Archivista Jefe, ¿Qué planea hacer?]

"Lo que es necesario, Scouter. Anulación de seguridad. Apagar todos los protocolos de ética y personalidad. Autorización Camper-Actor-Stand-Richter-9091."

Scouter se puso un poco más erguido, y las cadencias habituales de su voz se apagaron hasta convertirse en un tono monótono

[Como instruya, Archivista Jefe.] Se marchó, y empezó a recolectar todas las reservas de combustible.

"Lo siento Scouter. Pero no te gustara esto."


Ella derramo la gasolina través de las estanterías e hizo líneas de esta por los corredores. Empapó a fondo la primera y más antigua estantería. La mayoría de los libros no tenían nombre. Unos pocos llevaban títulos, evidencia de un individuo ejemplar. Acarició con cariño las antiguas estanterías.

Tomo una pieza de madera de su cama, la partió, y la hundió en gasolina. Ordenó a Scouter a desmantelar su brazo, y usarlo para generar una chispa. Sostuvo la ardiente antorcha en una mano, y su libro abierto en la otra, entro en las estanterías.

"Desearía que hubiera una mejor forma que esta. Desearía que lo hubiéramos hecho mejor."

Un susurro, casi familiar esta vez.

En la oscuridad, ella escucho una voz hablar: 'Lo se. Pero sabes mejor para solo desear.'

"¿Dolerá?"

En la oscuridad, ella escucho una voz hablar: 'Brevemente. No tomará mucho.'

"Me refería a ti."

Hubo una breve pero notable pausa.

En la oscuridad, ella escucho una voz hablar: 'Si. Si lo hará.'

En la oscuridad, ella escucho una voz hablar: 'Gracias, Vigilante por tu cuidado, y tu devoción. y tu preocupación. Requeriré un ultimo de tus servicios.'

Lagrimas llenaron sus ojos. Tenía que ser fuerte ahora "Nosotros… nos recordaras?"

Hubo una pausa, y luego se escuchó el último susurro en el viento. Apenas se oía, y no era más que amoroso.

En la oscuridad, ella escucho una voz hablar: 'No. Pero te recordare a ti.'

Puso su libro dentro de las empapadas librerías, y toco la flama con este. Hubo un estallido de calor y luz, y entonces un estallido de dolor, y entonces… nada.

El final de Homo nobilis duró tanto unos segundos como muchos largos milenios, y cuando la historia dejó de gritar de dolor, nunca habían existido.


Un Inicio

Había humo en el horizonte. Mucho humo.

El humo significaba fuego. Fuego significaba calidez, y seguridad.

La hembra cuidadosamente escalo hasta la cima de la colina, recogiendo trozos de juncos y hierbas a su paso. Baja y fornida, sin embargo era una excelente exploradora. Además, la mayoría de los machos habían muerto en un viaje de caza reciente después de un enfrentamiento con otra tribu, y su tribu había sido forzada a mudarse para sobrevivir, dejando atrás muchas de sus herramientas, y su fogata.

Enrolló la espesa mata de hierbas alrededor de una gruesa rama y la ató con cañas. Aunque tosca, la antorcha le serviría para llevar el fuego al resto de la tribu, donde podría ser alimentado y mantenido.

Agachada desde su punto de vista, pudo ver las aguas del mar muy por debajo de ella, y la fuente del humo. Parecía provenir de una cueva, en lo más alto del mar. Las nubes, antes espesas, se estaban reduciendo a un pequeño rastro de humo. Consideró sus opciones. Necesitaban fuego, y tal vez tuviera que moverse rápidamente para conseguirlo, pero si se trataba de otra tribu podría estar en grave peligro.

La necesidad de proveer para su familia sobrepaso sus otros instintos. Ella no podía ver ningún signo de otra tribu allí abajo, ni en ningún otro lugar. Recogió su lanza en una mano, su antorcha improvisada en la otra, y partió bajo la colina.

La cueva era mucho más profunda de lo que había pensado. Ella esperaba una pila de madera quemándose en la boca de la cueva. En cambio, el humo salía desde lo profundo de la misma. Siguió adelante, agachándose para evitar respirar el humo. Ella pasó cuidadosa y silenciosamente a través de un pasaje estrecho, y entro en una gran cámara.

Era enorme, tan enorme que no podía ver las paredes lejanas, y se sentía mal. No había nada que destacara en particular, pero se sentía incómoda. Si pudiera articularlo, lo describiría como una habitación llena de dolor. Sólo veía humo a su alrededor. Todo el lugar parecía arder, y una gruesa capa de ceniza cubría el suelo. Aquí y allá, podía ver finos fragmentos de un material blanco, con marcas negras en él. Parecía arder bien, así que lo utilizó rápidamente para encender su antorcha. La llama necesitó un poco de esfuerzo y cuidado, pero pronto cobró vida

Hubo un estruendo cerca de ella. Un pilar de piedra se levantó del suelo, apartando capas de ceniza. Ella instintivamente retrocedió, asustada, y blandió su lanza. El pilar dejó de elevarse una vez que fue un poco más alto que ella, y la habitación volvió a quedar en silencio. Los sentimientos de dolor parecían haber desaparecido, reemplazados por… ¿Cariño? ¿Consuelo?

Ella se acerco cuidadosamente. Había marcas sobre todo el pilar.

Se inclinó más para ver más claramente y levantó la antorcha. Un pensamiento surgió. No son marcas. Imágenes. Podía ver los contornos de su especie, de pie. Pudo ver imágenes de ellos reunidos, haciendo diferentes cosas. Vio imágenes de un bebé cerca de la base de un pilar, y las de un adulto mientras lo estudiaba desde el suelo. De alguna manera, comprendió que muchas de estas imágenes eran de la misma figura.

Hubo un ligero movimiento en la esquina de su visión. Una nueva imagen había aparecido cerca de la parte superior del pilar.

Una imagen de una figura sosteniendo una antorcha ante un pilar de piedra, agachada en cuidado y curiosidad. Junto a esta, estaba el contorno de una mano. Ella levantó su mano para ponerla en el espacio y vio que era un encaje perfecto.

El lenguaje no era algo que ella hubiera experimentado, ni mucho en el pensamiento cognitivo, pero una idea tan clara como el cielo azul entró en su cabeza. Esta soy yo.

Una chispa de inspiración la golpeó. Se acercó a la ceniza, cubriendo su dedo con ella, y comenzó a dibujar. De forma cruda, con figuras de palitos indistinguibles de forma infantil. Pero el significado que había detrás estaba claro. Dibujó figuras en círculo, y comida a su alrededor, y otras figuras huyendo de ellas.

Satisfecha que su trabajo estaba terminado, la Traedora de la Llama dejo la cueva, y camino hacia un futuro más brillante.

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